Varias han sido las denuncias hechas por asociaciones civiles de inclusión y atención a personas con discapacidad, donde señalan que existen alrededor de 300 reportes de rampas y espacios para personas con discapacidad en mal estado; reportes que siguen sin ser atendidos; precisamente estudiantes de Fisioterapia en el Instituto Cuincacalli, salieron a las calles usando sillas de ruedas para conocer las barreras a las que están expuestos los ciudadanos que padecen alguna discapacidad, y así poder brindar una rehabilitación con conocimiento del entorno de sus pacientes.
La terapeuta físico y rehabilitadora Vania Acosta Herrera señaló que es importante que los estudiantes sepan los obstáculos a los que se enfrentan a diario, a fin de que puedan brindar una buena terapia y enseñanza a sus pacientes, y así “los chicos en el área de fisioterapia, la materia se llama Ejercicios Funcionales, ahorita salimos a hacer un rondín con las sillas de ruedas y visualizar la arquitectura. En sí se van a enfocar a enseñarles a aquellas personas en silla de ruedas, a manejarla y a enfrentarse a la realidad de las calles, que tan difícil puede ser”.
Estudiantes reconocen que desafortunadamente son muchas las barreras que tienen las personas que circulan por la ciudad en sillas de ruedas, algunas de las rampas están imposibilitadas para su uso, otras ni siquiera son transitables debido a la pronunciada inclinación; problemas que cada día son más comunes, y los errores de planeación, mal cuidado ocurren a diario.
“En las cuatro esquinas que alcanzamos a recorrer hay rampas, las esquinas que están destinadas para ese tipo de personas que necesitan ese tipo de aditamento, que son las sillas de ruedas, pasan por una gran dificultad, ya que la mayoría están muy inclinadas, en las que hay una buena rampa, hay banquetas y si es que hay banquetas, no están en condiciones, ya que se encuentran con salidas de autos, topes. Hubo una de las esquinas donde no pudimos pasar y tuvimos que pasar por la carretera, en toda la ciudad me imagino que debe haber lugares que están modificados”, señaló el estudiante Alberto Araiza.
Por su parte, el director del instituto, Héctor Andrés Santana, afirmó que estas actividades ayudan a los estudiantes a concientizarse y saber las condiciones reales a las que se enfrentan las personas con alguna discapacidad motriz, en particular las que usan una silla de ruedas como medio para trasladarse.
“En primera, que tengan una conciencia del discapacitado, que es al que principalmente van a ayudar, y también para que vean la realidad de lo que tenemos en nuestra ciudad, en base a la movilidad que tiene una persona con discapacidad y descubrir todas las dificultades que existen. En ocasiones son imposibles de subir, vemos por ejemplo la de Marcelo Rubio, simplemente los chicos se dieron la vuelta porque la rampa era sumamente alta y no pudieron siquiera bajarla”, expresó.
En Baja California Sur existe un registro aproximado a 50 mil personas con alguna discapacidad, algunas deben sortearse la vida trasladándose por las vialidades, otras con suerte pueden acceder a una banqueta, pero siempre encuentran algún obstáculo que les impide continuar.
