Justificado en que toda la energía de su departamento jurídico lo concentra en el tema de los límites territoriales, el presidente municipal de Rosarito, Silvano Abarca Macklis no ha movido un ápice a las investigaciones que –cacareó– llevaría hasta las últimas consecuencias contra Javier Robles Aguirre, su antecesor. Lo que se supo, antes de que Silvano entrara en mutis, es que fueron alrededor de 200 millones de pesos el daño patrimonial que “Tito” Robles dejó al Ayuntamiento. El monto se distribuye en deudas a proveedores, material, exceso de empleados y desaparición de comprobantes, como es el caso de los pasivos corrientes por 85 millones de pesos y adeudos a ISSSTECALI por 30 millones de pesos. Además está la deuda de 400 millones de pesos a 15 años, y un contrato ventajoso a 15 años por 337 millones de pesos para la empresa Cook Lite a cambio de la renovación de luminarias. Nada, ni Silvano, ni el jurídico, ni sindicatura, ni la Procuraduría General de Justicia han hecho algo.
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