Mientras residentes de la colonia El Niño continúan en espera de recibir la ayuda prometida en la Cruzada contra el Hambre, la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) no ha terminado, siquiera, de licitar los contratos de obras necesarias. En total, son más de 2 mil millones de pesos que deberán ejercerse en este 2013 en todo Baja California. El anuncio del programa destinado a los sectores de mayor pobreza en el país, se dio desde el 17 de julio –hace casi tres meses–, pero los seleccionados para obtener apoyos no han podido cubrir ni una sola de sus necesidades. La colonia El Niño representa uno de los 536 puntos geográficos identificados, por Sedesol, debido sus condiciones socioeconómicas. Así arrancó uno de los proyectos más mentados por el gobierno de Enrique Peña Nieto. Según la base de datos con que trabaja dicha secretaría, este medio millar de demarcaciones concentra a 9 mil personas entre menores de cuatro años, 122 adultos mayores de 65 años y 459 hogares de madres solteras. Todos potenciales a recibir algún apoyo gubernamental. Beneficiados no reciben ayuda, pierden la fe ZETA ha documentado, desde su incursión al programa, los casos de algunos beneficiados en el este de Tijuana, una de las zonas más marginadas de la ciudad. Entre ellos, Guadalupe Santos, quien cada día espera la llegada de personal de Sedesol para la entrega de techo, necesidad registrada desde la aplicación del estudio socioeconómico. Y es que a causa de una fractura en el tobillo, su hijo de 20 años perdió su trabajo en una fábrica de galvanizado, pues agotó los tres meses de incapacidad. Entre el salario de quien fuera su pareja y el de su hijo, Doña Lupe reunía 900 pesos a la semana, los cuales también servían para el sostenimiento de su hijo mayor, de 27 años y quien padece síndrome de Down. La carga se ha concentrado en ella. Ahora, los tres integrantes de este hogar sobreviven diariamente con “30 o 40 pesos de costuritas así que caen”. La madre de familia argumenta su falta de empleo a los cuidados que debe administrar a su hijo con discapacidad, “si yo trabajo, quién me lo cuida”. De hecho, el joven no recibe atención médica especializada desde hace 13 años, cuando vivían en Angostura, Sinaloa. La falta de acción de la Cruzada, ha dejado prácticamente en la intemperie a esta familia. Hace dos semanas, personal de la dependencia federal le solicitó a la mujer “limpiara y acomodara” su techo para instalar, posteriormente, el material. La colocación de techos fue una de las medidas anunciadas para mejorar las condiciones de vida de los participantes. También sin techo, Julia Díaz González prefiere dormir en su sala porque las condiciones de su cuarto son aún peores. Aunque la madera del techado luce cuarteada y vieja en toda la casa, es en su habitación donde el negro cubre casi por completo la superficie. La humedad ha traído consigo una plaga de cucarachas que empeoran las condiciones higiénicas de un hogar sobre una calle de terracería. De hecho, Julia, quien rebasa los 60 años de edad, se dice arrepentida de no haber mostrado su cuarto a los trabajadores de Sedesol que la visitaron hace meses. Tal vez así, hubieran constatado las condiciones de su vivienda. Sin saber leer ni escribir, duda en visitar las oficinas de la secretaria, pero espera ser acompañada por unas de sus hijas para que le ayuden a presionar el cumplimiento del compromiso que un día hicieron con ella. La secretaria del comité vecinal instalado a partir del arranque de la Cruzada en El Niño, Lourdes Santana, platica que entre los residentes se ha perdido la fe, una vez más de un gobierno que no cumple. Además de los estudios socioeconómicos hechos en la zona, las familias deben asistir a las instalaciones de la delegación federal ubicadas en Paseo de los Héroes para entregar documentación de toda su familia. Desde su colonia recorren unos 33 kilómetros para llegar: los primeros 800 metros a pie y el resto en camión. Son casi dos horas de camino. Apenas en las licitaciones. De entrada, el delegado de Sedesol, Marco Antonio Corona Bolaños Cacho, asegura que será hasta el 27 de noviembre cuando las obras contempladas en El Niño estén totalmente ejecutadas. Sin embargo, faltan por desahogarse los procesos de licitación para consolidar las 980 techumbres y los 200 pisos firmes con un presupuesto de 10 millones de pesos. “Estamos trabajando, ya van a empezar las acciones, estamos en proceso de las licitaciones, para que los recursos ya puedan bajarse… pero todo está programado para que todo el recurso esté, a más tardar, para el 27 de noviembre ya ejecutado”. Hace un mes, el delegado declaró a ZETA, que las obras iniciarían no mayor a un plazo de 30 días. Aun así, niega un retraso en la implementación de la Cruzada contra el Hambre. “Se debió haber ejecutado, pero ahorita estamos únicamente en los procedimientos de la ley para el tema de transparentar la ejecución del recurso con las personas”. No obstante, tampoco dio una fecha exacta del inicio de la instalación de techumbres y pisos firmes. Refirió –como avance– la publicación de una convocatoria de licitación, el 21 de septiembre, pero el documento no fue encontrado. Además, mencionó que el 4 y 10 de octubre, se publicarán otras convocatorias. Bolaños Cacho afirmó que para la instalación de techos y pisos se abrirá también un programa de empleo temporal que beneficiará a 40 familias. Además se continúa registrando a adultos mayores en “65 y más” y a madres solteras en seguro de jefas de familia. Pero mientras Sedesol anuncia nuevos programas de apoyo, las primeras acciones de la Cruzada contra el Hambre siguen sin concretarse y las familias bajacalifornianas de más bajos recursos –como fueron diagnosticados–, sin mejorar sus condiciones de vida. Saúl Ramírez