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domingo, abril 7, 2024
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Tres años

En vísperas del tercer informe de gobierno del licenciado Enrique Peña Nieto, Presidente de todos los mexicanos, los diferentes medios de comunicación empezaron a hacer públicos los promocionales con números relacionados con las acciones de su gobierno. Una suerte de resultados de las políticas peñistas implementadas, en ese esquema hemos visto propaganda con datos duros, dos ejemplos:   Uno habla de 17 mil kilómetros de carreteras construidas, más de mil kilómetros de nuevas autopistas, y nueva terminal ferroviaria en Durango. Otro menciona casi un millón de maestros y alumnos de 5º año que ahora tienen Tablet o laptop, de la entrega de 7.8 millones de becas a alumnos de escuelas públicas, el funcionamiento de 23 mil escuelas de tiempo completo y 20 mil planteles mejorados. Son buenos diseños, fotos o imágenes coloridas, con dos personajes principales, la amigable imagen del Presidente Peña y las obras en toma amplia o aérea. Y muy importante: Poco texto, por lo tanto el anuncio es más fácil de digerir y hay poco para analizar o cuestionar. El eslogan que seguramente ya escucharon es “3 años moviendo a México” y cuando hay imagen al final se autocalifican con una palomita, de esas que ponen los maestros en la tarea cuando la respuesta es correcta. Evidentemente la sociedad tiene poco acceso al detalle de cómo se llegó a esos números que están dando, los anuncios tampoco enfatizan en qué medida han mejorado la vida de los mexicanos estas acciones, y la mayoría de los ciudadanos tampoco tienen el tiempo y el humor para investigarlos, así que podrá el Presidente, sin problema alguno llenarnos de números en su próximo informe de gobierno que marcará la mitad de su mandato. Sin embargo resulta muy difícil creer que las políticas y acciones implementadas son las correctas cuando el informe 2015 del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) reporta que en los últimos tres años el número de pobres en México ha crecido de 53.5 a 55.5 millones. El dato de que la pobreza extrema (alimentaria) se redujo mínimamente de 11.5 millones a 11.4 millones tampoco resulta alentador, pareciera que en la mentada redistribución de la riqueza que hacen los peñistas, lo único que se está haciendo es quitándole mucho a los pobres para darles poquito a los paupérrimos. Luego la devaluación del peso frente al dólar en un 30.55 por ciento, y la pérdida del poder adquisitivo. La reducción de las expectativas de crecimiento de 3.8 por ciento a 2.2 por ciento. Situaciones que si bien son impactadas por la macroeconomía, también son afectadas por las decisiones internas. Es imposible olvidar los miles de alumnos sin clases por varios meses en diferentes estados el pasado período escolar. La pugna con un sector de los maestros que no terminan de controlar. Qué tal el circo de la “casa blanca” donde el hombrecillo impuesto por el Presidente en la resucitada Secretaría de la Función Pública para exonerarlo junto a su mujer y su secretario de hacienda, por tener una costosa casa “vendida” por uno de los constructores favorecido por sus gobiernos.  Para que igual, al final, el Presidente Peña terminara ofreciendo disculpas por la indignación causada, “disculpa no pedida, culpabilidad manifiesta”. En seguridad, una supuesta “disminución” en el tema de homicidios, aderezada con un sub registro del delito, pero que sigue sembrando de muerte todo el país. Encuestas que evidencian la ausencia de credibilidad de la ciudadanía en las autoridades y que manifiestan sentirse cada vez más inseguros. Las deficientes realidades históricas, o falta de resultados en las desapariciones y/o ejecuciones en Ayotzinapa, Tlatlaya, las mujeres de la Narvarte y el periodista Rubén Espinoza, el ataque militar en Ostula. Todo esto aderezado con la segunda fuga de Joaquín “El Chapo” Guzmán en julio de 2015, casos que dejaron a México y los mexicanos en el ridículo internacional y de nuevo destilando corrupción. Por lo pronto, lo único seguro en el discurso del tercer año de gobierno de Peña Nieto, será la reiterada mención de las reformas estructurales, personajes principales de todas, pero todas los arengas presidenciales, lo que los mexicanos seguimos sin ver, y menos traducidos en las mesas y bolsillos, son los anunciados resultados positivos. ¿Qué tanto vaya a decir o aclarar el Presidente Peña de los temas realmente importantes en su próximo Informe? Los desconocemos. Pese a que recientemente tuvimos un lamentable ejemplo de cuáles son sus prioridades informativas, cuando en cuestión de horas decidió aclarar que no traía las calcetas al revés, en la Quinta carrera Molino del Rey del Estado Mayor el 15 de agosto, los mexicanos le daremos el beneficio de la duda.


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