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sábado, febrero 17, 2024
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En Zerio

Hay de penas a penas


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En un juicio va el fiscal y le pregunta al acusado:

—  ¿Usted mató a la víctima?

“No”.


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— Le recuerdo que está bajo juramento, ¿Sabe cuál es la pena por perjurio?

“Sí, pero es que es mucho menor que por asesinato”.

Autor: Especialista en el NSJP “mexican style”.

 

Solo para ver

Una anciana de 80 años tuvo una cita con un anciano de 85. Al regresar a casa, su nieta le pregunta cómo le había ido:

— ¡Tuve que darle una bofetada!

“¿Por qué, se quiso propasar contigo?”.

— No, al contrario, ¡yo pensé que ya se había muerto!

Autor: Un muchocho.

 

Ya lo sabía

Cansada de esperar al final de la fila para entrar al Arca de Noé, una pulga brinca de animal en animal para acercarse al frente. Finalmente aterriza en el lomo de un elefante.

“¡Lo sabía! -dice el paquidermo, irritado, a su pareja- ¡Ya empezaron los empujones!

Autor: Usuario del transporte público.

 

Cuento “infantil”

El papá tortuga le está contando a su hijo varios cuentos antes de dormir. Uno de ellos empieza:

— Érase una vez un conejito blanco…

“¡Ay, papá!, esas son cosas de niños. Cuéntame algo de ciencia ficción”.

— Está bien. Érase una vez un conejito en el espacio exterior…

El hijo lo para en seco:

“¡Quiero un cuento de adultos!”.

— De acuerdo, pero prométeme que no se lo dirás a tu mamá.

“Te lo juro”.

— Érase una vez un conejito completamente bichi…

Autor: Maestro.

 

Vocación

José, Miguel, María y Tomás hablan sobre los empleos de sus sueños.

“Me gustaría ser abogado. Para así poder defender a mis ciudadanos”, dice José.

“Me gustaría estar en el congreso para proponer leyes que beneficien a mis ciudadanos”, opina Miguel.

María comparte:

“Yo quiero ser doctora para poder atender a mis ciudadanos. Y a ti, Tomás, ¿qué te gustaría ser?”.

Tomás contesta:

“¡Yo quiero ser ciudadano!”.

Autor: Caza-talentos.

 

Imprudente

Una vecina encuentra a un niñito sentado en las escaleras, llorando.

— ¿Qué sucede?

“Es que mi padre se golpeó el dedo con un martillo”, responde el chiquillo entre sollozos.

— Entonces, ¿por qué lloras tú?

“¡Porque primero me reí!”.

Autor: Papá vengativo.

 

Preferencias

La esposa le pregunta a su esposo:

— ¿Te fijaste, cariño? Compré un nuevo cepillo para el baño.

“Sí, pero ¡me sigue gustando más el papel!”.

Autor: Esposa ingenua.

 

Maestra acelerada

Una maestra dice a sus alumnos de nivel preescolar:

— ¡Apúrense o llegaremos tarde!

“¿Cuál es la prisa?”, pregunta uno.

— Si llegamos tarde, perderemos su siguiente clase.

“Si tiene tanta prisa, ¡váyase sin nosotros, maestra!”.

Autor: Profesor en curso de la SEP.

 

Buen cliente

En una de las mesas de un restaurante hay un hombre dormido. Llama al camarero y le pregunta:

— ¿Por qué no despierta a ese señor y le dice que hay gente esperando mesa?

“Ya lo he hecho tres veces y se vuelve a quedar dormido”.

— ¿Y por qué no lo echa?

“Porque cada vez que lo despierto ¡pide la cuenta y la paga!”.

Autor: Restaurantero.

 

Clase de inglés

Un amigo pregunta a otro:

—  Oye, ¿tú dominas el inglés?

“Pues sí, a la perfección”.

— ¿Sabes cómo se dice pan?

“Bread”.

— ¿Y cómo se dice “qué”?

“What”.

— ¿Y panqueque?

“Breadwhatwhat”.

Autor: “Teacher” de inglés.

 

Mala costumbre

—  Oiga, las uñas no se muerden.

“¿Y a usted qué le importa?”.

— Me importa porque… ¡me está mordiendo las mías!

Autor: Manicurista.

 

Castigo o condena

En Texas un hombre se declaró “no culpable” de robo, tras haber sido acusado por ¡EN ZERIO! quitarle el teléfono a su hija, de entonces 12 años de edad.

Resulta que el papá alcanzó a leer un mensaje de texto en el celular de la chiquilla y como castigo le quitó el aparato y se negó a regresárselo, pues así pretendió castigarla.

Sin embargo, como era dueña del aparato y de la línea, la madre solapadora denunció a su esposo por esta acción. Horas después, el pobre Ronald Jackson fue arrestado por la Policía de Grand Prairie.

Jackson pagó una fianza de mil 500 dólares, y después de un proceso que duró tres años, finalmente fue considerado “no culpable” por el juez. Menos mal que nunca le devolvió el celular a la chamaca.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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