En una ocasión, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto estaban platicando, y el segundo le dice al todavía Presidente de México: — De plano no sé por qué en el PRI me tienen como una persona muy culta, ¡y en todo México de peneque no me bajan! A lo que Calderón responde: “Mira, mi querido Quique, eso es fácil de explicar y la respuesta me la vas a dar tú al contestarme esta pregunta”. — A ver, eso me interesa…, replica Peña Nieto. “Dime el nombre de un importante general francés que montaba un corcel blanco”, plantea el mandatario a su sucesor en Los Pinos. — Me la pones difícil… Mira, casi tengo la respuesta pero dame otra pista, para no verme tan fregón… Calderón hace una leve mueca y prosigue: “Este general dominó casi toda Europa, y cuando conquistó España, puso a su hermano como emperador y siempre traía su mano metida dentro de la chaquetilla del uniforme militar”. Peña Nieto se acomoda el copete y responde: — Pues los Moreira no son. Hasta donde sé, no han estado en España. ¡Híjole!, lo tengo en la punta de la lengua, pero dame otra pista para no decir una tarugada. El panista suspira y dice: “Está bien, te voy a dar una última pista, pero antes ve al refri y tráeme una botella de Napoleón para echarnos un trago y verás cómo te acuerdas”. Peña Nieto va al refrigerador y regresa con una sonrisa, para contestar: — Mejor pista no me pudiste haber dado, ¡cómo me voy a olvidar del famoso General Electric! Autor: Anónimo del Movimiento Progresista.
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