El jueves 11 de julio de 2013, Juan Vargas Gutiérrez había tenido una noche complicada. Los dolores en su brazo derecho no le dejaron conciliar el sueño hasta entrada la madrugada. Al día siguiente se despertó temprano y se alistó para acudir a la unidad médica del Instituto Mexicano del Seguro Social. Fue la última vez que se le vio en vida. En el trayecto al Hospital lo detuvieron agentes de la Policía Municipal, y la siguiente información que tuvieron sus familiares, fue que había muerto en los separos de la Dirección de Seguridad Pública en el puerto de San Felipe. Los uniformados declararon el caso como un suicidio. De acuerdo a las primeras declaraciones de los agentes municipales, Juan Vargas utilizó los calcetines para amarrarlos y con ellos hacer la soga para ahorcarse. Los Policías cambiarían esa versión. Ante agentes del Ministerio Público de la Procuraduría General de Justicia del Estado, explicaron que el fallecido despedazó la camiseta que traía puesta y con los retazos hizo la cuerda para quitarse la vida. La familia de Juan Vargas no quedó conforme con ninguna de las dos versiones. El jueves 18 de julio se manifestaron públicamente por lo acontecido e interpusieron quejas y denuncias en la Procuraduría de Derechos Humanos, en la Sindicatura Municipal y ante la Procuraduría General de Justicia del Estado. Juan tenía 57 años al momento de su muerte, durante los últimos meses había trabajado de velador en un negocio de un primo, por lo que durante las tardes apoyaba con las labores domésticas, según narra su esposa Guadalupe Becerra Ramírez. Ese día Vargas Gutiérrez desayunó a las 7 de la mañana, media hora después salió de su domicilio ubicado entre las avenidas Topolobambo y Eucaliptos en la colonia Primera Sección, y cuando se dirigía a la unidad médica fue detenido por los agentes de la Dirección de Seguridad Pública Municipal, Mónico Toribio Villanueva y José Abraham Uribe Granaos. Fue trasladado a la sub comandancia municipal ubicada en la avenida Isla de Cedros, donde fue certificado por el doctor Óscar Efrén Zúñiga Rodríguez, quien de hecho se encuentra en investigación por Sindicatura Municipal ante la falta de cuidado al no percatarse del estado en el que se encontraba el detenido y no haberle recetado algún medicamento. En la investigación también se encuentra Jessica Marisol Benítez Arias, agente encargada de separos de la subcomandancia, por omisión de cuidados en el área responsable. Los municipales justificaron la detención de Juan Vargas, “porque era asiduo consumidor de marihuana”, incluso ya había sido detenido en por lo menos un par de ocasiones por la misma situación. Cuando Vargas era detenido, su esposa Guadalupe recibió una llamada. El número indicaba que era del celular de su marido, al parecer el teléfono celular se marcó en el forcejeo con los agentes municipales, la mujer dice que alcanzó a escuchar cuando él suplicó: “hágame el paro, voy al seguro”, después de eso la llamada se interrumpió. Ante tal escucha, Guadalupe supuso que su esposo había sido detenido y acudió a la sub comandancia de la Policía Municipal para tramitar la liberación. Cuando la mujer llegó a las instalaciones municipales eran las 7:50 de la mañana, solicitó información y le dijeron que Juan se encontraba en el área de barandilla, pero no habló con él. Los agentes le informaron que el hombre se encontraba intoxicado al momento de la detención y que sería sancionado con cautiverio por la falta administrativa. A Guadalupe solo le entregaron algunas pertenencias de su esposo, entre ellas las agujetas de los zapatos y el cinto, uno de los hijos de Vargas se apresuró para conseguir prestado, pagar la multa y que su padre fuese liberado, pero cuando arribó –cerca de las 10 de la mañana– aún no había llegado el juez y el joven se retiró con la intención de regresar horas después. El hijo de Juan Vargas regresó a las dos de la tarde a la sub comandancia. Traía consigo una torta para darle de comer a su padre. Uno de los agentes se le acercó, lo llevó a una pequeña oficina y le informó que su papá se había quitado la vida. El Servicio Médico Forense ya había recogido el cuerpo sin antes notificar a la familia. De hecho a los familiares de Vargas no les permitieron ver el cuerpo, hasta después que le fue practicada la autopsia; aun así, dicen tener evidencia del maltrato policíaco que sufrió el fallecido. Afirman que el cuerpo tenía golpes en la frente, en el ojo derecho y en los antebrazos. En un costado tenía una marca como de tolete o varilla, por lo que tomaron fotografías para documentarlo. Convencidos de irregularidades en las condiciones en que perdió la vida Vargas, sus familiares organizaron una marcha manifestación que recorrió de la gasolinera de la calle principal hasta el malecón porteño. La señora Guadalupe afirmó que le han dado diferentes versiones de la muerte de su esposo, la primera fue que con los calcetines se había ahorcado, sin embargo ella explicó que al momento de la muerte su esposo llevaba calcetines tipo tobillera por lo que la versión termina siendo inverosímil, después le indicaron que fue con una camiseta pero cuando fue entregado el cuerpo por Semefo ya no pudo confirmar los datos. Juan Carlos Buenrostro Molina, Director de Averiguaciones Previas y