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jueves, febrero 22, 2024
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Billete mata Boxeo

Las Vegas, Nevada. La vendieron como la pelea del siglo, el evento boxístico más grande de la historia, el choque de la fuerza y la juventud contra la experiencia y la rapidez, una pelea que iba a romper marcas y estaba destinada para una revancha lucrativa o hasta una trilogía. Todo porque Floyd Mayweather, número uno libra por libra, ya no tenía rivales y se hizo de la oportunidad de embolsarse 41.5 millones de dólares por enfrentar a Saúl “Canelo” Álvarez en una aburrida sesión de “sparring” que atraería al público mexicano con motivo del fin de semana de Independencia. Fue fácil promoverla, la tormenta perfecta en una relación amor-odio. La devoción ciega hacia el “Canelo” gracias a la televisora, el orgullo jalisciense, la labor de Golden Boy Promotions de inflarle el récord y hacer creer a los expertos que era un púgil estelar, la ferviente pasión por “dar el Grito” patrióticamente en Las Vegas. Junto a eso, quienes detestan al de Juanacatlán por no soportar a sus seguidores o por simpatizar con Ulises “Archie” Solís y el ataque sin castigo, algunos querían verlo derrotado para acabar con el mito, y los seguidores de Chávez Jr. alegarían que su gallo (de peso medio) sería el mejor peleador de México (aunque no sea ninguno de los dos). En la otra esquina, el que habla hasta por los codos en calidad de local en el hotel que se hace llamar “Casa del Campeón”, odiado por los fanáticos de Manny Pacquiao por evadirlo, repudiado por los racistas debido al color de su piel, odiado por los mexicanos en busca de venganza por derrotas a otros mexicanos y los “mexicanos adoptivos” estadounidenses  que le dieron la espalda a su compatriota porque están hartos de sus habladurías y derroche de dinero. Verlo acompañado de Lil’ Wayne y Justin Bieber no le ayudó a ganar simpatizantes. En cambio, los pro “Money” no dejan de verlo como el mejor púgil de su generación. Todo el interés y morbo sin mención de habilidades boxísticas ni de los cinturones súper welter del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) y Asociación Mundial de Boxeo (AMB) en juego. “Ésta fue mi noche. Quiero agradecer a todos los que vinieron a apoyar al ‘Canelo’, al país de México por apoyar al ‘Canelo’, a todos los aficionados que vinieron de otras partes del mundo”, habló Mayweather, más como promotor que boxeador. “Ataca bien el cuerpo, es un contragolpeador. No va 42-0 por nada, bueno, ahora 42-1. En mis ojos, sigue siendo el campeón”, complementó. Después de todo, Floyd pelea bajo su propia firma, Mayweather Promotions. Lo mismo hace el joven mexicano con Canelo Promotions, Álvarez se llevó una bolsa garantizada de 12.5 millones de dólares. “El apoyo que nos brindó la afición, muy bonito”, señaló el jalisciense de 23 años. Doce mil personas se presentaron a la ceremonia de pesaje, fue un evento de gala por sí mismo. Los boletos se agotaron el día que salieron a la venta para dar ganancias de 20 millones de dólares, la reventa promedio oscilaba entre 2 mil 500 y 4 mil 500 dólares. La entrada a los circuitos cerrados costaba entre ochenta y cien dólares (treinta en restaurantes o bares de menor categoría). Contratar la pelea tenía un precio de 65 dólares y 76 en alta definición, treinta dólares por una camiseta (diez en la calle con el mismo diseño), veinte dólares por un cartel conmemorativo. El resultado: una decepción del tamaño de la inversión. Una pelea no competitiva y el poder de puños que nunca fue exhibido. “Obviamente no quería salir de aquí con una derrota, me pega en el orgullo muy feo, pues así es esto”, declaró el “Canelo” con la tristeza de conocer la derrota por primera vez. Para llegar a esto, tuvo que exigir y hasta poner un ultimátum a Golden Boy Promotions, era Mayweather o nada. Álvarez se ausentó de la función del 5 de mayo porque se sentía listo para ser estelar y no plato de segunda mesa. Encabezó su propia función ante Austin Trout y hasta habló mal de su “padrino” y presidente del CMB, José Sulaimán, por no creer en él. Sin rivales de jerarquía, se metió al matadero y fue despedazado round por round. Mayweather fue demasiada pieza. Como todo perdedor de pelea grande, negó haber sido vapuleado. “Cuando un peleador te está punteando, sus golpes no son de poder, nada más son para hacer puntos”. Su rostro y semblante cuentan una historia distinta. “No me dejó hacer mi plan de trabajo como lo tenía pensado. Simplemente no supimos cómo contrarrestarlo”, reconoció. La gran ganadora: la televisora mexicana. Echaron toda la carne al asador, no iban a encontrar pelea más grande que ésta, transmitieron en vivo a nivel nacional, los