Al declararse culpable de intentar comprar una bebé en Tijuana para abusar sexualmente de ella, el seminarista Joel Wright espera una condena que podría ir de los diez años de prisión hasta la cadena perpetua.
El 29 de enero de 2016, el seminarista fue detenido por agentes federales en el aeropuerto de San Diego –al aterrizar de un vuelo proveniente de Ohio–, después de una investigación de meses en la que registraron los múltiples intentos por comprar o adoptar a bebés en Tijuana para abusar sexualmente de ellas.
Dentro de la maleta del estadunidense, agentes localizaron ropa de bebé, somníferos, botellas, dulces, juguetes y lubricante.
A un mes y medio de la aprehensión, el 13 de abril, Joel Alexander Wright se declaró culpable en la Corte Federal de San Diego.
El estadunidense de 23 años será sentenciado por el cargo de tentativa de seducción o corrupción de menores, definido en el Código Penal de Estados Unidos como “quien, haciendo uso de correo u otros medios de comercio nacional o internacional, persuada, induzca, incite, seduzca o mediante la coerción, obligue a un menor de 18 años a prostituirse o mantener actividades sexuales”.
Ya que Wright se declaró culpable antes del inicio del juicio, su colaboración será tomada en cuenta al momento de la sentencia y es poco probable que alcance la pena máxima.
Si bien, el joven originario de Ohio buscó cometer el delito en México, en Estados Unidos, la planeación y comisión de ilícitos en el extranjero están tipificados como un delito federal.
La Fiscalía General del Distrito Sur de California informó que Wright admitió haber publicado anuncios en el sitio de internet Craigslist y escribir varios correos electrónicos en los que describía su deseo por mantener relaciones sexuales con varias menores de edad.
Aunque en uno de estos correos, recibidos primero por un informante del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y después por un agente encubierto, el seminarista explica que nunca ha tenido experiencia sexual con menores, admite “he estado muy cerca, así que sí tengo experiencia”.
De hecho, en julio de 2014 el seminarista llegó a Tijuana para adoptar a una bebé, pero la persona que lo citó, lo dejó en un hotel sin regresar con la menor, por lo que el estadounidense regresó a su país. Esto no detuvo a Wright.
Nuevamente, en noviembre de 2015, Wright mantuvo comunicación con otra persona para solicitarle menores de edad.
En uno de esos correos, el seminarista detalló que buscaba penetrar a tres bebés de uno, dos y tres años de edad, para lo cual pidió “Tylenol, dulces, toallitas húmedas y crema”, según la acusación presentada ante la Corte.
Wright confesó que buscaba “adoptar/comprar una bebé (menor de tres años) para tener relaciones sexuales con ella después de que sea mía, pero no le digas a la gente eso…no voy a pagar hasta que haya visto la bebé y entonces le pagaré a los padres…la bebé más barata, de menos de tres años, estaría bien y dime Francis”.
Incluso le pidió a su contacto que en el momento de la violación sexual, permaneciera en el cuarto del hotel para filmar y participar en el acto.
Entre los detalles del acuerdo de culpabilidad firmado por Wright el 8 de abril –al cual ZETA tuvo acceso–, aceptó no reclamar los bienes que se le incautaron durante la investigación. Por ejemplo, dos celulares plegables, un iPad y 2 mil 151 dólares encontrados durante su detención, así como una memoria USB hallada en su dormitorio en Ohio.
“No hay palabras para describir el horror que pudo haber pasado un bebé inocente en brazos de ese hombre”, declaró la Fiscal General del Distrito Sur de California, Laura Duffy.
El 1 de julio, Wright, quien padece glaucoma desde niño y en su estado era reconocido como un joven destacado académicamente, recibirá sentencia por parte del juez federal Dana M. Sabraw.
Además de la pena de cárcel, quedará registrado, de por vida, como un delincuente sexual. También se le podrá emitir una multa máxima de 250 mil dólares.
