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domingo, febrero 25, 2024
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Mediocre

En marzo de 2012, durante su primer día de campaña como candidato a la Presidencia de la República, Enrique Peña Nieto se comprometió a triplicar el crecimiento económico del país; lo hizo frente a representantes de los sectores productivos en Jalisco. Pero en menos de 17 meses de administración, las políticas económicas y hacendarias promovidas e impuestas desde su gobierno, terminaron por sumir al país en otra recesión. Dichas consecuencias de sus acciones, lo exponen como un incumplido embustero, aunque desafortunadamente para los mexicanos que diariamente se suman a los cinturones de pobreza, Peña tiene hasta el 2018 para corregir el rumbo. Conforme a las cifras de la Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) al comparar el primer trimestre de 2013 con el de 2014, el poder adquisitivo de los mexicanos se redujo en un 5.76 por ciento; la pobreza aumentó en 3.46 por ciento y la generación de empleos disminuyó en un 50 por ciento. Mientras, Luis “El Ajustador” Videgaray, quien se desempeña como Secretario de Hacienda,  y sus compañeros de gabinete continúan sin implementar acciones que permitan visualizar un futuro menos sombrío. Dicen los que saben, que la economía como el clima no tiene palabra, y los hechos demuestran que el secretario Videgaray, tampoco. Para su primer año de gobierno, en 2013, proyectó un crecimiento del Producto Interno Bruto del 3.5 por ciento que después bajaron al 3.1, luego descendieron al 1.8 para ajustarlo casi inmediatamente al 1.7 por ciento. Al final la realidad superó el pesimismo oficial y el año concluyó, según la misma Secretaría de Hacienda, con apenas el 1.3 por ciento de crecimiento, el peor en los últimos años. Este 2014 no pinta mejor, de nuevo buscando la aprobación de su presupuesto y reformas, el Secretario de Hacienda prometió un crecimiento del 3.9 por ciento. Apenas ha transcurrido el primer trimestre el año y “El Ajustador” Videgaray ya reconsideró que la economía no crecerá más del 2.7 por ciento, los especialistas son menos optimistas  y plantean de 2 a un 2.5 por ciento, aunque la experiencia muestra que puede seguir bajando.  Luego para justificarse se le ocurrió exponer que otros países están peor, y asegurar que la economía mexicana crecerá más que la de Estados Unidos y la de Latinoamérica, afirmación falsaria de acuerdo a las expectativas de crecimiento publicadas por el Banco Mundial, donde considera que este año el país vecino crecerá un 2.8 por ciento y América Latina un 2.9 por ciento. Adicionalmente, frente a la audiencia del FT Business of Luxury Summit, el titular de Hacienda le echó la culpa a la inseguridad y aseguró que cuando esos niveles mejoren el país será más competitivo. Con lo que devaluó el discurso triunfalista del secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong, quien aseguró ante los senadores que aunque el secuestro y la extorsión crecieron el año pasado, este 2014 el homicidio y el robo registraron reducciones de más del 10 por ciento y de los 122 objetivos relevantes de la delincuencia organizada, ha detenido a 68, abatido a 12. Sin embargo, el secretario Videgaray insiste en que la mejoría en el consumo de marzo y abril 2014 –cifras que evidentemente solo él tiene– anuncian una recuperación, que únicamente él puede visualizar. Al tiempo que sigue prometiendo un crecimiento del 5 por ciento, pero advierte con desfachatez que será para finales de sexenio, como para el 2018, ¿y en los próximos 3 ó 4 años qué? En medio de los justos reclamos vertidos porque la electorera inversión del gobierno no genera trabajos, ni abate los niveles de pobreza, el secretario de Hacienda solo atina a reconocer que los resultados han sido “insuficiente o insatisfactorio”. Calificativos melosos considerando que las consecuencias recesivas, mediocres, abusivas y fatales para muchos millones de mexicanos que no tienen la suerte de tener las prestaciones y un sueldo mensual de más de 145 mil pesos como el de Videgaray. Los legisladores federales panistas aprovecharon las negras expectativas financieras para recordarle al gobierno priista, que la miscelánea fiscal recaudadora (propuesta por la Presidencia y aprobada en el Congreso con mayoría del PRI-PRD) no ha servido más que para darle al bienvenida al fantasma de la recesión, y reclamaron que los peñistas estén gastando el erario en programas electoreros como la fallida cruzada del hambre, que en el 70 por ciento de los casos no cumplen con su objetivo. Como dijo Guillermo Ortiz, presidente del consejo de administración de Banorte-Ixe, la reforma actual elevó los niveles de incertidumbre para las empresas. Además de imposibilitar a los inversionistas internos para crear trabajos. Entonces, el planteamiento de una contrarreforma fiscal hecho por los senadores de Acción Nacional no suena como una invitación que se deba rechazar. Aseguraron que iniciarán una consulta nacional, será cuestión de esperar que se organicen con mayor rapidez, a la velocidad con que se desploman los indicadores de la economía mexicana.  


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