cortes comerciales se comieron los primeros segundos de cada asalto. Éste fue su gran evento lucrativo y ganaron a pesar de la derrota. Aunque no pudieron elevar al “Canelo” a nivel de leyenda, basta con enfrentarlo ante cartuchos quemados como Miguel Cotto o contendientes a modo en la misma división, como Carlos Molina, para seguir dándole atole con el dedo a un público gustoso de consumirlo. El ejecutivo de Golden Boy, Richard Schaefer, confía en la respuesta positiva. “Creo que ‘Canelo’ es una gran estrella y la gente que vino a apoyarlo vendrá de nuevo. Es un joven fuerte y simplemente fue dominado”, aseguró. Perdedores: “Money”, Showtime y el deporte de los puños. A Mayweather le quedan cuatro peleas bajo contrato con la televisora, tiene apartado el 3 de mayo, no hay rival en puerta y nadie luce atractivo para una mega función. Difícilmente podría ser un evento de “pague por ver”. El Boxeo se lleva otro golpe bajo en su intento por revivir interés. Si no lo hace cuando atrae a propios y extraños, mucho menos lo hará en funciones menores. Lo resentirán Juan Manuel Márquez y Timothy Bradley el 12 de octubre. De por sí no es una pelea atractiva, la fecha no es muy turística y seguirá la resaca de “Canelo”-“Money”. Golden Boy deberá armar un respaldo atractivo para su velada en Las Vegas del 14 de diciembre con Marcos Maidana y Adrien Broner. Si su solución es agregar la revancha entre Jhonny González y Abner Mares, parecería un cartel para un escenario más regional, como Los Ángeles. Ya no hay estrellas ni enfrentamientos soñados de alto perfil. La polémica juez C.J. Ross, quien vio empate en la pelea de Álvarez y Mayweather, decidió alejarse del Boxeo después de la tormenta que le cayó por la tarjeta de 114-114. Ross ha sido juez desde 1992 y tiene buen historial en más de 450 peleas, pero sus errores son muy notorios en peleas grandes. Ross (junto con Duane Ford) vio ganador a Timothy Bradley sobre Manny Pacquiao en un puntaje calificado como “robo” por el público conocedor y la prensa. También vio ganadora a Laura Serrano sobre Ela Núñez por amplio margen cuando sus colegas marcaron empate. También tiene fijación por los empates. Entregó 95-95 en la victoria de Juan Carlos “Mini” Burgos sobre Luis “Artesano” Cruz. El radicado en Tijuana tuvo tarjetas de 98-92 y 97-93 a su favor. Dio 95-95 en el pleito que dominó ampliamente Rodel Mayol sobre Javier Gallo. Los otros jueces vieron a Mayol ganar ocho de diez asaltos. La misma situación se dio en pelea a diez rounds entre Kendall Holt y Ben Tackie. Dos jueces indicaron ocho a dos para Holt, mientras Ross vio empate a cinco giros por esquina. El primer encuentro entre Abner Mares y Joseph “King Kong” Agbeko tuvo final polémico a favor del jalisciense y dio lugar a una revancha. Ross apuntó 113-113 y quizá haya sido la más acertada a diferencia de 115-111 entregada por sus compañeros. García despeja dudas Una vez más, Danny García era favorito para perder, como lo había sido en peleas recientes. Sus habilidades para recibir golpes fueron subestimadas y el incómodo comportamiento de su padre hace que el de Philadelphia se gane el rechazo por parte de la afición. Nadie le daba una oportunidad ante el noqueador argentino Lucas Matthysse, pero salió avante para conservar los cetros CMB y AMB de 140 libras. “Lo hice pensar, mucha gente no creía que me podía mover como lo hice. (Matthysse) Es un golpeador duro, he enfrentado a la adversidad antes, él no. He enfrentado a muchos golpeadores técnicos”, apuntó. El argentino fue como un relámpago: fugaz. Comenzó muy bien y terminó en un parpadeo, terminó con el ojo derecho inflamado y casi cerrado al cierre séptimo episodio. García atacó el lado ciego para tomar control y desesperar al sudamericano. “Le pegué con el jab y vi que parpadeó”, relató García, “solo es fuerte si lo dejas ser fuerte”. Cuando se le acabó el aire al campeón, Matthysse se dedicó a presionar y conectó un gancho que hizo volar el protector bucal de García, pero se mantuvo de pie. Segundos más tarde, fue Matthysse quien terminó en la lona cuando se encontraba con la cabeza del otro lado de la cuerda superior. Fue una prueba de resistencia, inteligencia y paciencia para “Swift” García. “Vencí a los mejores en 140 (libras), a dos que no debía vencer y lo hice”, exclamó el púgil que se apunta para un choque con Mayweather. En caso de concretarse, García sería favorito para perder. Hay costumbres difíciles de quitar. Carlos Molina también salió de Las Vegas con cinturón, el michoacano arrebató el fajín súper welter versión Federación Internacional de Boxeo (FIB) al ex “Contender” Ishe Smith por decisión dividida. “Estoy contento por ganar mi primer cinturón. Estaba preocupado por las tarjetas”, reconoció