Unos quieren hoteles y villas, otros buscan crear fraccionamientos sin servicios Un reglamento totalmente nuevo para el ordenamiento de la región vinícola al Norte de Ensenada, es lo que pretenden elaborar algunos de los regidores del XX Ayuntamiento del puerto. Esto, luego de bloquear la iniciativa de reglamento para esa zona, presentada por la regidora del Partido Acción Nacional (PAN), María del Carmen Íñiguez Casanova, durante la última sesión de Cabildo, el 8 de agosto de 2013. Atendiendo una petición del secretario de Turismo del Estado, Juan Benjamín Tintos Funcke, la concejal presentó el Reglamento de Zonificación y Uso de Suelo para el Programa Sectorial de Desarrollo Urbano-Turístico de los Valles Vitivinícolas de la Zona Norte del Municipio de Ensenada, Baja California. Tintos Funcke aseguró a ZETA que el documento cuenta con el aval del Instituto Municipal de Investigación y Planeación de Ensenada (IMIP), con aportaciones del Consejo de Desarrollo Económico de Ensenada (CODEEN), del Consejo Coordinador Empresarial (CCEE), de asociaciones de vitivinicultores de Ensenada, de la Secretaría de Infraestructura y Desarrollo Urbano del Estado, y de la Secretaría de Turismo del Estado (SECTURE). El día de la sesión, Íñiguez pidió al Cabildo enviar el reglamento a la Comisión de Gobernación y Legislación, coordinada por Luis Raymundo de la Mora Arvide, para que ahí fuese analizado y posteriormente votado. Sin embargo, tras un planteamiento del regidor del Partido Nueva Alianza (PANAL), Alberto Moreno Garayzar, que fue secundado por el regidor del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Antonio Lomelí Sedano, y posteriormente avalado por la totalidad del Cabildo, optaron por frenarla. Entre sus argumentos, el regidor Moreno Garayzar dijo lo siguiente: “Solicitaría lo dejáramos en un estado de suspensión el tema, que no se mandara a Comisión, y que lo empezáramos a revisar el documento, y con detalle, para ver si no se contrapone con alguna situación reglamentaria”. Su postura tuvo el respaldo de todos. En vez de revisar el reglamento -el acuerdo final ya estaba sobre la mesa en la Comisión correspondiente-, se determinó que el documento sería primero analizado por todo el Cabildo, en una especie de comisión global improvisada y sin nombre, el martes 20 de agosto a las 10:00 am, en alguna de las salas de juntas del Ayuntamiento. La reunión se realizó ese día, con la presencia de todos los regidores. Sin embargo, no hubo análisis ni revisión al documento propuesto por la SECTURE. De los regidores, solo uno, Antonio Lomelí, manifestó haber leído la información enviada vía correo electrónico por Íñiguez Casanova, donde se incluía la propuesta de reglamento que, semanas atrás, les hizo llegar a todos los regidores. La mayoría de los concejales quería ver el documento (que ya tenían en su correo), los mapas, los planos. “Los planos son muy importantes para mí”, expuso la regidora Adriana Lencioni Ramonetti. Querían hablar con los representantes del IMIP para saber cómo elaboraron el documento, hablar con los representantes de la SECTURE para conocer el fondo del asunto, el porqué. Todo esto, fuera de Comisión y de manera extraoficial. Después, enviarían el tema a Comisión y ahí se repetiría todo el proceso de manera formal. El seguimiento del tema nuevamente fue cambiado para su análisis por parte de todos los regidores, hasta el martes 27 de agosto a las 10:00 am, y posteriormente en Sesión de Cabildo que se estima para el jueves 29 de agosto. La iniciativa de Íñiguez se enviaría a las respectivas comisiones, con un repaso extraoficial el día martes. En entrevista, Alberto Moreno Garayzar comentó a ZETA que existen posturas que no fueron incluidas en el documento, como la de “algunos ejidatarios” que también desean presentar un proyecto de reglamento, la de grupos de empresarios desarrolladores, y la de residentes de los valles vinícolas. El regidor afirmó que el documento enviado por el secretario de Turismo, se enfocó en una propuesta ya elaborada por los vitivinicultores, no era una petición para que se hiciera un reglamento, es decir, ya venía hecho. “A como va, únicamente serán villas y hoteles, más que nada se paró porque era un reglamento ya elaborado, y lo que nosotros estábamos temiendo, y que ya salió el tema, es que ellos den por hecho que ése es el reglamento que se tiene que aprobar, y las cosas no funcionan así”, opinó. Luego de conocer la decisión del Cabildo, el secretario de Turismo, Juan Tintos Funcke, se dijo sorprendido: “Vi que acordaron que se revise, y la verdad sí nos causó sorpresa, porque se supone que de alguna forma ese documento ya está consensuado, ahí vienen propuestas, diferentes alternativas; se manejan aspectos de densidades, de uso de suelo, pues de alguna manera el espíritu de ese reglamento es el conservar la vocación vitivinícola del Valle, cuidar su crecimiento de