En 2016 el ilustrador Mauricio Gómez Morín, segundo Embajador FILIJ, representará a México en ferias del libro como la de Chile, Bolonia, Londres y Frankfurt. “Yo al menos quiero ayudar a abrir la discusión, porque en general a los escritores, a ellos sí les pagan regalías, en general a los ilustradores les hacen un pago único y adiós”, denunció
Mauricio Gómez Morín, embajador de la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil (FILIJ) que se desarrolla cada año desde 1980 en la Ciudad de México, protagonizará en 2016 una agenda con actividades importantes tanto en el extranjero como en el país luego de su nombramiento en noviembre último.
La figura de Embajador FILIJ fue instituida por los organizadores del acontecimiento literario en 2015 cuando Francisco Hinojosa fue ungido con semejante distinción que lo llevó durante ese año a alrededor de 20 ferias del libro por el mundo y, por supuesto, en México, representando al suceso literario y compartiendo su experiencia como autor de literatura infantil y juvenil.
Aunque en la primera edición el título de Embajador FILIJ se concedió a un escritor, la segunda versión de la distinción recayó en el ilustrador Mauricio Gómez Morín “por su contribución a enriquecer la literatura infantil y juvenil, formar nuevos talentos y contar con una relevante trayectoria como artista plástico, ilustrador, diseñador y director de arte de libros infantiles y juveniles”.
La selección del Embajador FILIJ 2016 fue realizada en noviembre de 2015 durante la edición XXXV del acontecimiento literario por un jurado integrado por Marina Núñez, directora general de Publicaciones del entonces Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA); Ixchel Delgado, presidenta del Comité de Libros Infantiles y Juveniles de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (CANIEM); Azucena Galindo, Directora de IBBY México; Socorro Venegas, coordinadora general de Obras para Niños del Fondo de Cultura Económica (FCE); Elisa Bonilla, directora de la Fundación SM; Paola Morán, directora de la FILIJ, y Francisco Hinojosa, primer Embajador FILIJ en 2015.
En ocasión a su nombramiento, Mauricio Gómez Morín considera oportuno plantear algunos desafíos de la industria del libro infantil y juvenil, aunque primero adelanta algunas actividades que desarrollará durante 2016 luego de su merecida distinción.
La responsabilidad del Embajador FILIJ
Muy contento se mostró Mauricio Gómez Morín por su nombramiento, pero al mismo tiempo confesó la responsabilidad que representa llevar por diversas latitudes literarias el título de Embajador FILIJ 2016:
“Por un lado, es un gusto muy grande ser Embajador FILIJ, pero por el otro lado es una responsabilidad muy grande, tiene esas dos vertientes; responsabilidad porque fue Francisco Hinojosa el primer Embajador y deja como el estándar muy arriba y qué bueno, y como lo platicaba yo con él, no hay ningún manual que te diga qué es lo que tienes que hacer, tú tienes que enriquecer esto y darle un sentido, eso es parte de la responsabilidad”, refirió el ilustrador en entrevista con ZETA.
El artista recordó que el reconocimiento de “Embajador” es un concepto surgido en Europa que afortunadamente países como México están replicando en sus diversas modalidades:
“Esto surgió en Inglaterra a finales de los años 90, la sociedad de bibliotecarios del Reino Unido decidió crear el Children’s Laureate en 1999, era como atribuirle un reconocimiento a un autor muy importante, el primero fue el gran ilustrador inglés Quentin Blake, un portento en el mundo editorial infantil, y la segunda embajadora fue Anne Fine, y luego se corrió por el mundo; lo hicieron en Francia, Estados Unidos, en distintos países para replicar esta idea; y en México le llamamos Embajador y pues significa que eres portavoz y un resonador de la cultura infantil y de la literatura infantil para el mundo, ése es el sentido de este nombramiento”.
Aclaró luego de que la segunda edición del título de Embajador FILIJ recayó en un ilustrador:
“Los organizadores decidieron alternarlo anualmente entre un escritor y un ilustrador; también es una cosa nueva que no existe en los Estados del mundo, esto es una cosa mexicana, muy significativo porque es darle también un peso importante a las ilustraciones en los libros infantiles”.
En cuanto a las actividades a llevar a cabo durante 2016, Mauricio Gómez Morín adelantó que participará en acontecimientos literarios como la Feria del Libro de Chile, donde México será el País Invitado de Honor, además de Feria Internacional del Libro Infantil de Bolonia (Bologna Children’s Book Fair), además de la de Londres, Inglaterra, y la de Frankfurt, Alemania.
