CACHETÓN. Aplausos, ovaciones y piropos merece el procurador de los Derechos Humanos en Baja California, Arnulfo de León Lavenant, quien apenas había ganado un espacio en esta columna en su edición anterior por -a todas luces- no tomarse en serio el tema de trasparencia y las leyes que de ella emanan. Poco flujo y actualizaciones sufría hasta hace unos días, la información que por Ley debía transparentarse: presupuestos, contratos, padrón vehicular y, por supuesto, los sueldos y plantilla de todos los empleados… incluyéndolo. A dos años de estar en el cargo y en ausencia de alguien que la haga valer, el procurador por fin hizo el esfuerzo por acatar la Ley. En los últimos días se ha ido revelando la tan apreciada información pública, y por ello, la ovación para el priista metido a ombudsman. El único detallito es que tras conocer el sueldo mensual del procurador, se deduce un aumento bastante nutritivo. En la nómina de Heriberto García, su antecesor en la PDH, el procurador aparece con 66 mil 929 pesos mensuales. Arnulfo, por su cuenta, con 86 mil 505 al mes. Una diferencia de 20 mil pesos más, cachetonamente. DÓNDE QUEDÓ. Cuando el gobernador de Baja California, Francisco Vega de Lamadrid, anunció su gabinete semanas antes de tomar posesión -en aquel lejano primero noviembre de 2013-, la clase política esperó con ansias el puesto que Kiko le guardaría a Óscar Vega Marín, quien fue el coordinador general de la campaña del hoy mandatario. Mucho se dijo -entre todas las voces- que el panista sería el próximo secretario de Seguridad Pública. Pero no. Al tiempo se supo: “jefe de Protocolo del Ejecutivo”. Un cargo hasta ese momento inventado y, evidentemente, muy lejano a las expectativas de una secretaría. En estos días, se puede saber que el primer ofrecimiento para Vega era representar una nueva dependencia con alcances internacionales y de mayor relevancia. Ahora, aseguran en el Gobierno del Estado, que ese “proyecto” que encabezaría Vega Marín está en las manos atoradas de Mario Herrera, coordinador de Gabinete. Por lo pronto, el ex alto funcionario de la Secretaría de Gobernación, ex secretario de Educación y aspirante a la gubernatura, es el “coordinador” de relaciones públicas del gobierno, un puesto de tercero o cuarto pelo en el organigrama, y en el agradecimiento de Kiko, el muy protocolario… OLVIDO. Un recorrido de este columnista por las calles de Tecate dio testimonio de lo que el sector empresarial y la oposición en la anterior administración señalaron y denunciaron. A semanas de concluir su administración, Javier Urbalejo Cinco, ex alcalde y menguado aspirante a la dirigencia estatal del PRI, solicitó un crédito a cargo del ayuntamiento por 80 millones de pesos, para un proyecto de pavimentación. Tecatenses recuerdan cómo de pronto se dijo que el recurso se había agotado y que el beneficio podría verse en toda la ciudad. La verdad es que pocas calles fueron atendidas. Algunos contratistas y enterados aseguran que el recurso millonario no se aplicó, o se comprobó con prácticamente trucos de magia. A la vista, decenas de avenidas únicamente muestran los cordones de concreto abandonados y las calles llenas de lodo. Lo peor es que no hay en el actual gobierno quien pida ni haga justicia: el actual síndico, Daniel de León, fue el secretario de Urbalejo, y el único panista regidor de oposición, Víctor González, sus propios compañeros de partido lo ven más amigo del PRI-gobierno que los mismos priistas. En fin, el “Pueblo Mágico” más mágico que nunca.