CAÑOS. En la antepasada Sesión Legislativa del Congreso del Estado, Nereida Fuentes, desde el honorable Pleno, otorgó con gran pericia una inigualable cátedra. La priista aseguró que en base a “la igualdad de género” impulsada desde el Gobierno Federal, presentaría una iniciativa de Ley. Así abrió su exposición: “Las mujeres tenemos que hacer largas filas para pasar a los baños, los hombres entran y salen del suyo con rapidez”. Caray, pero apenas fue el principio. Luego fue más allá: “Cuando se pregunta, ¿por qué sucede esto?, una respuesta inmediata será, ‘porque las mujeres tardan en arreglar su ropa y maquillaje en los baños’, (pero no) las filas se forman afuera, porque los cubículos con los escusados están ocupados”. Por si nadie lo sabía, la diputada del PRI se explayó en las diferencias “biológicas” entre hombres y mujeres, las cuales respaldaban su propuesta de modificar la Ley de Edificaciones y obligar a los albañiles (hombres) a construir baños más grandes para mujeres. “Los sistemas genitourinario femenino (interno) y el urinario masculino (externo), que es agravado en la mujer por el periodo menstrual, al aumentar el margen de tiempo que requiere en el baño, así como la frecuencia con que necesita acudir al sanitario”, leyó ante sus compañeros diputados. Nereida retornó en un instante a las clases de anatomía de la primaria: “(La menstruación) No es controlada de manera consciente por la mujer, a diferencia de las otras dos necesidades que nos llevan a utilizar los baños. Mientras que los hombres pueden tolerar un retardo razonable al buscar un baño, una mujer menstruando no siempre lo puede hacer”. Bien representadas las bajacalifornianas, la diputada terminó argumentando que los hombres puedan “realizar la función parados”, en un mingitorio, o “en cualquier sitio”, mientras que la mujer “requiere entrar a un cubículo, retirarse y acomodar parte de su ropa y sentarse”. Gran ponencia. MIEDO DE QUÉ. Para un pueblo tan pequeño como Tecate, el modo de actuar de Francisco Javier Palacios, secretario general del XXI Ayuntamiento, causa dudas y comentarios. Los altos funcionarios de la ciudad no se explican cuál es el motivo de que Don “Pancho” sea resguardado por gente armada. Escoltado, pues. Aseguran que jamás en la historia del pueblo, el encargado de ese despacho ocupó, ni pidió seguridad. De apellido Gama, el policía inscrito en la Dirección de Seguridad Pública goza de una compensación económica, según la nómina. Además, el secretario tiene a sus servicios un chofer particular para lo que se le ofrezca. EL JUICIO. Durante la tarde del jueves 10 de julio, ex empleados de la Procuraduría de los Derechos Humanos ratificaron una petición de juicio político contra Arnulfo de León Lavenant. Es decir, una solicitud para que el priista sea echado con todas la de la ley, de la institución. Acusaciones sobran: violación de derechos humanos, amenazas, agresiones, desvío de recursos, entre otras delicadezas. Quienes predicen el futuro, creen que José Luis Pérez Canchola, el primer titular de la PDH en Baja California, puede ocupar el puesto. Él, por lo pronto, solo dice “a ver, a ver qué pasa”. El ajedrez se mueve, y los alfiles tiemblan.