Amigos, familiares, algunos panistas… bueno, todo aquel que siente estima por Francisco García Burgos, cree tiernamente que su nuevo cargo como secretario de Gobierno lo ganó por sus capacidades y gran trayectoria. Nada más vacilante que eso. La realidad es que García Burgos nunca fue del círculo cercano del gober. Éste lo puso ahí con el único fin de sacarlo de la contienda a la alcaldía de Tijuana, donde -por las buenas o las malas- quiere ver brillar a su retoño Max García. “Paco”, como le dicen al nuevo secretario, lo sabe. Aceptó su cargo con esa condición: ser quitado de su aspiración con tal de vivir un año y medio más de la chichi en el primer nivel.