manera tal que no se vaya a dar de manera anárquica”. Y es que el tema de reglamentar el crecimiento en la región del vino no es algo reciente, según explicó a ZETA Hugo D’Acosta, presidente de la Asociación de Vitivinicultores de Baja California, quien asegura que desde principios de la década de los noventa, los vinicultores y residentes del Valle de Guadalupe comenzaban a ver la regulación de la zona como una necesidad. “El primer incidente importante fue cuando en la época de Catalán se otorgan permisos (por el Ayuntamiento) de construir una gasera en el Valle de Guadalupe, que independientemente de la gasera per se, era de entrada una atribución que no le correspondía al municipio, porque hasta ese momento el que podía dar o no, era más bien el Estado”, detalló el enólogo. Luego de ese evento y ante la falta de claridad, buscaron elementos para alcanzar un plan de desarrollo. “Ese plan de desarrollo se pasó por las directrices del Valle, incluso se pasó por una tregua que tuvo que otorgar el (ex) gobernador (Eugenio) Elorduy para impedir los desarrollos, las construcciones y movimientos sobre el Valle”, argumentó D’Acosta. El 15 de octubre de 2010 se publicó en el Periódico Oficial del Estado el Programa Sectorial de Desarrollo Urbano-Turístico de los Valles Vitivinícolas de la Zona Norte del Municipio de Ensenada (Región Del Vino), Baja California, de acuerdo al representante de los vitivinicultores, equivalente a un plan de desarrollo urbano. La publicación del programa representó un paso importante para regular la región, sin embargo, el paso definitivo era poderlo aterrizar en un reglamento municipal, para cerrar los huecos que existían por la generalidad del programa sectorial. Así se evitaría dejarlo a interpretaciones que pudieran dar entrada a desarrollos no adecuados para la zona. “Estuvimos presionando por todo el periodo de gobierno del presidente municipal actual (Enrique Pelayo Torres). De hecho, recién entrado lo visitamos en su oficina, explicándole la necesidad y problemática de tener una regla clara, porque es obvio que existen fraccionamientos (en el Valle), habría que hacer una lista exacta de cuales son”, indicó D’Acosta. Recordó que al inicio de su gestión, Pelayo Torres les ofreció en esas reuniones “hacer el máximo esfuerzo para que el reglamento quedara lo antes posible, y que se pudiera realmente hacer una vigilancia y un cumplimiento de la Ley. En ese mismo tiempo le pedimos ayuda a la señora Lencioni, que es del Cabildo, de la Comisión Urbana, lo cual no quedó más que en buenas intenciones. “Después de estos tres años pues no pasó nada”, remató D’Acosta, apuntando a que ésa es una de las principales quejas que tienen ante el gobierno municipal: una total falta de respuesta e interés. La iniciativa de reglamento que presentó el secretario de Turismo tampoco fue atendida con prontitud por el alcalde Pelayo, quien había sellado de recibido un oficio de solicitud para subir el tema al Cabildo desde el 24 de julio de 2013, pero no lo tenía contemplado en la sesión del 8 de agosto. El oficio de Tintos Funcke iba dirigido a varios funcionarios municipales, entre ellos la regidora Íñiguez, quien es secretaria de la Comisión de Turismo municipal. Fue a través de ella que se dio a conocer en la sesión. En dicho documento, con número T/01/074/13, se hace referencia al contrato OMG/SECTURE/110/10, celebrado entre Gobierno del Estado de Baja California y el IMIP, siendo este último, responsable de la elaboración del reglamento. La finalidad, expuso a Pelayo el secretario de Turismo, es que “el citado programa (sectorial) cuente con un instrumento normativo en materia de usos de suelo, que pueda ordenar y regular los usos de suelo, los patrones de asentamientos humanos, mediante el establecimiento de normas y lineamientos que aseguren la armonía en su desarrollo y la preservación de las condiciones ecológicas del medio ambiente que lo rodea”. El escrito del IMIP fue revisado posteriormente por la SIDUE, y presentado a Pelayo, en espera de que lo considerara como iniciativa “para su revisión y análisis ante la(s) comisión(es) correspondiente(s)”. La propuesta no fue contemplada por el alcalde el 8 de agosto. Tampoco reclamó el hecho de que no fuera enviada, al menos, a una Comisión para su análisis. Mientras tanto, en el Valle de Guadalupe se pueden observar desarrollos de todo tipo. Casas, lotificaciones de todos tamaños, apertura de vialidades a discreción, construcción de almacenes e instalación de negocios irregulares. Durante las últimas semanas, y ante una indiferencia por parte del gobierno, más de 35 casas vinícolas, propietarios de ranchos y residentes de los valles del Norte de Ensenada, iniciaron una campaña de protesta. Colocaron mantas con distintas leyendas, solicitando un desarrollo ordenado en los valles vinícolas. Aquí algunas de las consignas: “Fuera Fraccionadores Oportunistas”; “Alto al Saqueo de Arena”; “No a los basureros clandestinos en nuestro valle”; y “Por un Valle de Verdad Únete!”