El 6 de agosto, un derrame de 40 mil metros cúbicos de tóxicos hacia el Río Bacanucho, que confluye con el Río Sonora, provocó el desastre minero más grande en la historia de México. El responsable, es decir, la empresa Grupo México -al determinarse que el lamentable incidente se debió una falla estructural en un tubo de una presa de desechos por falta de mantenimiento-, quedó sujeto a una multa de 40 millones de pesos, que parece poco para los productores agropecuarios del Río Sonora, quienes estas fechas viven un drama, a partir de que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales emitió un boletín advirtiendo que no se consumieran los productos de la zona. En consecuencia, los compradores nacionales y extranjeros de estos proveedores sonorenses dejaron de adquirir su mercancía. Al momento, los principales afectados son 22 mil residentes de Arizpe, Aconchi, Banámichi, San Felipe de Jesús, Baviácora, Ures y Huépac, quienes viven de empresas familiares dedicadas en su mayoría a la producción de bacanora, miel y queso. Al momento siguen sin determinar las pérdidas económicas de esta evidente negligencia. La minera es propiedad de Germán Laurrea Mota Velasco, considerado el segundo hombre más rico de México, que además ocupa la posición 58 de entre los más adinerados del mundo.
Publicidad
