Una tijuanense intentó por la vía correcta y organizada, convertirse en consejera distrital, para colaborar en el buen desarrollo de las elecciones estatales del domingo 7 de julio. Con la experiencia de haber participado en otros procesos, federales y estatales, llegó hasta donde las entrevistas, realizó los exámenes, llenó los requisitos, solicitó las cartas públicas. Pero no fue elegida. “Ahí en el teatro de la UABC cuando anunciaron a quienes serían consejeros, me di cuenta: si no tenía padrino en el PRI, no llegaría a consejera”. Y en efecto, no llegó. Pero a los días un conocido le habló para integrarla como Capacitador Auxiliar Electoral, cuya labor consiste en notificar a los insaculados para integrar las casillas el día de la votación. En promedio le corresponden a cada capacitador un total de 10 casillas, deben localizar a los ciudadanos y capacitarlos en la integración de la casilla, el manejo de los votos, el llenado de las actas, el conteo, el armado de las urnas, las mamparas, etcétera. Pero los del Instituto Electoral les están pidiendo acciones adicionales. Por ejemplo, conseguir la mesa y las sillas para la casilla, deben pedir a alguno de los funcionarios o a quien prestó el lugar para la instalación que también presten una mesa y seis sillas, además que proporcionen la energía para encender un foco al finalizar la jornada. “El año pasado el IFE rentó mesas y sillas para cada una de las casillas, pero ahora el IEPC nos pide que nosotros lo consigamos. Además no nos darán para los alimentos de los funcionarios el día de la jornada, de hecho el IFE en 2012 solo nos dio dos cajas de agua por casilla, y nosotros los capacitadores pusimos el alimento, los que pudimos”. Caso irregular, dado que el Instituto Electoral en el presupuesto destinó 4 millones 268 mil pesos para “alimentación para funcionarios de casilla electorales”, y considerando que la cifra asciende a 29 mil 876 personas, correspondería a cada una de ellas 142 pesos para comida. De igual manera, se debieron rentar 4 mil 268 mesas para igual número de casillas, y 25 mil 608 sillas. Pero, nada, por 2 mil 58 pesos a la quincena, los capacitadores auxiliares electorales deben conseguir los muebles y además proveer la comida. Por supuesto, los capacitadores no son dotados de un presupuesto para transportación o gasolina, eso también lo deben pagar ellos. Como si no fuese esto suficiente golpe económico. La primera quincena trabajada, a los cheques de los capacitadores les fueron descontados seis días para un supuesto fondo de ahorro, y descontados –a cada uno– 120 pesos para un botiquín, “que no es más que una cajita con algunos productos como alcohol, vendas y cosas por el estilo”. Otro de los capacitadores que contaron las historias de irregularidades, explicó que incluso le “robaron” días de trabajo, pues mientras él inició labor el 23 de marzo, su primer alta la hicieron el 1 de abril y el primer cheque se lo entregaron el 18 de ese mes. Una más: ninguno de los capacitadores tiene credencial que los acredite como tales. “Los del Instituto solo nos dieron un chaleco y una gorra; pero no gafete, que porque no los han hecho ¡y ya estamos en junio y seguimos sin ellos!”. En esa condición algunos ciudadanos desconfían de la autenticidad del nombramiento y no aceptan atenderlos o participar en la elección. De todas estas irregularidades están enterados los delegados operativos y de capacitación de los distritos, incluso algunos consejeros; pero nada hacen. Los capacitadores anticipan que la jornada electoral, será desorganizada. Y por lo visto el proceso muy irregular.
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