. La lista de problemas es larga y no ha sido resuelta. Como ejemplo, el puesto de socorro en la delegación de Francisco Zarco, ubicada en el Valle de Guadalupe, tiene en papel dos ambulancias para atender emergencias. Sin embargo, éstas no operan desde hace meses, debido a enredos burocráticos en el Ayuntamiento de Ensenada. La situación ha sido denunciada a ZETA por el propio personal de Bomberos, quienes refieren que la falta de acuerdos entre organismos de la Iniciativa Privada que apoyan financieramente a la estación, y las autoridades del XX Ayuntamiento, ha llevado a que las ambulancias no presten servicios de emergencia. Los accidentes carreteros y emergencias médicas son atendidos por ambulancias con base en la ciudad de Ensenada, a la que les toma de 15 a 30 minutos tan solo llegar al Valle. Ya se han registrado muertes debido a la falta de servicios médicos adecuados en la zona (el de la estación de Francisco Zarco es el único servicio de emergencia para residentes y turistas en toda la región vinícola). Los bomberos del puesto de socorro en Zarco han optado de manera independiente por comenzar a atender emergencias médicas a bordo de los camiones de bomberos. Con capacitación como paramédicos, aseguran que no pueden quedarse sentados cuando las personas les llaman por alguna emergencia. Sin embargo, recientemente la Dirección de Bomberos ha girado oficios para que no muevan las bomberas para acudir a emergencias, cuando apenas la semana pasada, atendieron a una joven que se había cortado accidentalmente parte de un dedo con un cuchillo de cocina. Llegaron “rápidamente” en el camión. Los residentes del Valle agradecieron el gesto de los bomberos de acudir en el camión y brindar ayuda a la mujer, sin embargo, el vehículo no está adaptado para otro tipo de emergencias, aunque de eso a nada, los bomberos prefieren desobedecer y ayudar en lo que puedan. En las últimas visitas del gobernador José Guadalupe Osuna Millán a Ensenada, los vitivinicultores le reclamaron la falta de atención hacia la región norte. Osuna había acudido a la inauguración de las emblemáticas y turísticas “Fiestas de la Vendimia” el viernes 2 de agosto. Al igual que ignoró a los abarroteros en San Antonio de las Minas, el mandatario estatal optó por no interactuar con los vinicultores que se le acercaron a pedirle atención al Valle. Irónicamente, prefirió celebrar con copa y vino en mano junto al alcalde Pelayo, el inicio de las fiestas del vino, justamente del sector que se dice amenazado por su falta de atención. “Llevamos cerca de 25 años luchando”, narra Hugo D’Acosta en su blog personal (http://hachemuda1958.blogspot.mx/), donde plasma que, “una vez más, después de muchos años de lucha, volvemos a ver amenazada la integridad y el futuro del Valle de Guadalupe”. No obstante, la realidad de los valles vinícolas, incluyendo los de la antigua Ruta del Vino, en la zona sur de Ensenada, por Santo Tomás, San Vicente y el extenso Llano Colorado, podría cambiar radicalmente en los próximos meses. La cercanía entre el sector vitivinicultor y los nuevos funcionarios electos, gobernador y alcalde, es distinta a la que existe entre el gobernador y presidentes municipales aún en funciones. Por un lado, Gilberto Hirata Chico, alcalde electo de Ensenada, es nativo de la región del vino, concretamente del Ejido El Porvenir, donde mantiene fuertes vínculos. Fue ahí donde Hirata arrancó su campaña por la alcaldía en 2013, y es bien recibido entre la comunidad. Por otro lado, en los últimos años Francisco Vega de la Madrid ha colaborado de manera “muy cercana” con los vinicultores, según explicó Alberta Ceja Medina, presidenta del Sistema Producto Vid en Baja California. Asimismo, como diputado plurinominal en la LXI Legislatura, Vega presidió la Comisión Especial para el Impulso de la Industria vitivinícola en México. El 14 de agosto se convirtió en el primer gobernador electo y/o en funciones, que se reúne personalmente con vinicultores para escuchar sus necesidades. Esto es un baldazo de agua fresca para el sector, que cruza los dedos para mejorar su relación con los funcionarios. Entre los temas vistos con Vega de Lamadrid, destacaron los asuntos de ordenamiento, agua, imagen urbana, turismo e industria. “El Ayuntamiento no sirvió para mucho, hay maquilas y casas que se están haciendo (en el Valle). Como Sistema Producto Vid, nunca hubo acercamiento con Pelayo”, mencionó Ceja. “Hirata viene de Guadalupe y va a ser muy sensible con este tema, no dudamos ni tantito”, agregó. No obstante, la titular de Sistema Producto Vid advirtió que de no tener respuestas nuevamente, la reacción del sector pasaría de las mantas, a protestas más fuertes. No están dispuestos a perder otros tres años, como ha ocurrido con el alcalde Enrique Pelayo.