Servicio deficiente, desinformación, poca preparación de mecánicos y caos en el programa estatal Con la solicitud a última hora del gobernador José Guadalupe Osuna Millán para que la fase de socialización del programa de verificación vehicular en Baja California se extienda por dos meses más, el proyecto del Gobierno del Estado para reducir la polución generada por los autos en la entidad al momento es un desastre. Valga decir que de un millón 400 mil unidades que circulan en la entidad, a la fecha solo 40 mil han sido revisadas, y apenas 32 mil obtuvieron el holograma que las certifica como libres de contaminantes. Por un lado, los carros deben estar en perfecto estado para ser sometidos a la prueba. Además, los autos nuevos, sobre todo de modelos compactos y subcompactos, suelen ser rechazados por problemas del equipo de los verificentros, que tampoco cuentan con máquinas para trabajar con motores de seis bobinas. Incluso la Secretaría de Protección al Ambiente (SPA) reconoció ante ZETA que los centros de verificación tienen equipo obsoleto y se les obligó a cambiarlo sobre la marcha, por lo que han ido subsanando los inconvenientes que tantas molestias han causado en los automovilistas, cuyos vehículos son rechazados por cuestiones ajenas a su buen funcionamiento. Tan solo entre el martes 10 y miércoles 11 de julio, este Semanario recibió por lo menos 10 llamadas alertando sobre los constantes problemas que se están presentando en verificentros ineficientes. Programa de aprendizaje… para el gobierno estatal Por otro lado, y respecto al posible requisito para renovar placas en 2013, el Secretario de la SPA, Efraín Nieblas Ortiz, afirmó que por el momento no será necesario efectuar este trámite, pero que a futuro –y el funcionario evitó decir la fecha y el año– sí será imperativo contar con el documento para cualquier operación que se solicite en Recaudación de Rentas del Estado. En este sentido, enfatizó: “Es obligatorio portar el holograma que se certifica, portar la norma ambiental de emisiones. Aun no está empatado el sistema de verificación vehicular con el de emplacamiento, es posible que se unan, que sea una condición para la otra… esperamos una vez que madure el programa que la gente lo vea como un programa cotidiano y eso sea más fácil empalmar el emplacamiento con la verificación”. En cuanto a qué autoridad será la designada para sancionar a quienes no porten dicho engomado el funcionario estatal respondió que actualmente la Secretaría General de Gobierno tiene una mesa de trabajo con cada ayuntamiento para convenir la instrumentación conjunta las formas de vigilancia y cumplimiento de la componenda así como los montos de las multas. “El punto clave es de la vigilancia y sanción de las ciudades, es a cargo de los ayuntamientos, porque como ellos traen infraestructura y personal para andar en la calle, pueden saber quién trae o no el holograma. Que sean ellos los que apliquen la sanción. El monto o el alcance de la sanción es la que se está acabando de definir”. —El decreto no contempla un reglamento. ¿Cómo se emite un decreto sin una ordenanza para que trabajen estos lugares?, porque ZETA ha recibido casos en los que se han presentado averías en algunas unidades sin que los negocios respondan a ello. Preguntó el reportero. “El decreto define los ámbitos de competencia de la Secretaría de Protección al Ambiente en términos de la capacidad de auditar, vigilar y sancionar a los centros de Verificación, de hecho ya lo estamos haciendo. Hemos aplicado auditorías (no especificó cuántas ni a quiénes) en algunos centros por denuncia ciudadana de gente que dijo que le dieron un mal servicio o por falta de equipo. Lo atendemos y obligamos al centro a corregir la anomalía. “El reglamento no es una condición para que la secretaría pueda actuar y auditar a los centros. La ciudadanía tiene a su alcance el poder denunciar cualquier anomalía que se presente. Tiene una línea telefónica cada centro, que lo levantas y te contestan en la Secretaría de Protección al Medio Ambiente, es comunicación directa, algo para denunciar algo que no esté bien. “En la sala de espera va a haber alguna línea, algunos lo tienen y otros lo van a tener”. Por lo pronto ZETA visitó el negocio del Florido, Playas y Centro y ninguno tiene dicho servicio. En la misma línea de ideas Nieblas continuó: “La Secretaría tiene el control absoluto de lo que sucede dentro de los centros de verificación