Control de Procesos, afirmó que en las indagatorias presentadas ante la PGJE los agentes refirieron que el suicidio fue con la camiseta. Y que el individuo dio positivo para marihuana y heroína. Muerte por ahorcamiento: SEMEFO Según el reporte en posesión de Francisco Acuña Campa, titular del Servicio Médico Forense en el Estado, no existen dudas sobre el ahorcamiento como causa de muerte. De acuerdo a la redacción del médico legista de San Felipe, la huella de violencia se trata de un surco incompleto oblicuo característico de un ahorcamiento: “Presenta protusión lingual, que es inherente al ahorcamiento, es muy normal que el ahorcado se le proture la sangre y se vea amoratado, no hay huellas importantes al exterior y presenta fenómenos cadavéricos que a veces se confunden con lesiones”. Señaló que esta especie de moretones se presenta debido a que la sangre no coagula; dijo que aunque existieran otras lesiones no son causa determinante de muerte. Pendientes de las quejas El subdirector de la policía municipal de Mexicali, Alejandro Lora, afirmó que se han atendido todas las quejas que presenta la ciudadanía contra los agentes municipales. Señaló que según los reportes policiacos, Juan Vargas fue detenido por encontrarse bajo los efectos de una droga, por lo que fue turnado al juez calificador el cual lo sanciona en celdas. “Desafortunadamente en una oportunidad aprovecha para con los calcetines hacer una forma de cuerda y se priva de la vida colgándose de uno de los barrotes de la celda, sin duda es un hecho lamentable, inmediatamente se le dio vista a Sindicatura y a la Procuraduría, quienes hicieron el levantamiento de actas y circunstancias y haciendo las investigaciones correspondientes”. Lora afirmó que en caso de que al finalizar las investigaciones exista alguna imputación para alguno de los elementos a cargo incluyendo detención y custodia habrá sanciones en caso de encontrase alguna responsabilidad. El subcomandante informó que en las celdas existen cámaras de vigilancia, pero que por el ángulo en el que se encontraba el detenido no logró captar el momento preciso de la muerte. “Nosotros no tenemos ningún antecedente de que esta persona hubiera sido golpeada previamente, pero tampoco vamos a poner en duda a los ciudadanos y familiares, que sean las autoridades correspondientes quienes a través de la investigación determinen si hubo alguna lesión”, indicó el jefe policiaco. Durante un recorrido por el puerto de San Felipe, diversas personas señalaron abuso de agentes policiacos quienes tienen la consigna de detener a toda persona que camine por la calle, aunque las denuncias se realizaron de manera anónima y ante este reportero, los entrevistados acusan a los agentes de meterse a las casas sin consentimiento y realizar detenciones de manera abusiva, las más constantes fueron en la colonia Los Arcos y Primera Sección. Cuestionado sobre estas aseveraciones, Alejandro Lora dijo que no se tienen parámetros al alza en cuanto a denuncias hacia los agentes policiacos, afirmó que es natural que muchos de los ciudadanos que fueron detenidos no se encuentren de acuerdo con el uso de la fuerza aunque hubieran puesto resistencia. Otro muerto, pero en el CERESO La Secretaría de Seguridad Pública del Estado informó que el domingo 21 de julio del 2013, falleció de forma accidental en el Centro de Reinserción Social de Mexicali el interno Alejandro Camacho Hernández de 40 años de edad, luego de manipular unos cables de corriente eléctrica, los cuales generaron una descarga eléctrica que le provocó la muerte. Según las autoridades del Sistema Estatal Penitenciario, cerca de las 8 de la noche al pasar lista de asistencia encontraron a Camacho Hernández inconsciente; solicitaron apoyo urgente a la unidad médica sin embargo la persona ya había fallecido. Fue declarado muerto a las 8 con 12 minutos. Camacho fue internado en el Centro de Readaptación Social el 19 de febrero por los delitos de posesión de heroína y metanfetamina, por su parte el Jefe del Servicio Médico Forense, Francisco Acuña Campa confirmó la muerte por descarga eléctrica, la cual ingresó por uno de los dedos de la mano derecha con salida por una de las costillas del occiso. Por su parte el Director de Averiguaciones Previas y Control de Procesos, Juan Carlos Buenrostro Molina señaló que recibieron el reporte de una persona electrocutada en la celda 230 por lo que se trasladaron elementos de la policía ministerial encontrando el cuerpo sin vida. “Presentaba lesiones en dedo índice, pulgar, rodilla derecha, nariz y mentón, al parecer recibió una fuerte descarga eléctrica, al parecer se encontraba maniobrando con unos cables los cuales también causaron las lesiones de otro interno que señala que estaba llenando unos tambos de agua y alcanzó a tocar unos tubos de metal cercanos al lugar, esta persona responde al nombre de Julio Francisco Soto Ponce de 23 años, quien presenta lesiones en sus manos”. Dijo que se está trabajando al interior del Cereso, donde se les han dado las facilidades para realizar la inspección del área y la reconstrucción de los hechos. Señaló que hasta el momento se desconoce por qué se encontraba manipulando los cables, Buenrostro Molina afirmó que Camacho Hernández aún se encontraba en espera de sentencia.