Definitivamente los ciudadanos deben acudir a sufragar en la próxima jornada electoral. Es obligación y es un derecho, es muestra de cultura y civilidad. El menú es amplio: partidos tradicionales, partidos nuevos y candidatos independientes. Lo digo porque mi siguiente comentario nada tiene que ver con provocar desgano para participar los electores en la elección de próximos funcionarios. Es solo una crítica al comportamiento interno e irregular de los partidos políticos, que en cierta forma incumplen y violan disposiciones legales y constitucionales al omitir los derechos de participación directa de sus membresías de base.
Los partidos políticos están hermanados con un fin primordial, cual si fueran congregación de sectas, se cobijan con el mismo sarape confeccionado de injusticia y antidemocracia. Son dueños de un estatus dictatorial. Viven de los recursos de un pueblo, no solo viven del pueblo, sino que piden votos al mismo para en incipiente democracia arribar al poder. Los partidos, desde hace ya rato, han mandado al carajo a sus membresías de base, para que se me entienda. Invitan a la gente a afiliarse, pero ya afiliados niegan el derecho a votar internamente y pero aún a ser elegidos en asambleas. En sus estatutos los partidos políticos tienen un respaldo para esta incongruencia, estos documentos permite la agresión a los derechos partidistas y políticos de las bases, desde el momento que se les niega la posibilidad cierta de elegir a sus precandidatos y candidatos. Los partidos le tomaron ya la medida a la gente afiliada, sencillamente los desprecian, los vomita, los utilizan, los presumen como trofeo, pero ni los ven ni los oyen.
Bajo la figura de: Designación de precandidato pro el Consejo Político; basada en consejeros que se constituyen en representantes de las bases y votan en su lugar; la figura: del precandidato de unidad; precandidato único, o el designado por los comités estatal o nacional, imponen como candidatos prácticamente a los miembros de su elite de privilegiados, a sus amigos, a sus compadres, a los parientes, a los amantes, a sus socios comerciales, a quien les da la gana, y este método totalmente antidemocrático les gusta a los que controlan al partido, ya que con ello amplían su poder interno. Igualmente amplían sus egos y el control. No importa, si con ello ofenden a las bases y les nulifican derechos político partidistas y constitucionales y les imponen la participación a la que derecho tienen para votar en las elecciones internas de partido y para ser elegidos por sus compañeros partidistas.
Resulta incómodo ver a dirigentes con métodos alevosos y perversos, todos los partidos han acostumbrado las imposiciones, los viejos partidos y las instituciones partidistas de nueva generación, todos están en el mismo costal. Actúan igual. El PRI ni siquiera tiene una base en estatutos que obligue a un control de padrón de miembros y que sean los miembros de ese partido quienes democráticamente decidan quién será su candidato. La figura antidemocrática que usan es la de “delegados electorales”; la membresía está domesticada y acostumbrada. El PAN tiene mayor control con un listado de miembros activos, anteriormente se hacían asambleas y eran los miembros activos y adherentes quienes votaban en las internas y elegían a sus candidatos.
Continuará…
Juan Manuel Cabadas Contreras
Tijuana, B. C.