Desde inicios de 2015, en febrero, el tránsito sobre el puente vehicular Lázaro Cárdenas en Tijuana se ha visto impedido por cierres parciales y totales gracias a la obra que beneficiará al negocio personal del Gobernador, Francisco Vega y –precisamente– el dueño de la constructora. La modificación del puente “Lázaro Cárdenas” ayudará no solo “subir” a quienes viajen de este a oeste por el bulevar Alamar y asciendan por el mentado puente, sino que directamente ayudará al desarrollo residencial San Carlos, construido por una filial del Grupo Arnaiz en terrenos del gobernador. Pues con la obra se libera una de las calles aledañas al desarrollo inmobiliario que permitirá tener un acceso directo. La venta del espacio para los condominios, resultó en una ganancia de 39 millones de pesos para “Kiko” Vega y la ampliación de carriles en la vialidad, implicó una inversión de 16.6 millones de pesos por parte del Estado. Por el tramo, transitan más de 100 mil vehículos al día, pero con el caos que la constructora aún no termina son más largas las esperas. La dichosa obra se presentó con una duración de 4 meses y se ha tardado lo que lleva el año. Cero y van 10.