en cuanto a vigilancia, y es posible una sanción en caso que se incurra en una situación anómala. Hay cámara de video. Hay muchas medidas de seguridad, en todo momento está claramente definida la actuación de la Secretaría de Protección al Ambiente en vigilar que el proceso sea como tiene que ser. De acuerdo a normatividad ambiental y las que se presenten (irregularidades) corregirlas de inmediato. Si eso incluye sancionar algún centro es evidente que se va a hacer. Puede incluir retiro de la concesión en caso de reincidencia”. — ¿Cómo empezaron estos centros a operar si no estaban equipados en su totalidad? “En todos los centros en su titulo de concesión se habla de la cantidad de líneas que deben tener. Están operando porque habían argumentado que estaban listos para operar y conforme nos fueron notificando. Acudimos y hacemos un acta de inspección donde revisamos que las cosas estén bien. Donde no había posibilidad que arrancara les decíamos. Ese tipo de problemas los hemos venido solventando y dándoles plazos. En otras les hemos exigido cambios de equipos como en el caso de la medición de revoluciones. “Algunos de esos equipos no estaban trabajando adecuadamente, había mejores equipos en el mercado y pedimos que se sustituyeran, tan sólo ese equipo nos estaba generando problemas como los de señal”. A decir del entrevistado el programa de verificación es nuevo, lo que ha implicado un proceso de “un aprendizaje de ida y vuelta. “Tenemos mesas de trabajo definiendo los puntos que encontramos que no están trabajando y de parte de las empresas van solucionando el problema”, finalizó Nieblas Ortiz. Pero del dicho al hecho, en lo que a los verificentros se refiere, el discurso oficial y la realidad nada más no coinciden. Un ejemplo más es lo que el reportero pudo observar de primera mano, al momento de entregar la constancia de verificación a los clientes, el propio personal recomienda guardar el documento para obtener la tarjeta de circulación en 2013 porque al menos ellos dan por hecho que se solicitará. Otra prueba más de la ineficiencia, la desinformación y la falta de planeación de este muy fallido servicio que, al momento, sólo ha causado frustración entre los usuarios, y cuyo origen desde el gobierno del Estado sigue siendo muy cuestionable. El negociazo de los verificentros Cabe recordar que en su edición 1997 ZETA dio a conocer que el negocio de los centros de verificación vehicular representa ingresos por 350 millones de pesos al año. 16 empresas de carácter nacional se vieron beneficiadas con un convenio otorgado por el Gobierno del Estado. El meollo del asunto es que los representantes de algunas de estas compañías se desenvuelven en la política. En la lista figuran los nombres de Jorge Kahwagi Macari, ex dirigente de Nueva Alianza, y Alfredo Ferreiro Velazco, quien fuera diputado local en la pasada legislatura. El reparto discrecional lo habría hecho Sócrates Bastida cuando se desempeñó como Secretario de Protección al Ambiente. A la lista de irregularidades mencionadas, se suma el que a las firmas seleccionadas se les revocó la concesión por malas prácticas, abusos y negligencia en otros estados de la República. Testimonios de frustración “Una clienta tiene un Ranger 2007, lo llevó a verificación, le trozaron una manguera de vacío (fluido de aire). De regreso venía echando chispas porque un tipo le aceleró el carro tanto y le anduvieron revisando que cuando salió de ahí ya salió el Check Engine y por lo tanto el carro no pasó”, externó Rita Goretty García García, asociada de Autoservicio TIMEX. “Otro cliente llevó su unidad y le tronaron el radiador. Se lo tuvo que traer en grúa, nadie se hace responsable. Por lo que estoy viendo, no cuentan con gente lo suficientemente capacitada”, externó la especialista. Asimismo, García García consideró que la revisión, en la manera en que se está efectuando, es inadecuada porque la gente que acude es la que precisamente tiene vehículos que no contaminan. “Vamos a seguir viendo carros que andan echando humo, principalmente las calafias, los taxis, que son carros de servicio pesado. ¿De qué sirve agarrar a unos y dejar a los otros? Para todo hay transa”. Caos en El Florido y Playas Quienes acuden al Verificentro ubicado en el Florido, pierden horas en una fila con espera de 20 carros para ser atendidos. Y es que de tres equipos sólo funcionan dos. El reportero llevó un Honda 1997 a dicho lugar. En primera instancia