Molina, quien pide pelear con “Canelo” o Mayweather en busca de una bolsa lucrativa gracias a la correa que ahora porta. Pablo César Cano, el “Demoledor” de Tlalnepantla, también tuvo decisión dividida favorable después de dominar a lo largo de diez asaltos al británico integrante de “The Money Team”, Ashley Theophane. Cano, dos veces retador al título y welter número 13 del CMB, llegó a 27 victorias a cambio de tres derrotas y un empate y acaricia una oportunidad para retar a “Swiftt” García. Buscan “reyes”, no campeones La cantidad de campeones mundiales, producto de los organismos reguladores, las divisiones de peso y el abaratamiento del título, han llevado a la creación de un sistema de clasificaciones independiente para tratar de regresarle credibilidad a la distinción de ser el mejor peleador de cada categoría. El Consejo Trasnacional de Clasificaciones de Boxeo (Transnational Boxing Rankings Board) está conformado por periodistas, historiadores y recopiladores de datos de Boxeo. La intención es proporcionar una clasificación coherente y autoritaria sin importar el cinturón que porten o las clasificaciones de los organismos, aseveró el miembro fundador, Springs Toledo. “Las clasificaciones de los organismos son una broma y los peleadores se creen campeones mundiales. Acabamos de coronar dos puestos vacantes con Danny García y Floyd Mayweather, ahora tenemos siete. Vamos a llamarles ‘reyes’ de la división, porque campeones ya hay muchos, y esta denominación los pone por encima de los portadores de cintos”, explicó el periodista e historiador con voto para el Salón de la Fama del Boxeo Internacional. “Queremos a los primeros dos clasificados en cada división y que haya coherencia en la cantidad de peleas en su respectiva división para que tenga sentido el sistema”, argumentó Toledo. El TBRB es una organización sin fines de lucro con integrantes de quince países, y opera sin la mano de promotores ni organismos. Es cuestión de que agarre fuerza y sea difundido como una lista seria para que los seguidores del Pugilismo sepan reconocer a verdaderos campeones.  Hablando de dinero Pareciera que en México, la venta de los eventos deportivos empieza a perder valor. Y  no porque no haya quién vea las transmisiones televisivas, sino que el producto deja de ser atractivo. En el caso de la Selección Mexicana de Futbol, la industria vinculada con ésta dejaría de percibir hasta 600 millones de dólares de no calificar al Mundial Brasil 2014, de acuerdo con expertos e investigaciones. Actualmente, el “Tri” vive su peor torneo clasificatorio. Se encuentra en el quinto  lugar de seis. Si concluyera el hexagonal en esta posición, ni siquiera les alcanzaría para buscar su boleto en un repechaje contra Nueva Zelanda. Sin embargo, aún faltan dos partidos de la actual eliminatoria: uno contra Panamá (que ha ganado a México dos veces en lo que va del año) y otro contra Costa Rica (actual líder). Esto significa que la Selección Nacional todavía puede obtener, en los últimos dos partidos, el boleto directo (que pelea con Honduras y Panamá), la oportunidad de repechaje o quedar eliminado. De no de lograrlo, los daños serían catastróficos.  “No clasificar devaluaría los costos por derechos de transmisión y las televisoras buscarían defenderse”, señaló Rogelio Roa, director comercial de la empresa DreaMatch, a la cadena ESPN. Una probable eliminación, dijo, haría que no se pagara “lo mismo a los clubes por las pérdidas ocasionadas al no ir a Brasil. Los patrocinadores harían lo mismo e igual pasaría con las taquillas. Si yo sumara todos estos factores, directos e indirectos, sin exagerar la pérdida de toda la industria, sería de unos 600 millones de dólares”, agregó el especialista en mercadotecnia deportiva. Algunos contratos firmados son los siguientes: Adidas. Vigencia 2006-2014. Monto: 80 millones de dólares. Coca-Cola. Vigencia 2011-2018. Monto: 40 millones 500 mil dólares (18 millones de dólares por anticipado). Banamex. Vigencia 2011-2014. Monto: 24 millones de dólares. Telefónica Movistar. Vigencia 2011-2014. Monto: 22 millones de dólares. Maseca. Vigencia 2011-2014. Monto: 17 millones 400 mil dólares. Cervecería Modelo. Vigencia 2011-2014. Monto: 8 millones 450 mil dólares (pago anticipado). Lala. Vigencia 2011-2014. Monto: 4 millones de dólares. Roshfrans. Vigencia 2011-2014. Monto: 5 millones de dólares. Visa. Vigencia 2011-2014. Monto: 4 millones 950 mil dólares. Ford. Vigencia 2011-2014. Monto: 6 millones de dólares. (ZETA/Rafael S. González Martínez)


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Autor(a)

Redacción Zeta
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Redacción de www.zetatijuana.com
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