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miércoles, octubre 2, 2024
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Impune atentado a Blancornelas

Absuelven a Marcos Arturo Quiñones Continúan dictándose las sentencias de impunidad en los diversos tribunales del país. Ahora el beneficiado es Marcos Arturo Quiñones Sánchez “El Pato”, pandillero del Barrio Logan de San Diego y pistolero del Cártel Arellano Félix que intentó asesinar a Jesús Blancornelas, codirector de ZETA, en noviembre de 1997, acabando con la vida de su compañero Luis Valero Elizalde. El Juez Sexto de Distrito de Procesos Penales Federales, con residencia en Toluca, absolvió al matarife de ambos delitos, el homicidio calificado de Valero y la tentativa de homicidio, también calificado, con premeditación y alevosía, del periodista. En el mismo fallo, el criminal fue exonerado de haber privado de la vida a su cómplice en el atentado, David Barrón Corona “El C.H.”, por el que enfrentaba el cargo de homicidio simple intencional, a título de coautor. Quiñones Sánchez, que también utiliza los nombres de Marco Antonio Quiñones o José Antonio Torres Mendoza, no fue liberado del Centro Federal de Readaptación Social Número 1 “Altiplano”, en Almoloya de Juárez, ya que el propio juzgador lo condenó en 2011 a la pena de 12 años nueve meses de prisión por el delito de delincuencia organizada. En la misma sentencia se le condenó al pago de una multa de 204 mil 107 pesos con 40 centavos, equivalentes a 4 mil 666 días de salario vigente en el Distrito Federal, en la época de la comisión del delito. La pena impuesta a “El Pato”, por su pertenencia al CAF, empezó a contar a partir del día 10 de enero de 2004, fecha en que le fue cumplimentada la orden de aprehensión, cuando ya estaba recluido en el penal de máxima seguridad del Estado de México, por lo que compurgará la sanción en octubre de 2016 y obtendrá su libertad si no hay un veredicto en contrario. La sentencia dictada por el juez Roberto Hoyos Aponte fue notificada antes del cierre de esta edición a César René Blanco Villalón, codirector de ZETA e hijo de Jesús Blancornelas, quien falleció en noviembre de 2006. Aunque el ahora exonerado nunca confesó su responsabilidad en el tiroteo contra el periodista y su escolta, investigaciones realizadas por personal de las procuradurías General de la República y del Estado de Baja California, y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, pero principalmente por los mismos reporteros y editores de este Semanario, ubicaron a Quiñones Sánchez en la escena del crimen. “El Pato” era uno de los aproximadamente diez pistoleros que participaron en el tiroteo aquella mañana del 27 de noviembre, cuando Don Jesús se dirigía de su casa al periódico, a bordo de una camioneta manejada por Luis Valero. También era jueves de cierre de edición. Dos comandos emboscaron a ambos en el cruce de las calles Chula Vista y San Francisco. El piloto pudo resguardar a Blancornelas en el piso del acompañante, pero no evitó que los impactos de bala lo alcanzaran. Aun herido, Valero metió reversa tratando de huir de la balacera, pero finalmente perdió la vida. Jesús Blancornelas recibió cuatro balazos. El encargado de rematarlo, David Barrón Corona “El C.H.”, se aproximaba hacia la camioneta Ford Explorer en la que circulaban las víctimas, cuando otros sicarios seguían disparando y una esquirla de un proyectil rebotado se incrustó en el ojo del criminal, que en segundos murió desangrado. Sus cómplices escaparon. Las pesquisas, nunca a fondo por parte de las autoridades, señalaron a Marcos Quiñones como uno de los asesinos. También fueron identificados otros partícipes, unos incluso por el propio periodista, como Fabián Martínez “El Tiburón”, pistolero “estrella” de los hermanos Arellano Félix. El resto: Michael Anthony Harvee “El Peje”, Isaac Guevara Hernández “El Zigzag”, Alfredo Araujo Ávila “El Popeye”, Antonio Peña Huerta y/o Adelaido Reyes “El Lalo”, y José Alberto Márquez Esqueda “El Bat”. “El Pato” fue capturado el 24 de abril de 2003 en Tijuana, anunciándose el hecho con mucho estruendo por parte de las autoridades, señalado como miembro activo de una célula de secuestradores al servicio del CAF, dando como resuelto el atentado contra los miembros de ZETA. También se dijo que el asesino había participado en el homicidio del Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo y seis personas más, el 24 de mayo de 1993, en Guadalajara, Jalisco. En el mismo 2003, pero meses después, fue detenido otro de los señalados. José Alberto Esqueda “El Bat” fue enjuiciado en diversas causas penales, pero en marzo de 2007, fue extraditado junto con una veintena de sicarios y capos a los Estados Unidos de América. Años después fue aprehendido Alfredo Araujo Ávila “El Popeye”, pero se desconoce su situación jurídica respecto al ataque del personal de este Semanario. Por lo pronto, el asesino se encuentra a la espera de conocer de la interposición del recurso de apelación y, de ser resuelto, solo aguardar la compurgación de su condena y obtener su libertad, en un caso más de auténtica impunidad, como los muchos que se han visto en semanas recientes en las resoluciones de jueces de distrito y magistrados de tribunales unitarios y colegiados del país. Los asesinos Además de Marcos Quiñones “El Pato”, otros ocho sujetos fueron relacionados con el atentado a Jesús Blancornelas y Luis Valero. Solo uno de ellos se encuentra preso en territorio mexicano, y tres en los Estados Unidos. Cuatro más han muerto y a uno se le exoneró antes de ser enjuiciado. Ésta es la lista de los criminales: Alfredo Araujo Ávila “El Popeye”.