El Embajador FILIJ 2016 dijo:
“Parte del programa que estamos elaborando es difundir el trabajo de los ilustradores mexicanos, tenemos la intención de reunir una colección de trabajos lo más representativo posible, a mí me toca ser portavoz, ésa es la idea, hacer un catálogo, una muestra que yo pueda viajar con ella”.
Aunque advirtió que en el país no asistirá a todos los acontecimientos literarios:
“Son muchísimas ferias del libro en México, no creo que pueda ir a todas, porque hay desde Mérida hasta Tijuana; ese programa se está elaborando para las ferias de México, pero justamente eso mismo que voy a llevar a otros lugares del mundo lo voy a llevar a México, porque tampoco es que nosotros mismos conozcamos todo lo que en este campo se está haciendo; yo también voy a hacer una presentación de lo que son los libros mexicanos”.
El ilustrador no se olvidó de los promotores de lectura como parte de su responsabilidad como Embajador FILIJ:
“También vamos a hacer unos talleres en México con promotores de lectura y quiero llevar un registro de sus experiencias, porque una cosa son las ferias, que es un mundo muy de repente un poco banal, de pose, esnobista, y otra cosa es pensar en esos maestros que andan en la sierra cargando los libros con las bibliotecas en el lomo llevándoselos a los niños; yo también quiero conocer esa parte de ese trabajo y hacer presentaciones de cómo funciona el sistema de las salas de lectura en las ciudades, en los pueblos, en todos lados, porque ésa es la literatura viva para niños, ver cómo se difunde, cómo se trabaja, cómo existe la vida de los niños mexicanos, qué tan significativos son esos libros que llegan a su vida en las regiones más difíciles o en las ciudades, ésa es otra parte del programa que estamos elaborando”.
De las caricaturas a la ilustración profesional
Cuenta el ilustrador a ZETA que desde niño le gustaba dibujar, incluso fue en la educación básica cuando mostró su predilección por la caricatura:
“Yo desde niño dibujaba, en la primaria hacía caricaturas y las vendía a mis compañeros, me acuerdo que me daban un peso”.
Ése solo fue el inicio de la aventura por el dibujo que poco a poco fue tomando forma cuando cursó la preparatoria:
“Ya cuando crecí, fui de la primera generación del CCH de la UNAM, cuando salí tenía un buen maestro de artes plásticas en la prepa, yo ni siquiera tenía claro que se podía uno dedicar a eso en la vida; lo hacía, pero no tenía esa conciencia”.
Después de la preparatoria, estudió Pintura en La Esmeralda con la ilusión de convertirse un pintor famoso, pero su verdadera vocación tenía otros planes para fortuna de la ilustración en México:
“Me dediqué a la ilustración porque no tenía para vivir, porque vender pintura es muy difícil, el mundo del arte no es tan sencillo y entonces empecé a trabajar haciendo dibujos para distintos lados, haciendo portadas, son una oportunidad de trabajo, fundamentalmente; pero yo decía, ‘yo quiero ser un pintor muy famoso, tener mucho éxito’, y veía a la ilustración como si hubiera caído bajísimo, así como que ¡qué mal!”.
Gómez Morín revela que empezó a ilustrar “por necesidad”, incluso evoca que después de la fundación del Consejo Nacional de Fomento Educativo (CONAFE) en 1971, inició formalmente a ilustrar para la célebre colección “Colibrí”:
“Empecé a hacer ilustración para niños en una revista que había en el CONAFE, ‘Colibrí’, ahí, ésa fue mi escuela, ahí aprendí. ‘De ahí, pal real’, la ilustración me ha dado de comer, pero más me ha hecho crecer; sigo pintando, hago exposiciones, pero para mí el trabajo central de ilustrador es lo que me ha formado”.
Remató: “La ilustración se ve como una materia en las carreras de diseño gráfico, te enseñan a pintar con acuarela, pero no te enseñan la parte teórica, histórica, conceptual, semántica, como más a profundidad artística, entonces la revista ‘Colibrí’ fue una escuela, ahí conocí a Felipe Dávalos, Leonel Maciel, ilustradores que ahora son decanos de la ilustración en México y gente importante en el mundo de la ilustración”.
