Lou Bock, un agente retirado del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, le contó al medio especializado en negocios y finanzas Bloomberg, que al analizar los registros de aduanas de aquel país, estos presentaron un dilema, ya que había demasiado oro pasando por Miami, lugar donde casi no se fabrica joyería.
En enero de 2014, basados en reportes de Aduanas que mostraban discrepancias entre el volumen y el valor del oro procesado por la empresa, agentes federales de EU se reunieron en la oficina de Natalie Jewelry’s, en un parque industrial al norte de Miami, donde confiscaron efectivo y cientos de kilos de oro y plata.
Los dueños de Natalie Jewelry, Jed y Natalie Laden habían establecido una oficina para su empresa en la Ciudad de México. La firma vendía el oro que recibía de otras compañías, conocidas como refinerías. Los refinadores obtienen su propia comisión cuando funden el oro y envían el producto nuevo al comerciante del metal.
Así fue que el grupo criminal mexicano Cártel de Sinaloa, liderado por el narcotraficante Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, alias “El Chapo”, encontró una forma de lavar su dinero en EU ante la dificultad que representa en la actualidad enviar dinero a través de los bancos.
Los Laden se declararon culpables de conspirar para lavar dinero en nombre de otro narcotraficante mexicano, del que Bloomberg no indicó el nombre. Sin embargo, aún no han sido acusados de lavar dinero para el Cártel de Sinaloa.
La organización internacional “movió su dinero a través de ríos de oro fundido”, dice la agencia, y también señala que el cártel de “El Chapo” usó algunas de sus ganancias de la venta de droga para comprar oro en las casas de empeño de Estados Unidos, de acuerdo a registros de una Corte de Chicago.
Así, los narcotraficantes sinaloenses embarcaron a través de FedEx más de 98 millones de dólares en oro a una empresa en Florida que lo fundió y vendió por efectivo. Luego usó facturas falsas para justificar el envío a una empresa en México, indica Bloomberg.
Los documentos de la Corte, más entrevistas a personas cercanas con este esquema, “dibujan un panorama inusual y detallado de cómo el oro puede ser usado ampliamente para transferir dinero de manera ilícita”, señala el medio estadounidense.
“Si tengo gran cantidad de dinero para lavar, yo escogería el oro”, le dijo a Bloomberg, John Cassara, un ex agente especial del Departamento del Tesoro y autor de libros sobre lavado de dinero. “En realidad no hay nada que se le parezca”.
Una vez que se funde, los orígenes son difíciles de rastrear. Puede convertirse rápidamente en efectivo. Muchas de las empresas que hacen acuerdos con oro no están sujetas a los mismos estándares y reglas que los bancos, señala Bloomberg.
Personas, incluyendo a Carlos Parra-Pedroza, presunto miembro del Cártel de Sinaloa y que se declaró “no cupable”, fueron acusadas de organizar a mensajeros para recolectar las ganancias de las drogas y luego comprar barras de oro y piezas en las joyerías y negocios en el área de Chicago.
Entre 2011 y 2014, se supone que la empresa tomó cientos de cajas enviadas por el Cártel, que usó aliados como Chicago Gold o Shopping Silver.
La empresa de Florida lograba una comisión del uno por ciento, y luego enviaba el dinero a una empresa en México propiedad de Parra-Pedroza llamada “De Mexico British Metal”, de acuerdo con los documentos de la corte.
Los registros señalan que el uso de papelería falsa hacía lucir como si “De Mexico British Metal” vendió el oro a la empresa de Florida, ayudando a que la operaciones parecieran legales.