Sin el encanto que implicó su primera visita, ni gran respuesta en convocatoria, Los Planetas retornaron a Tijuana para un concierto que nuevamente tuvo como sede el Black Box, donde a pesar del panorama, salieron dispuestos a lograr que el poco público pasara un buen rato. Eran las once de la noche del 5 de septiembre y en el recinto apenas había un aproximado de ochenta personas que, al estar esparcidas entre las diferentes mesas y entrada, evidenciaron más el espacio libre que difícilmente se ocuparía. Pero el programa seguía en pie y era turno de que PL DVNA subiera al escenario. Comenzando su participación con sonidos atmosféricos, siguieron su acto con una pausa que introdujo el segundo tema cuando su guitarrista, Julio Pillado, dijo: “La canción que sigue va dedicada a Los Planetas que están de este lado. I love you”. Y así era. Arremolinados en el extremo derecho del templete, los músicos de noise pop se encontraban viendo la presentación de los tijuanenses. Para ese momento, varios asistentes ya se habían acercado a la pequeña valla para tener una mejor vista de lo que pasaba, mientras que un par aprovechó el aviso para ir directamente hacia Jota (vocalista) y pedirle un autógrafo o fotografía a su lado; peticiones a las que accedió sin problema alguno. Llegada la medianoche, su cordialidad pasaría a estar en prueba en el entablado. Con ya un centenar de presentes, “Los Poetas” arrancó el repertorio de quienes en marzo del año pasado llegaron por primera vez a Tijuana, como parte una iniciativa que se logró gracias a la unión de varios proyectos culturales de la ciudad. De ahí que aquella magia fuera difícil de igualar, con todo y que esta vez el concierto fue en sábado y no en domingo. “Buenas noches, muchas gracias por volver. Somos Los Planetas, venimos desde Granada, España, y bueno, estamos muy contentos de estar aquí en Tijuana porque es nuestra segunda vez, es nuestro regreso”, fue la primera interacción que el vocalista del grupo hizo con el selecto número de personas que los escuchaban porque, si bien es cierto es el lugar no se abarrotó, también en esta ocasión los presentes se distinguieron por ser verdaderos fanáticos de la banda. Pocos pero entregados, y con la firmeza de aprovechar esa intimidad que propiciaba un concierto más fluido. Lamentablemente, hubo un factor que por momentos impidió que las cosas se dieran de esa manera y recayó en las fallas de sonido, porque aunque una de las características en vivo de Jota es que su voz apenas se distingue, la mayor parte del concierto tuvo en su contra que el audio de su micrófono lo opacara más de lo normal, afectando temas como “Señora de las Alturas”, “Ya No me Asomo a la Reja”, “Corrientes Circulares en el Tiempo” y “Nunca me Entero de Nada”. 
Pero ni esa falla impidió que el público se emocionara con el turno de “Toxicosmos”, canción que en 1998 dieron a conocer por el álbum “Una Semana en el Motor de un Autobús”, y que esa noche le permitió a Eric lucirse en la ejecución de su batería, mediante un solo en la parte final, en el que la rapidez de sus brazos, por varios segundos fue el punto de atención a enfocar. De cabello y barba canosa, su habilidad a los 48 años no dejó duda y la energía que proyectó, pronto se contagió entre los demás. “Jota, te traje una cheve, agárrala”, era la insistencia de un hombre en primera fila, antes de que sonara “Motores de Combustión”, pero quien en los 90s comenzó el proyecto de Los Planetas junto Florent Muñoz (guitarra), no demostró haberlo escuchado, lo que desanimó al fanático. La realidad es que en ese momento, el músico intentaba que le hicieran caso para que arreglaran los problemas técnicos, pero igual que la persona de la cerveza, no recibió una respuesta satisfactoria y su molestia se iba haciendo notoria. El contraste estaba del lado de la gente que seguía disfrutando y cantando al unísono “Santos que Yo te Pinte”, dándole balanza a la situación que, incluso, llevo a Jota a tener que ser él mismo quien moviera uno de los amplificadores para ver si eso ayudaba a mejorar la acústica. De esa forma fue que prosiguió con “Rey Sombra”, “Si me Diste la Espalda” y “Devuélveme la Pasta”, para después solicitar un cigarro y darle un par de fumadas antes de continuar. Con la garganta más despejada, pero igual de pegado y en quietud ante el micrófono, el responsable de “Super 8” y “Pop”, acercó su guía de setlist -que ya había modificado- y dio espacio a “Canción del Fin del Mundo” cuando ya rebasa la hora de canto y el show parecía llegar a su primera mitad. No obstante, el plan que inicialmente tenían trazado y emulaba en buena porción al concierto de 2014 no se concretó, ya que esa noche solo tocaron cinco canciones más, dando por concluida la presentación a la 1:30 am, tras “Segundo Premio” y “Un Buen Día”. Sin llegar a la parte de sus dos encores programados, y pese a que el público solicitaba volvieran a salir, Los Planetas prefirieron no hacerlo, quizá, como consecuencia de que no se cuidó la calidad del sonido. Punto que bien vale corregir, si es que entre sus planes está el seguir considerando a Tijuana como una de sus escalas cuando visiten México.
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