- Detenido por militares y la Policía Federal el 25 de enero de 2008, en la colonia Obrera Primera Sección de Tijuana. Se le señala como uno de los autores del asesinato del Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo. No se le ha procesado por el ataque a Blancornelas. José Alberto Márquez Esqueda “El Bat”. Era considerado el máximo líder de los asesinos del Barrio Logan y jefe de célula de secuestradores al servicio del CAF. Fue detenido el 21 de noviembre de 2003 y extraditado a Estados Unidos en 2007. Isaac Guevara Hernández “El Zigzag”. Pandillero del Barrio Logan de San Diego. Estuvo detenido en Puente Grande en junio de 1994, acusado de participar en el crimen del Cardenal Posadas. Un amparo lo puso en libertad a finales de 1995, al no probarse su participación en los hechos. Actualmente prófugo. Antonio Peña Huerta y/o Adelaido Reyes “El Lalo”. Pandillero del Barrio Logan de San Diego. Extraditado en septiembre de 1994, acusado del asesinato del Cardenal Posadas Ocampo. Un juez federal le concedió el amparo en el segundo semestre de 1995 y obtuvo su libertad. Actualmente prófugo. Michael Anthony Jarboe “El Peewee”. Pandillero del Barrio Logan de San Diego, señalado como uno de los que encabezaron el operativo durante la agresión a Valero y Blancornelas. Aunque no se tienen muchos datos, se le vincula con levantones y secuestros para el CAF. Actualmente prófugo. Benjamín, Javier y Ramón Arellano Félix. Señalados como autores intelectuales de la agresión. Los dos primeros jefes del cártel se encuentran detenidos en los Estados Unidos. Ramón fue asesinado en marzo de 2002 en Mazatlán, Sinaloa. Ninguno fue enjuiciado por el atentado en contra del periodista. David Barrón Corona “El C.H.”. Muerto en la escena del atentado. Hombre de la confianza de los hermanos Arellano Félix. Quedó sin vida portando su escopeta recortada y con una pistola fajada a la espalda, arma con la que daría el tiro de gracia a Jesús Blancornelas. Fabián Martínez “El Tiburón”. Se suicidó en el municipio de Zapopan, Jalisco. Se conoció que después de cometer una ejecución el 23 de mayo de1998, escapó y, tras una persecución, se detuvo a hacer una llamada en una caseta telefónica. Fue rodeado por la Policía local y se disparó con una pistola 9 milímetros.  Alberto González Ortega. Investigado por el atentado. Su casa fue cateada, pero la PGR no pudo fincarle responsabilidad. El 30 de junio de 1998 fue asesinado en Rhode Island, Estados Unidos, junto con otra persona de nombre James Edward Scout. Criminales libres Que Enrique Peña Nieto y sus funcionarios negociarían con los jefes de las mafias de traficantes  y se relajaría el combate del crimen organizado, fue una versión recurrente durante la campaña electoral que terminó con el triunfo del priista por la Presidencia de la República Mexicana. Ese dato preocupó y ocupó incluso al gobierno del Estado Unidos. El señalamiento fue negado en su momento por el actual jefe del Ejecutivo. Sin embargo a partir de su llegada, la violencia y la ingobernabilidad se han incrementado. Los operativos contra los criminales se han reducido, y el gobierno federal pretende que la comunicad crea en una serie de resultados numéricos y datos aportados en conferencias de los cuales la sociedad no tiene pruebas, como la reducción de los homicidios violentos en un 20 por ciento o la captura de  65 delincuentes de los 122 más buscados, de los que habló el presidente en su primer informe. En el límite de la ineptitud por cuestiones de procedimientos sin investigar, los presuntos criminales están siendo liberados, generales supuestamente involucrados con los cárteles,  la secuestradora  Florence Cassez, Raúl Salinas de Gortari, hasta  Rafael Caro Quintero. El 26 de agosto de 2013, esa misma impunidad volvió a tocar a la familia Blanco y a la familia ZETA, cuando el Juzgado Sexto de Distrito en Toluca resolvió que Marco Antonio Quiñones “El Pato”, “no es penalmente responsable” del asesinato de Luis Lauro Valero, ni del homicidio en grado de tentativa cometido en contra de Jesús Blancornelas, cometidos en noviembre de 1997. A 16 años del crimen y 10 años después de haber sido detenido, el juez decidió que “absuelve” a Quiñones. Aún desconocemos la razón de la exoneración pero sabemos que la información que llevó al ministerio público federal a acusarlo, fue resultado de una indagatoria en la que colaboraron investigadores estatales y federales coordinados con agentes de Estados Unidos. Pero evidentemente, en el marco del nuevo gobierno eso no es suficiente y el expediente del crimen cometido en contra Jesús Blancornelas y Valero adquiere nuevas dimensiones de desaseo. Ahora resulta que después de su carrera criminal, la venta de drogas,  las vidas que coartó, las víctimas serán obligadas a aceptar que en este país la justicia no existe porque cambia conforme a los intereses del partido político que la encabeza, y que Quiñones solo deberá pagar la pírrica condena de 12 años 9 meses que le dieron por delincuencia organizada y concluye en octubre de 2016, eso siempre y cuando sus abogados no consigan sacarlo antes.  La última burla quedó inscrita en el resolutivo séptimo del juez, que ordena: “… amonéstese al sentenciado para prevenir la reincidencia”, seguro que este llamado de atención tendrá gran impacto.  (Rosario Mosso Castro)  

Autor(a)

Redacción Zeta
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Redacción de www.zetatijuana.com
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