el resultado fue: “disolución”, a lo que el empleado comentó que la unidad estaba contaminando demasiado y que requería el servicio. Se hizo el cambio de aceite y más aditamentos (420 pesos) y se repitió la prueba en el centro de verificación. El resultado fue el mismo. El encargado entonces consideró que el auto podía tener una fuga en el mofle. Se cambió el tubo del mismo (500 pesos) y el carro volvió a ingresar. La tercera fue la vencida. En el transcurso, el reportero anotó que de 10 unidades que esperaron su turno, 9 no fueron aprobadas. “Le tengo que cambiar el filtro del aire porque no es el original, se lo voy a pedir prestado a un familiar y luego se lo quito”, dijo el propietario de un Pontiac Grand Prix 2001. “Que la unidad está acelerada más de lo que debe y se le debe hacer el cambio de bujías”, comentó un empleado que llevaba una flotilla de unidades con siglas de la Secretaría de Educación Básica (SEB). Por otro lado, Luis Humberto Delgadillo, quien acudió al Verificentro de Playas de Tijuana, reportó que en estas instalaciones no tienen el equipo necesario para revisar su carro con motor de 6 bobinas y que el aparato tardará en llegar cuando menos una semana. “¿Quién lo garantiza? Además no hay espacio suficiente para estacionamiento exterior al público. Ya de por sí, es una zona muy peligrosa de alto tráfico. No tienen número telefónico porque dicen apenas acaban de abrir”, externó molesto el automovilista. Otro ciudadano que acudió al mismo centro reportó que la fila llegaba a los 200 carros y no alcanzó a realizar el trámite porque se terminaron los engomados. Disgustado, el usuario del Verificentro marcó a la Secretaría de Protección al Ambiente donde le dijeron que enviara un correo electrónico con su queja. “No nos hacen caso, además llegó un montón de patrullas y pasaron a primera fila, el gobierno debería de haber hecho esto con anterioridad”, acotó. Autos nuevos y compactos no se pueden verificar En el Verificentro de la Zona Centro, ubicado sobre la calle Pío Pico, la revisión de vehículos también es caótica. La espera para dos filas que suman 15 automóviles aproximadamente tarda dos horas, esto debido a los problemas notorios que los técnicos tienen para manejar el equipo con el que se mide la emisión de contaminantes. Por principio de cuentas, los autos nuevos, modelos 2011 y 2012, en particular si son compactos y subcompactos, casi son imposibles de verificar debido a que los rodillos que fueron enviados de México para hacer la prueba, hacen vibrar los carros, lo que provoca que el sistema marque un error en la lectura. Un mecánico que brinda servicios a diversas agencias en Tijuana explicó a ZETA que entre la falta de experiencia de los mecánicos y la mala calidad del equipo que tienen los Verificentros el usuario es quien termina perdiendo pues simplemente la respuesta que reciben es que su auto “ha sido rechazado”. Peor aún es que, en muchos casos, por la falta de experiencia de la gente, la explicación que se les da es que los vehículos pueden traer problemas de suspensión o de las llantas, como una salida fácil del personal antes de aceptar que el problema se circunscribe al propio taller. El mecánico consultado ha podido atestiguar el sinfín de anomalías de los Verificentros dado a que cada semana debe llevar automóviles de agencia para cumplir con este requisito impuesto por el Gobierno del Estado de Baja California. La mañana del 1 de julio, el mecánico esperaba pacientemente que le aprobaran una camioneta EcoSport 2011, con poco más de 30 mil kilómetros de uso. La demora fue de 40 minutos, una vez más porque el diseño aerodinámico de modelos recientes –pese a que el auto ejemplificado ni siquiera es compacto– dificulta mucho la realización de la prueba. El personal del propio Verificentro explicó a este Semanario que han tenido diversos problemas para operar conforme a los requisitos que marca la SEMARNAT, empezando por el hecho de que no se tomó en cuenta que el parque vehicular en frontera no es igual al que se tiene en el interior del país, dado a que en ciudades como Tijuana, hay muchos automóviles que fueron adquiridos en Estados Unidos, y sus características varían con respecto a las instrucciones enviadas desde el Centro. Otra barrera que debe superarse es la calidad deficiente del equipo que ni siquiera permite que la prueba, cuyo resultado es de carácter obligatorio, pueda llevarse a cabo, lo cual es un asunto que debe