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lunes, septiembre 30, 2024
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Héctor Manjarrez abre feria libresca

El escritor será homenajeado en la inauguración de la XXXV Feria del Libro de Tijuana, a desarrollarse del 19 al 28 de mayo en el Centro Cultural Tijuana. “Somos una sociedad muy enferma, muy machista, muy violenta, muy abusiva”, refiere a ZETA el autor que también presenta “Los niños están locos” (Ediciones Era, 2016)

Con un merecido homenaje al escritor Héctor Manjarrez, hoy viernes 19 de mayo inicia la XXXV Feria del Libro de Tijuana en las instalaciones del Centro Cultural Tijuana (CECUT).

Como cada año, el acontecimiento literario más importante de la región distingue a un autor nacional que en esta ocasión recae en el escritor mexicano de 71 años (28 de octubre de 1945, Ciudad de México).

Luego del acto protocolario de apertura que sucederá a las 6:00 pm en la entrada principal del organismo federal, a las 7:00 pm en la Sala Federico Campbell, la Feria libresca distingue precisamente a Héctor Manjarrez, con la participación del narrador Eduardo Antonio Parra y el editor Marcelo Uribe.

Luego del tributo a Manjarrez, a las 7:30 pm, se presentará el título más reciente del homenajeado, “Los niños están locos” (Ediciones Era, 2016), con los comentarios de Eduardo Antonio Parra.

“Desde luego me siento perplejo, los homenajes los agradece uno profundamente. Me siento contento y con mucho gusto de ir a Tijuana, tenía muchas ganas de ir. Tijuana es uno de los lugares míticos de la República, pues entonces voy con una enorme curiosidad no de conocerla, pero sí de probar sus diferentes cocinas y de mirar su población extraña, variada, fronteriza; además Tijuana es como un lugar de tránsito del lenguaje, el español va y viene entre otros lugares de Los Ángeles y todo California, del DF a través de Tijuana, y de regreso de toda la gente que va y viene. Tijuana es la capital del Noroeste”, refirió en entrevista con ZETA el homenajeado.

“Son muchos años de escribir, y pues para mí las etapas las puedo ver, si es que las veo, solo cuando ya han pasado; de repente puedo decir ‘ah, mira, en aquella época, en los 60s, o en los 80s, hacía las cosas así’, pero ahorita la etapa en la que estoy no sé si tiene que ver con la anterior, o ya es una diferente”, complementó un gustoso Héctor Manjarrez.

 

“Somos una sociedad muy enferma”

Héctor Manjarrez llega a Tijuana también con “Los niños están locos” (Ediciones Era, 2016),  su libro de relatos más reciente, del cual también conversó en entrevista con este Semanario.

¿Cuál es el origen de estos relatos donde la violencia de la niñez y adolescencia mexicanos está presente?

“Estos relatos son cuentos que fui escribiendo a lo largo de varios años, habrá alguno por ahí que tiene casi veinte años que se escribió, aunque en una versión diferente, no muy diferente pero sí un poco diferente; todos son preguntas, recuerdos, interrogaciones a la sociedad nacional sobre cómo tratamos a los hijos, cómo somos tratados cuando somos hijos y cómo tratamos a nuestros hijos cuando somos padres.

“A mí me parece que somos una sociedad muy enferma, muy machista, muy violenta, muy abusiva, de la cual los hijos tienen que irse acostumbrando a sobrevivir para no ser demasiado humillados, abusados”.

Esta premisa que abunda en su libro, de que “somos una sociedad muy enferma”, ¿podría explicar el tiempo violento que vive México?

“Lo que pasa es que yo no soy quién para dictaminar que la violencia que sufrimos cuando somos niños, es después la violencia que ejercemos cuando somos adultos, contra los periodistas, contra las minorías, contra las mujeres, pero mi sospecha es que sí; nada más que el diagnóstico no se puede hacer automáticamente, en todo caso un escritor no es más que un escritor”.

¿Qué posibilidades de libertad le ha brindado la escritura para hurgar en estas violencias de la niñez y la adolescencia?

