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viernes, febrero 23, 2024
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Canalización peligrosa

El uso de una canalización, como la del Río Tijuana, se debilita cuando con el paso de los años se forma ahí una población alterna de indigentes y sus 18 kilómetros de longitud se llenan de fango, maleza, árboles, jeringas, propaganda política, excremento, comida en descomposición y todo tipo de basura. Mientras tanto, las autoridades parecen no ver un deterioro tan evidente y riesgoso para la ciudad. La Comisión Nacional del Agua, dependencia federal que ha evadido su responsabilidad en los últimos años, ahora informa que ha quedado abierto el proceso de licitación para elegir a la empresa que se encargará de la limpieza del río, misma que se dio por última vez y de manera parcial hace tres años. “Ya salió la convocatoria, ya invitamos a que se registren las constructoras que vayan a entrarle a la limpia del canal del Río Tijuana, es prioridad del Gobierno Federal tanto de la dirección de Conagua aquí en Baja California la limpieza”, espeta su delegado, Eduardo Ledesma Romo. No obstante, el trabajo se hará en solo 8 kilómetros iniciando en la llamada tercera etapa del Río, a la altura de la clínica Uno del Instituto Mexicano del Seguro Social y en dirección a la Línea Internacional, esto con un presupuesto de 33 millones 300 mil pesos. Según Ledesma Romo, recibirán las propuestas económicas de los interesados este viernes 26 de julio para que 30 días después inicien los trabajos. Esto pese a que el mantenimiento se anunció desde el primer mes de este 2013, “se retrasaron porque yo creo que no le vieron la necesidad de hacerlo y se fue acumulando hasta que nos toca a la nueva administración ejecutarlo, es prioridad, la ciudadanía huele los olores, que expide el canal y, la verdad, no es saludable, es un tema donde nos vamos a meter de lleno, como te digo, el dinero nunca alcanza pero lo que tengamos para darle los avances a eso pues lo vamos a hacer”, justifica Ledesma. La importancia de la canalización puede verse desde dos ángulos. En primer lugar, su construcción en la década de los setenta representa el punto de encuentro del agua que corre desde las zonas montañosas que rodean a Tijuana, cuenca que mide aproximadamente 2 mil 800 kilómetros. Por otro lado, gracias a esta obra, la zona económica de esta frontera ha podido desarrollarse con espacios comerciales, gastronómicos, financiaros, culturales y deportivos. “Cualquier lluvia fuerte que se dé en la parte alta de esta zona de montañas que tenemos, aunque en Tijuana no llueva, nos puede traer complicaciones importantes y causarnos problemas si la canalización no estuviera. No es nada más lo que pueda llover en Tijuana, en lo que pueda llover en cualquier parte de la cuenca que viene y se conecta aquí”, menciona Antonio Alfaro Figueroa, subdirector de Protección Civil Municipal.   Un bosque dentro del canal Con una perspectiva de norte a sur, desde la franja fronteriza hasta la presa Abelardo L. Rodríguez, se observan distintos escenarios. En el punto más al norte, a partir de la línea fronteriza con Estados Unidos se mantiene el fenómeno de la indigencia en su máxima expresión, historias de miseria y drogadicción relatadas en anteriores ediciones por este Semanario. En gran medida las malas condiciones se deben a los indigentes que residen entre los cauces del río, pues son ellos quienes introducen bolsas de basura al lugar, hacen su selección de los desperdicios y ahí mismo dejan lo que nos les sirve, convirtiendo los alrededores en un auténtico basurero. Habitantes del canal consultados por ZETA refieren que lo único que hacen las personas que se acercan a limpiar es amontonar el escombro a las orillas, acciones que finalmente no solucionan nada y que les da la posibilidad de establecer sus “ñongos” o viviendas. Otro problema es la violación de las compuertas que se encuentran a los costados, mismas que vienen en pares conectados a la mitad y conducen el agua que cae de las calles aledañas al río. Actualmente los indigentes bloquean una de ellas para dormir ahí sin el peligro de ser arrastrados por la corriente. Si se avanza más hacia el sur, además de persistir la indigencia, la basura y los excesos de tierra, el lugar fácilmente se confunde con una zona boscosa. Por ejemplo, a la altura de la plaza comercial Mundo Divertido, las copas de los arboles rebasan el lomo de la canalización y la flora vuelve espeso el lugar. Y aunque el delegado de Conagua presume el mantenimiento que se le dio al canal por última vez hace 3 años, Jorge Gualberto Rodríguez, secretario del Colegio de Ingenieros Civiles de Tijuana, asevera que se trata de limpiezas parciales, pues para meter maquinaria, camiones y tractores a remover material solo se selecciona un perímetro “de abajo hacia arriba”, tomando como prioridad la parte norte y dejando de lado las zonas donde crece la vegetación. Peor aún es que cuando termina esta