resolverse y considerarse antes de ver la posibilidad de que la Verificación se convierta en un trámite más a cumplir para la renovación de placas a partir del 2013. Porque si su vehículo es nuevo, lo más probable es que ni siquiera se lo puedan verificar. Son dos pruebas Al momento, el verificentro de El Florido recibe 80 unidades por día, mientras que al de Playas llegan 120 carros en promedio. El que está ubicado en la calle Pío Pico atiende 250 unidades al día. Oficialmente, del total de vehículos que se analizan en los centros, el 30 por ciento no pasa la prueba de emisión de contaminantes. Los requisitos para la verificación vehicular son: comprobante de domicilio, identificación oficial con fotografía, y tarjeta de circulación. Alfredo Sánchez, encargado del centro de verificación de El Florido, comentó a ZETA: “Tuvimos una socialización del programa de enero a julio de 8:00 horas a 8:00 de la noche. En los horarios que tenemos más gente es de 11:00 a 5:00 de la tarde. Nosotros iniciamos el 15 de enero”. Afirmó que, en esta sucursal, sí cuentan con el equipo para revisar todas las marcas y modelos aunque en un principio “no teníamos el equipo para carros muy nuevos. Algunos no nos dan tablas porque no están en el padrón. Mandamos una carta a la Secretaría (de Protección al Medio Ambiente) con los datos del carro y los dan de alta para que puedan pasar. “Lo que está pegando más es en tema de los hidrocarburos, la falta de servicio a los carros. Una vez que hacen el ‘tune up’ regresan o pueden no pasar, otro es que traen el escape roto, en eso pega más”, agregó. En un horario de 12 horas reciben en promedio 80 unidades de lunes a sábado. Se aplican dos revisiones. La primaria es física y tiene que ver con que la unidad cuente con los tapones de gasolina, así como de agua, las bayonetas de aceite, el filtro de aire como principales puntos. El segundo proceso es cuando la unidad pasa al monitoreo de la emisión de gases contaminantes. Entonces subida a un par de rodillos conectados a una computadora. Ahí es acelerada hasta cierta velocidad donde quema el combustible y hace las emisiones de gases. El proceso tarda entre 20 y 30 minutos. Si la unidad no pasa el examen podrá regresar cuantas veces sea necesario hasta cumplir el objetivo. Sin reglamento para operar El Periódico Oficial del estado (29 de julio de 2011) establece “el programa de verificación vehicular obligatoria para el estado de Baja California”, lo que indica desde el año pasado que a partir del 16 de julio de 2012 esto será un requisito para toda aquella persona que conduzca un automóvil. De acuerdo al presidente de la Comisión del Medio Ambiente y Recursos Naturales del Congreso del Estado, Rubén Alanís Quintero, en la legislatura pasada se dio la aprobación de 13 concesiones para los centros de verificación con la obligación de que las compañías proporcionaran el servicio gratuito por 6 meses. “Es un plazo obligatorio que la ley establece, es como para generar una cultura de los propietarios de los automóviles. Hay algunas reformas en proceso, de las obligaciones y la transparencia con que se tienen que manejar estos centros, a efecto de que puedan ser sujetos a que les quiten esa concesión por algunas cuestiones, como son la falta de transparencia en el manejo, no brindar el servicio. “La ley establecía la concesión mas no la reglamentación por las cuales pueden ser retiradas. Se establecía la forma de operar, inclusive, hay una especie del manual”, comentó el diputado. Respecto a las quejas que son recurrentes por parte de los pocos usuarios que ya acudieron a los Verificentros, Alanís Quintero afirmó: “Este tema ya lo subimos a la Comisión del Medio Ambiente para obligar que el servicio que se otorga sea el adecuado y que no pasen este tipo de cosas donde la ley en su primer etapa no establece una sanción u obligación, salvo las que cualquier empresa tiene que dar. Ahorita estamos por modificar la ley para sancionarlos, hay empresas que no han abierto, lo que sí establece la ley, que si no se instalan se retiran las concesiones”, agregó. En lo que respecta al transporte público dijo que la iniciativa de ley que está por analizarse en el congreso considera la obligación de que estas unidades al igual sean sometidas a revisión por lo menos cada 6 meses, debido a que tienen mayor número de horas en tránsito, en comparación con los carros particulares. Por su parte, el diputado Fausto Zárate