“Creo que el problema en México no es la libertad de creación, digamos, esto no es Cuba; todos tenemos libertad para ahondar en nosotros mismos, en nuestra sociedad, y la escritura pues es un instrumento falible, sensible, con el que uno pretende hurgar en los sentimientos sociales e individuales.

“Entonces, libertad hay, lo que no sé es si hay suficientes lectores; es decir, si esta sociedad de Tijuana a Yucatán tiene suficientes lectores de literatura y de los periodistas en México que además son asesinados que modestamente, honestamente, se preguntan cómo somos”.

¿Cómo es que no pierde Usted ese asombro para reconocer las violencias de la niñez y relatarlas en “Los niños están locos”?

“Supongo que ese asombro es la indignación que no se apaga, ese asombro es el susto que no se acaba; es ver, igual que ayer, hoy cómo los hijos son maltratados, no solo los hijos, los niños y las niñas son maltratadas en las escuelas, en las familias; yo creo que el maltrato a los niños siempre causa asombro e indignación”.

¿Qué tan autobiográficos son estos relatos y cuál es su papel como autor al contarlos?

“Algunos, que no le voy a decir cuáles, lo son; otros medio lo son y otros fingen que lo son. El papel del escritor es siempre ponerse en el papel de su personaje; si su personaje es de ficción o es un personaje desconocido o es él mismo, es un poco lo mismo porque de todas formas la cuestión es meterse en ese personaje que algunos les lleva muchos años de edad; la infancia, en mi caso, está muy lejos, entonces, lo mismo mi infancia que la infancia de un personaje inventado sucedieron hace mucho. Es como cuestión, como siempre en la literatura, de entender al propio personaje que uno está narrando”.

 

“La escritura es de todas formas un animalito que va avanzando”

Poeta, novelista, cuentista, dramaturgo y ensayista, Héctor Manjarrez también se refirió en entrevista con ZETA al proceso de creación literaria, considerando como punto de partida su más reciente entrega.

“Los niños están locos” es presentado como un libro de relatos, pero evidentemente también abunda el ensayo y la poesía…

“Yo creo que desde los años 20 del Siglo XX la literatura conquistó el derecho a que la poesía pudiera tener ensayo, que el ensayo pudiera tener narrativa, que la narrativa pudiera tener poemas, o teatro; entonces, yo creo que ya es un derecho que ganaron otros escritores hace mucho tiempo y que los demás simplemente usufructuamos, hasta agradecidos con ellos”.

Entonces ¿Usted no se plantea al escribir una frontera entre los géneros literarios?

“No, porque la escritura es de todas formas un animalito que va avanzando por los renglones de la página, en cada palabra, en cada renglón, se va preguntando, ‘¿y ahora cómo cuento lo siguiente?’ y ‘¿qué es lo siguiente?’. Cuando uno conoce la actitud de ese animalito como si fuera un ciempiés que va caminando, llega a lo siguiente, ahí decide qué es lo que va a hacerse, si piensa que lo mejor es decirlo poéticamente, pues entonces lo hará así; si decide que lo mejor es utilizar la factura del ensayo, y seguirá caminando y caminando hasta que en algún momento se dé cuenta que el cuento o el capítulo de una novela ha terminado, y uno pues entra en reposo efímero antes de volver a empezar”.

¿Qué es lo que Usted consideraría actualmente en cuanto a la forma en la literatura?

“El Siglo XIX y el Siglo XX de alguna manera en el terreno de la forma ya lo hicieron todo; el Siglo XX sobre todo fue, por lo menos hasta mil novecientos setenta y tantos, un gran campo de batalla en el cual se discutía, se dirimía qué forma era mejor, qué escritor era ‘más avanzado’.

“Claro que ya en el Siglo XXI todo eso, no sé si a todos, pero a mí me da exactamente igual. O sea, no me preocupa ser más de avanzada o de vanguardia que otros, me tiene absolutamente sin cuidado; lo único que me importa es cómo voy a escribir lo que tengo en mente en este momento”.

Finalmente, ¿cuál sería su principal desafío al momento de enfrentarse al papel en blanco, cuando emprende la escritura de una obra?