labor se deja todo el material recolectado en la misma canalización, por lo que con algunas lluvias vuelve a dispersarse. El ingeniero Rodríguez explicó que el crecimiento de la vegetación se debe a que en la tercera etapa del Río no existe un canal piloto –una pequeña zanja que va por la mitad de la canalización–, de manera que el agua se estanca con mayor facilidad, permitiendo el exceso de tierra y el crecimiento de plantas “Con eso (canal piloto) se garantiza que el agua solo va a correr por ahí en épocas secas, entonces, toda el agua que alcanza a entrar al río pasa por ahí y todo lo demás está relativamente seco, pero en el caso de la tercera etapa del Río ya no hay un canal piloto, entonces el agua viene llenando todo”. Refiere que se trata de una falta de previsión puesto que esto no se contempló desde la construcción de dicha etapa hace 18 años, por lo tanto “se ha tenido mucho problema en ese sentido, y ha costado muchos millones de pesos”.  Por otro lado, curiosamente el subdirector de Protección Civil en Tijuana, Antonio Alfaro Figueroa, asegura que el crecimiento de vegetación en el Río Tijuana, lejos de amenazar el buen funcionamiento de la canalización, resulta benéfico. “Reduce la velocidad del agua, retiene sólidos, en fin, yo creo que basta con cruzar la línea internacional y ver el Río de San Diego, todo está lleno de maleza y árboles, como una zona verde protegida. La maleza no tiene mayor problema, el problema es la basura y los contaminantes que ahí se está vertiendo”.   Basura, la amenaza No obstante, el fenómeno de la basura, si se sigue descuidando, es el que podría atrofiar el funcionamiento de la estructura, coinciden tanto el ingeniero consultado por ZETA, como el subdirector de Protección Civil. “Eso sí puede afectar porque si nos agarra una tormenta en el período de noviembre a marzo, si fuese un año de lluvias fuertes, toda esta zona lo va a afectar, y si fuera un año donde hubiera lluvias fuertes se disminuiría en un buen porcentaje la capacidad del canal, entonces ahí sí tendríamos problemas, no solo para los indigentes que ahí viven, sino la población en general tendríamos un riesgo”, refiere Jorge Gualberto Rodríguez. Para medir el impacto, Paloma Aguirre, coordinadora del Proyecto Costa Salvaje desarrollado en San Diego California, explica que la zona del Río ubicada del otro lado de la frontera, es constantemente amenazada por las condiciones en Tijuana. “Se hizo el estudio en el 2010, en ese momento se encontraron más de 10 millones de botellas de plástico enterradas en el área del valle del Río Tijuana. Costa Salvaje ha hecho campañas de limpiezas comunitarias aquí en el valle y ahorita, hasta la fecha, estamos hablando de más de 60 toneladas de basura que se han removido en los últimos cinco años, y son proyectos chiquitos, estamos hablando de limpiezas a mano”. Después que se termine la etapa de limpieza que iniciará la Comisión Nacional del Agua, tendrá que hacer un recuento de las afectaciones físicas del canal, cosa que hasta el momento no es del conocimiento de las autoridades. “Pues ahorita, tenemos el recuento de que tenemos ocho kilómetros por atender de emergencia y de urgencia para los ciudadanos de Tijuana, y ahora que quedemos ya bien terminados con la segunda etapa, es el arroyo Alamar, donde termina la canalización, ahí es donde vamos a fortalecer intensamente, antes existían las fosas hidráulicas, entonces vamos a ver con el presupuesto de 2014 para reactivar”, mencionó Eduardo Ledesma. Por otro lado, Protección Civil municipal ha recibido quejas de que el concreto de los cauces del canal ha sufrido afectaciones, según cuenta su subdirector, sin embargo, corresponde a Conagua la reparación. “Pues nos han dicho que se han hecho las reparaciones correspondientes, que el canal está sin problema”, afirma, mientras los riesgos son visibles y latentes, como pudo constatarse con un recorrido hecho por el reportero.     Una revisión permanente El diputado, Fausto Zárate Zepeda, integrante de la comisión de Salud en el Congreso de Baja California, habla de la necesidad de crear un comité a nivel municipal que esté al pendiente del buen estado de la canalización. “Mi idea era que después de que lo limpiaran formar un comité que estuviera constituido por el de seguridad pública, el de obra pública, recolectores de basura, los de asuntos de migrantes, por el alcalde, porque el canal del Río aparte del aseo hay que mantenerlo, mantenerlo es que si la gente tira basura, bueno, pues a recogerla, ¿no?, pero luego seguridad pública para que impida que se acumulen vagos ahí. La CESPT tendrá que entrar porque quiero saber que cuando limpien el canal, cuentos drenajes confluyen ahí, y ahí es el culpable la CESPT. La idea mía es precisamente formar un comité de mantenimiento porque es más fácil mantener que limpiar”.  


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Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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