enfatizó: “Es necesario verificar a los centros de verificación”. Luego agregó: “En un principio al gobierno del estado no le convino poner la regulación y marcar sobre todo los cobros. La solución no son los centros de Verificación, sino que disminuyan las cuotas de importación enormemente para que den facilidades a la gente de adquirir una unidad más reciente. ¿A quién vas a verificar? A las unidades del 2009 al 2012. Los demás con una revisión sencilla y si no funcionan hay que decomisarlos”, sentenció. Respecto a la iniciativa de la Comisión del Medio Ambiente para reformar la ley de Protección estatal y adicionar artículos y fracciones para darle una normatividad y reglamentación a la mecánica de trabajo de los centros de verificación vehicular, el Secretario de Servicios Parlamentarios del Congreso, Juan Manuel Salazar Castro, externó que el 14 de marzo la secretaría a su cargo pidió una opinión. El detalle es que, según el legislador, hasta el momento la comisión no dictamina el proyecto de referencia para que una vez aprobado baje al pleno y la cámara en facultad pueda emitir su resolución final, que podría ser aprobatoria, indicar una modificación o no aprobatoria. De ahí pasaría al Ejecutivo, como proyecto de decreto para su publicación y vigencia general. Verificentros Ensenada Largas filas de automovilistas en espera de evaluar sus vehículos han reportado los verificentros de Ensenada, informó Thelma Castañeda Custodio, delegada de la Secretaría de Protección al Ambiente del Gobierno del Estado. De acuerdo a la dependencia, en los últimos días los automóviles que se están revisando en los dos sitios oficiales del municipio son 300 diarios. Los puntos de revisión se encuentran exclusivamente en la mancha urbana de Ensenada, excluyendo de momento la zona sur del municipio (San Vicente, Camalú, Vicente Guerrero, San Quintín, El Rosario, etcétera). Uno está en Calle 10 y Ensenada núm. 98 de la Colonia Bustamante, que es operado por Verificaciones Durango; y el otro se encuentra en bulevar Zertuche s/n en Pórticos del Ex Ejido Chapultepec, de verificentro Lomas S.A de C.V. A la fecha, explicó Castañeda, el programa opera bajo una modalidad piloto y será luego de la firma de un acuerdo con el gobierno municipal, cuando se otorguen facultades a la policía para detener y multar a quien no porte la certificación correspondiente a su automóvil. No obstante la verificación vehicular es obligatoria, y los verificentros operan de 8:00 a 20:00 horas. De acuerdo con un comunicado de Verificación Vehicular Estatal emitido el 11 de julio, “se contempla que para el 2013 sea requerida la verificación vehicular para la realización de la revalidación de placas, así como para cualquier trámite vehicular (altas, bajas, cambios de propietario)”. Filas de 5 horas en Mexicali para verificar carros Benito Quiñones Alvarado llegó a las 5 y media de la mañana al verificentro ubicado en el boulevard Anáhuac, hizo fila por más de 5 horas para ser atendido, su queja aparte de la lentitud del servicio, es que no instalaron ni un baño público para los usuarios. Desde este lunes 16, la verificación vehicular tendrá un costo de 5 a 6 salarios mínimos dependiendo del modelo, por lo que muchos de los usuarios decidieron aprovechar el periodo de gracia que las empresas en acuerdo con Gobierno del Estado acordaron para ofrecer el servicio de manera gratuita. Fernando Murguía invirtió aproximadamente 10 horas para la revisión de su vehículo; acudió el miércoles 11, pero ahí le informaron que le hacía falta instalar una manguera a la unidad. Al día siguiente regresó y ya llevaba otras 5 horas esperando, “a ver si ahora no salen con otra cosa”, señaló en un tono molesto por la gran cantidad de horas perdidas. Este jueves 12 de julio la fila superaba fácilmente 8 cuadras de los vehículos que intentaban realizar la inspección, cabe destacar que muchos de ellos de la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Mexicali, quienes también realizaron el trámite a últimas horas. El gerente del centro de verificación vehicular de calzada Anáhuac, Lucio Sosa indicó que han tenido mayor afluencia de ciudadanos en las últimas semanas; “Ya ha estado muy despierto el usuario para venir a verificar sus vehículos (para las 10 de la mañana) han venido arriba de 200 vehículos a verificar, normalmente teníamos un promedio de 100 a 150, sin embargo en esta semana sí se han venido a presentar más vehículos”.