Con el objetivo de proteger de manera consistente el medio ambiente y la salud pública en la región fronteriza México-Estados Unidos, con los principios del desarrollo sustentable, los días 8 y 9 de agosto se llevó a cabo en Tijuana la Primera Reunión de Coordinadores Nacionales del Programa Frontera 2020. El proyecto tiene como antesala el programa Frontera 2012 del Medio Ambiente, sustentado en enfoques regionales para la toma de decisiones, establecimiento de prioridades e implementación de esquemas para manejar los problemas del medio ambiente y salud pública en la región. Por su parte, el programa Frontera 2020 tratará de reducir la contaminación del agua, aire y tierra, además de la exposición a sustancias químicas causadas por derrames accidentales. De igual manera, impulsará un mayor cuidado del medio ambiente. El evento contó con la participación de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) y la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) en la firma del nuevo Programa Ambiental México-Estados Unidos Frontera 2020 entre México y Estados Unidos de América para la cooperación en la protección y mejoramiento del medio ambiente en la región fronteriza. Juan Elvira Quesada, secretario de SEMARNAT y Lisa P. Jackson, administradora de la EPA, puntualizaron estrategias para fortalecer alianzas, colaboración y comunicación entre ambos países. Dentro los principios rectores, Frontera 2020 pretende dar continuidad a aspectos exitosos de programas binacionales ambientales anteriores, entre éstos: – Reducir los mayores riesgos a la salud pública, conservar y restaurar el entorno natural. – Adoptar un enfoque local para establecer prioridades y tomar decisiones a través de alianzas entre los gobiernos federales, estatales y locales, y con las tribus nacionales de los Estados Unidos y las comunidades indígenas de México. – Atender los impactos ambientales considerables en las comunidades fronterizas. – Mejorar la participación de los interesados y asegurar una amplia representación de los sectores ambiental, de salud pública, y otros de relevancia. – Fomentar la transparencia, participación pública y diálogo abierto, brindando información oportuna, accesible y precisa. – Fortalecer la capacidad de los residentes de comunidades locales y otros, interesados en conocer y gestionar temas ambientales y de salud pública relacionados con el medio ambiente. – Promover comunidades sustentables mediante la mejora de modelos ambientales, sociales y económicos en la región fronteriza. – Lograr resultados concretos y medibles, manteniendo al mismo tiempo una visión de largo plazo. – Medir los avances del programa a través del desarrollo de indicadores ambientales y de salud pública. – Los Estados Unidos de América reconocen que las tribus indígenas estadounidenses son gobiernos soberanos autónomos, y por lo tanto, los temas de equidad que impactan a los gobiernos tribales deben atenderse en Estados Unidos, en una relación entre gobiernos. – México reconoce la deuda histórica que tiene con sus pueblos indígenas; por lo tanto, se considerarán medidas apropiadas para atender sus inquietudes específicas, y para proteger y preservar su integridad cultural en el marco de los propósitos ambientales de este programa. Como estrategias fundamentales del programa, se clasificó el trabajar en mejora de la salud infantil; desarrollar capacidad para atender el cambio climático; proteger a las comunidades marginadas; fortalecer la cultura ambiental; además de promover la salud ambiental. “Desde que los Estados Unidos y México acordaron colaborar e involucrar a los interesados de diversos sectores para abordar los retos ambientales a lo largo de nuestra frontera internacional, los residentes en ambos países se han beneficiado de un aire, agua y tierra más limpios”, apuntó Lisa P. Jackson, de la EPA. Mientras que el secretario federal Juan Rafael Elvira Quesada reconoció el fortalecimiento del trabajo entre México y Estados Unidos mediante el Programa Ambiental Frontera 2012, e hizo referencia a los logros obtenidos, entre los que destacó la remoción de más de 6.8 millones de llantas de desecho, incluyendo la limpieza de tiraderos conocidos como Centinela e INNOR, ubicados en Mexicali, Baja California.
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