Memoria no es hacer que los vivos estén muertos,
sino que los muertos estén vivos.
José Ortega y Gasset
El domingo 7 de julio de 2013, los bajacalifornianos expresaron una vez más sus inquietudes democráticas, participando con su voto.
Para quienes afirman que “nunca” en la historia política de B.C. se había visto un proceso electoral tan accidentado y repleto de anomalías, la verdad es que como parte de la historia educativa y cívica de Baja California, el nuevo gobierno 2013-2019 debería imprimir masivamente la obra de Carlos Ortega: “Democracia con Ametralladoras. B.C. 1958-1960”. Para que aprendan las nuevas generaciones la verdad histórica, y no comparen al PRI actual de Castro Trenti, con los sátrapas de Braulio Maldonado, en 1959. Tan solo para su toma de posesión en el Cine Reforma de Mexicali, el crápula Maldonado colocó más de 6 mil soldados ametrallados, para evitar que el pueblo bajacaliforniano que no lo había elegido, evitara su llegada al poder.
Don Abelardo Rodríguez, ex Gobernador del Distrito Norte de B.C., (1924) en su libro “Notas de mi viaje a Rusia”, con elocuencia refiere las atrocidades que en 1930´s observó en el pobre y lastimado pueblo ruso.
Si un ruso quisiera comprender la verdad histórica del comunismo soviético, la historia de las atrocidades bolcheviques, entre tantas obras tendría que leer: El Archipiélago Gulag de Soljenitzin. O conocer la Rusia actual de Vladimir Putin, leyendo a Ana Politoskaya, ejecutada por el régimen checheno en comunión con Moscú.
Quienes rociaron con gasolina las urnas en la Primaria México de Mexicali, y dispersaron con tubos y palos a los representantes de casilla, bien sabían que las urnas contenía más de 8 mil votos. Creo que este hecho, el robo –antes del domingo electoral– de más de 2 mil boletas en el ejido Puebla de la capital de B.C., y otros hechos, zarandearon las elecciones pero no lograron su cometido de revertir los pocos votos con los que triunfó Kiko Vega. Tan solo más de 25 mil sufragios. Muy poco.
¿Hubo compra de votos? ¿Se imprimieron en los talleres gráficos de la Nación, más boletas de las oficiales? ¿Se manipuló la intención del voto? ¿Participaron mapaches electorales? ¿Hubo acarreo masivo de votantes?
Alguien debe saber esto. Y tendría que investigarse. Pero una vez más, y casi de milagro que ocurrió en el corazón y la voluntad de más de casi 800 mil votantes, inclinó la balanza para el PRI y PAN. Por solo 3 por ciento, un candidato le ganó al otro. No sucedió como en 1989, cuando el hoy Senador Ernesto Ruffo Appel, recorrió pacientemente Ensenada, Tijuana, Tecate y Mexicali, y ante casi una centena de comunicadores nacionales y extranjeros mostró su virtual triunfo a través de las actas en las que los números le favorecían con una participación histórica de 70 por ciento de los votantes. La mayoría a su favor.
En el proceso electoral 2013, el Partido Revolucionario Institucional obtuvo buena cantidad de votos. A punto del triunfo por la gubernatura. No es culpa del Lic. César Camacho, presidente del instituto político, se esforzaron por convencer a los votantes. Desgraciadamente equivocaron su estrategia al afirmar en desplegados e incluso en pasquines como “El Debate”, avalado por la presidenta estatal del PRI, sin entender el consejo que don Oscar Genel, decano del periodismo y la locución en Baja California, y Tijuana en especial consideran de esta gran metrópoli. Tijuana ya no es una ciudad repleta de “lupanares” como los de la Coahuila. Esta ciudad de 124 años de edad, está repleta de universidades, centros de estudios superiores, diversidad cultural, es una ciudad pensante. Cómo le iban a creer a un pasquín como la mugre del “Debate”.
La gente se da cuenta de todo, es una comunidad pensante. Es una Arquidiócesis, no es el rancho “Tía Juana”. El Lic. Camacho debería saber, que Toluca no es “Metepec”. Si el PRI no hubiese publicado tantas inserciones pagadas con tantas mentiras y estupideces, a lo mejor habría arrasado con la voluntad de los votantes a favor del PRI. Pero como se dice “cuando al pozo se le acaba el agua, empieza a echar lodo”.
Durante toda la campaña electoral de 2013, jamás se vio a los gobernadores priistas que como “vedetes” visitaron Tijuana (Mexicali no) para apoyar a FCT, que yo sepa, nunca se les prendió el foco de ir a Lomas Taurinas para “recordar” al buen Luis Donaldo. No más se le ocurrió al Lic. Camacho recordarlo, como cuando Vladimir Putin, primer ministro ruso, evocó al Nobel de Literatura Alexander Soljenitzin, para vanagloriarse en su sepelio. Como quien dice Camacho mencionó a Colosio, por aquello de que “El soberbio quisiera ser el muerto para que lo velaran”.
Cuando en 2019, de nuevo vuelvan a realizarse elecciones en Baja California, ya habrá en México, si Dios nos presta vida, otro Presidente de la República. A lo mejor funciona la retórica televisiva y “votamos” por Erubiel Ávila. O por el desbigotado Beltrones.
Definitivamente, leyendo el ensayo histórico de Carlos Ortega sobre la historia electoral de B.C. (1958), no es cierto que el de 2013 fuese el más accidentado y difícil proceso electoral del Estado. Al menos no, como en 1959, se vio que los soldados se robasen impunemente las urnas repletas de votos. Unos malandrines en 2013, irrumpieron en la Colonia República Mexicana; pero es incomparable el clima de participación que se vivió en 1959, y este 2013, después de 54 años. Si alguien pensó inhibir la participación ciudadana o creía que los bajacalifornianos no piensan o razonan su voto, aquí están los resultados.
El escritor y filósofo José Ortega y Gasset, decía que “memoria no es hacer que los vivos estén muertos, sino que los muertos estén vivos”. Baja California tiene su memoria democrática.
Germán Orozco Mora reside en Mexicali. Correo: saeta87@gmail.com