Periodista, locutor, escritor, cronista, amigo, consejero ejemplar; deja un gran legado a la comunidad Su pasión fue el periodismo. Nació para ser reportero, de espíritu y mente curiosa, por eso le llamó la atención el quehacer de la sociedad. Procuraba siempre la información objetiva, la que no tenía relación con el morbo. Mesura, sensatez y humildad, fueron su sello distintivo. Don Óscar Genel González trabajó en periódicos durante más 60 años, también lo hacía para radio y televisión. Su trayectoria como comunicador fue reconocida infinidad de veces, cada una de sus condecoraciones ocupaba un lugar especial. No había distinción si el premio era otorgado por un alto funcionario o un grupo de ciudadanos. Fue un cronista natural, amante de las letras, publicó seis libros y fue apreciado por su aguda crítica en momentos clave. Pese a que sus raíces apuntan a Colima, fue infinito su amor por Tijuana, tierra que lo vio crecer profesionalmente y que compartió al lado de su esposa Lolita Castillo y sus hijos. “No he conocido a una persona que creyera tanto en su ciudad, en su país; fue muy patriota. A Tijuana la consideraba su ‘novia’”, recuerda su hija Reyna en entrevista con ZETA. Como padre, añade la dama, fue muy edificador: “Desde que mis hermanos y yo éramos unos niños, siempre aceptó las opiniones de nosotros, nos ayudó a descubrir cosas, le interesaba mucho que tuviéramos esa libertad de expresión. Aprendimos infinidad de cosas con él, a través de su ejemplo”. Pero a veces, “también era un problema, porque nunca se quitaba los lentes de reportero, decía que no podía, que tenía que estar al pendiente de todo, era muy observador”, evoca Reyna Genel. Don Óscar era un hombre muy positivo, pese a que en ocasiones las experiencias profesionales eran desagradables, “nunca lo oí que se quejara de su trabajo, siempre marcó una raya de lo que fue su vida profesional y familiar. Protegió mucho a su familia de lo que se pudiera decir de él, fuera de casa”. Ni en los momentos más álgidos de inseguridad en Tijuana, el periodista pensó en abandonar la ciudad. La invitación de su hija Reyna de dejar la frontera y residir en Estados Unidos, no era tema de discusión. “Recuerdo que me decía, ‘¡cómo crees que voy a dejar la ciudad! (La inseguridad) Tiene que ver con quién te juntas o dónde te metas. Lo único que me gusta de Estados Unidos, son las americanas, y vienen a Tijuana”, palabras que aún están frescas en la memoria de su hija. Asimismo, rememora que una virtud de su padre era la amistad, conservaba muchos amigos, “su sentido del humor era infinito, gozaba cada minuto de su existencia”. La pluma de Don Óscar Genel como reportero será recordada por siempre, a través de libros, textos y opiniones difundidas por más de medio siglo. Ni cuando vio afectada su salud, hace aproximadamente dos años, abandonó su escritura. “Recuerdo que a pesar de que estaba muy delicado y estaba postrado en una cama, no dejaba de pensar en la editorial que publicaría en los siguientes días. Había ocasiones en que eran las tres de la mañana y me mandaba llamar, me decía que agarrara un papel y comenzaba a dictarme; creo que no confiaba mucho en mi gramática, porque me dictaba con puntos y comas”, comparte la hija del finado periodista. Agrega que mientras le dictaba, había momentos en que su padre se quedaba dormido, pero al ser una persona muy lúcida, al despertar continuaba dictándole, “cuando ya terminábamos, le preguntaba si quería que se lo leyera, y me contestaba que no, que estaba perfecto. Tenía una nitidez de pensamiento, inteligencia, su capacidad era impresionante. Ahora es doloroso, dondequiera que esté, los que se encuentran a su lado deben estar felices, porque es una persona con mucha sabiduría”, dice Reyna sobre su progenitor. En 2011, Grupo Madrugadores de Tijuana le otorgó la presea “Forjador del Año”, el entonces coordinador general de la asociación de análisis señaló que la vida de Genel era un ejemplo digno de admiración y respeto. Su valía humana “no tiene orillas” y su trayectoria profesional, la calificó de trascendental. “Todos aquellos que lo conocen y aprecian, pueden dar testimonio de sus muchas virtudes, como la generosidad, la sencillez, la honestidad, la congruencia y el sentido humano”, resaltó en su momento Grupo Madrugadores. Don Óscar ocupa un sitio de honor reservado a personas excepcionales en muchos sentidos, al estar hecho “de madera especial”. Su forma de practicar el periodismo no surgió por generación espontánea, fue “resultado de muchos años dedicados a pulir el oficio con la paciencia y el talento de un artista”. Cuando le fue entregada la presea al comunicador, éste se limitó a decir: “Me siento muy contento porque en mí reconocen a la gente de prensa y de lo bueno que tiene Tijuana, la ciudad donde me hice hombre y en la que todavía despierto y siento un alboroto. Gracias, Madrugadores, porque soy un reportero que tiene como pasión relatar lo que está sucediendo, nada más”. Una de las últimas entrevistas concedidas por Don Óscar Genel, fue a los jóvenes universitarios Carlos Alberto Peraza y Sergio Malinche, quienes lo recuerdan con mucha estimación, ya que pasaron largas horas con el comunicador para el desarrollo de un proyecto cultural de su empresa Indy Studio. “La entrevista fue el 7 de noviembre en su casa, platicó con nosotros en varias ocasiones, habló sobre la cultura, la música, la ópera y sobre Tijuana; tenía tantas anécdotas, que era un placer escucharlo”, expresó el joven Peraza. Don Óscar Genel perdió la vida la tarde del 18 de noviembre, pero como al periodista le daban temor los funerales y no quería “barullo” en el suyo, sus restos fueron incinerados y sus cenizas serán esparcidas en el mar. “Mi padre lo dejó bien estipulado, no quería que sus cenizas fueran a parar a algún nicho, siempre fue de espíritu libre”, concluye Reyna Genel. Por la trayectoria que representó el periodista, en la reciente sesión del Congreso del Estado, el diputado René Mendívil propuso un punto de acuerdo en el que se solicita al XX Ayuntamiento de Tijuana, sea colocado un busto en la Plaza Miguel Hidalgo, en memoria de Don Óscar. “Tijuana perdió a un gran periodista, locutor, escritor, cronista, amigo, consejero ejemplar; aunque deja un gran legado a la comunidad y seguirá siendo recordado como un gran luchador”, expuso el legislador.