Su obra se reconoce en la colección “Libros del Rincón” de la SEP, además fungió como director artístico de las colecciones infantiles del Fondo de Cultura Económica (FCE), de hecho el título más reciente que ilustró es “La fórmula del doctor Funes” de Francisco Hinojosa (FCE, 1992; reedición 2015) y laboró como gerente de Diseño e Imagen en Editorial Santillana.
Los desafíos de la industria de la literatura infantil
Antes de considerar los retos de la industria de la literatura infantil y juvenil, Mauricio Gómez Morín (Ciudad de México, 1956) reconoce en entrevista con ZETA:
“Cuando la FILIJ empezó en 1980 casi no había autores que escribieran para niños en México, había pocos ilustradores, no había diseñadores que supieran hacer libros infantiles, había pocos editores, la FILIJ en 1980 eran unas cinco carpitas ahí enfrente del Auditorio Nacional”.
— ¿Se puede hablar ya de una industria de la literatura infantil y juvenil en México?
“Se puede hablar ya de una industria, pero yo tendría que hablar solamente de la parte de la industria en la que yo estoy, la que conozco, que es la de los autores; como escritores, como ilustradores, es una industria consolidada, pero también hay que decir la verdad: Es una industria consolidada pero ahora desde hace unos 10 años, cuando empezó el programa de Bibliotecas de Aula de la SEP jaló a muchos corporativos extranjeros, vinieron los ingleses, vinieron los españoles, que han ido comprando editoriales mexicanas, ellos han impuesto un poco las reglas del mercado; en el caso especial de los ilustradores nos hace falta crecer mucho gremialmente para defender también las condiciones de trabajo porque ellos son los que ponen las condiciones.
“Yo al menos quiero ayudar a abrir la discusión, porque en general a los escritores, a ellos sí les pagan regalías, en general a los ilustradores les hacen un pago único y adiós; si el libro se reimprime, se vende en otras partes del mundo, ya no ves ningún centavo de ese trabajo, ése es un asunto de las editoriales, no es que los escritores sean gandallas, simplemente son tratos diferentes; y creo que es importante que yo hable por esas condiciones de mi gremio; ahorita son poquitas las editoriales que te pagan (al ilustrador) como le pagan a un escritor, con regalías.
“Bueno, entonces es un momento en el que cuando hubo dinero público para las Bibliotecas de Aula, pues llegaron de todos lados porque había lana para hacer grandes ediciones de las que hacía la SEP, ahora ves que las Bibliotecas de Aula se han reducido, eso ya no existe, pero quedó una gran capacidad instalada; sí es una industria en ese sentido.
“Yo digo que casi todos nosotros, los que somos la cadena de producción del libro como los escritores, ilustradores, diseñadores, traductores, correctores, editores, impresores, los promotores de lectura, los ferieros, somos una banda muy grande que es la cadena, pues ése es un mundo; y otro mundo es el de las grandes empresas editoriales que están en el negocio”.
Reconoció como principales desafíos de la industria del libro infantil:
“Ahora yo creo que el reto es cómo mantener ese crecimiento que hubo cuando había muchos recursos públicos para hacer libros, cómo mantenerlo ahora que no hay la misma cantidad de recursos; y eso lo ves en la industria editorial pero también lo ves en las actividades culturales en todo el país, va a haber menos dinero para patrocinar esto, entonces ése es el reto, cómo le vamos a seguir haciendo; y la otra parte es apoyar el trabajo de los promotores de lectura”.
Finalmente, valoró al libro infantil considerando a figuras como Felipe Dávalos, Leonel Maciel, Rafael Barajas “El Fisgón”, Francisco Hinojosa y otros autores más jóvenes como Antonio Malpica, Martha Riva Palacio Obón, o Juan Gedovius:
“Hay muy buenos ilustradores e ilustradoras mexicanos, que no necesariamente todo el mercado los puede absorber, hay menos escritores pero hay muchos escritores y escritoras que están en el ranking de los mejores escritores de habla castellana; por lo menos en el mundo hispanoamericano en esa parte creativa, cultural, expresiva tanto de la escritura como de la ilustración pues estamos muy bien.
“España es una gran potencia editorial pero no tiene el mercado que tiene México o Brasil, Colombia, Argentina, Chile; entonces, yo veo esa vitalidad, que tenemos algo que decir, hay mucha calidad; y otro fenómeno que me parece importante es que ahora los libros infantiles no solo los ven los niños, los ven los papás, los ven los maestros, o sea, están formando a otros lectores también, se rompe un poco esa barrera de la edad”.