“Descubrir cómo voy a escribir esa obra, porque eso no se descubre antes, eso no se decide antes, y aun si uno decide antes cómo va a escribir algo, uno siempre acaba escribiéndolo de otra manera, de una manera muy distinta o una manera muy parecida, pero eso uno no lo sabe; solo al escribir decide uno, uno hace lo que puede, efectivamente, en parte hace lo que quiere y en parte hace lo que no sabía que quería, porque uno va como el ciempiés ese: viendo, y las palabras le hacen a uno desarrollos de personajes, acción, la palabras además de la imaginación. Una palabra puede desatar otra palabra, y esa otra palabra puede desatar un cambio completo”.


El programa tras 35 años

Tras el homenaje a Héctor Manjarrez, desde el viernes 19 hasta el 28 de mayo se desarrollará la XXXV Feria del Libro de Tijuana en las instalaciones del CECUT.

Venta de libros, presentaciones editoriales, conferencias, un pabellón infantil y juvenil, talleres, charlas, lecturas, cuentacuentos, ciclos de cine, música, espectáculos, gastronomía; homenajes a Héctor Manjarrez y José Jesús Cueva Pelayo y diversas actividades en honor a Juan Rulfo, Leonora Carrington, Pedro Infante y El Santo, destacan en el programa del acontecimiento cultural más importante del Noroeste.

“Este año, del 19 al 28 de mayo, el CECUT de nuevo abrirá sus puertas a la más grande celebración del libro y la lectura en esta ciudad. La preocupación de promover la lectura, el arte y la cultura, nos ha llevado a unir esfuerzos con la CANACO, a través de la Unión de Libreros de Tijuana y el XXII Ayuntamiento de Tijuana, por medio del Instituto Municipal de Arte y Cultura, instituciones que se han preocupado por ofrecer a la comunidad un programa de calidad con las novedades editoriales del país, así como de la región”, informó Pedro Ochoa Palacio, director general del CECUT.

Foto: Archivo

De acuerdo con el programa literario de la XXXV Feria del Libro de Tijuana, en el suceso editorial participarán autores como Francisco Hinojosa, Eduardo Antonio Parra, Héctor Manjarrez, Marcelo Uribe, Elsa Cross, Minerva Margarita Villareal, Jorge Ortega, Jorge Humberto Chávez, Ana García Bergua, Ana Clavel, José Javier Villarreal, Luis Felipe Lomelí, Luis Panini, Guillermo Arriaga, Jorge Fernández Granados, Diego Osorno, Luis Cortés Bargalló, José Ernesto Infante Quintanilla, Saúl Ibargoyen, Benito Taibo, Xavier Velasco, Jerome Rothenberg, Guadalupe Loaeza y Pável Granados, por citar solo algunos. Asimismo, los coordinadores confirmaron a este Semanario que, por causas ajenas a la organización, en esta ocasión en la Feria del Libro de Tijuana no participarán, como habían anunciado los organizadores en las dos conferencias previas, Javier Sicilia, Margo Glantz ni Jon Lee Anderson.

Fundada en 1980 por iniciativa de don Alfonso López Camacho en coordinación con la Unión de Libreros y con apoyo logístico del Comité para el Desarrollo de la Industria Editorial y Comercio del Libro (CODIECLI), la Feria del Libro de Tijuana ha tenido diversas sedes: en 1980 y 1981 se llevó a cabo en la calle Octava, entre Avenida Revolución y Madero; en 1982 y 1983 no se organizó, sino hasta 1984, en Plaza Río.

Asimismo, la cuarta edición se desarrolló en el CECUT, hasta la décima en 1992. La sede cambió a los pasillos de Palacio Municipal desde la onceava versión de 1993 hasta la edición 19, de 2001. Y a partir de la Feria número 20, en 2002, la sede fue la Avenida Revolución, entre calles Séptima y Octava, hasta la versión 28, de 2008. Después, de 2009 a 2012, la Feria se presentó en el estacionamiento de Plaza Río; y desde 2013, la sede del evento librero es el CECUT.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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