Luego de dos años como diputado federal, el priista Chris López Alvarado cumplió su amenaza (él le llama promesa) de inaugurar (él le dice reubicar) su módulo de atención ciudadana en un lugar a todas luces dispendioso (bueno, él lo llama céntrico). El sábado 23 de agosto, en el Bulevar Agua Caliente y con vista a los campos de golf del Club Campestre, la política local se congregó alrededor del diputado. Los alcaldes de Tijuana, Tecate, Ensenada, diputados federales y locales; delegados de las demarcaciones municipales, federales, regidores, sindicalizados… bueno, el open house en grande. Unas instalaciones pomposas y adecuadas para -a decir del legislador- atender y recibir con las puertas abiertas a la gente necesitada de su distrito, por cierto, ubicado al menos a 11 kilómetros de distancia. “Se lo pregunto directo, ¿quiere o no ser alcalde de Tijuana?”, le inquiere CUENTAHILOZ. López resuelve: “Creo que sería muy hipócrita si te dijera que no deseo…a quién no le gustaría”. Pero, dice, sin poner fecha ni momento. Ya dirá el tiempo, susurra. Las instalaciones nuevecitas, aclara, “son propiedad familiar”, las tiene en comodato, el gasto de mantenimiento y billes, ésos sí, asegura, corren de su bolsillo y no de los 28 mil pesos que cada mes el Congreso de la Unión le deposita para “asistencia legislativa”; partida destinada justamente al módulo de cada diputado. El priista reta y califica tal cantidad de “insignificante”, en comparación con los “miles de millones de pesos que hemos traído a la ciudad”. Las campañas ya comenzaron.