Don Manuel Pérez Gil González, primer obispo de Mexicali (1966-84), siendo secretario de la CEM, en la toma de posesión 1988 del presidente Carlos Salinas, invitados, expresó a los comunicadores que “Los obispos no venimos a legitimar ningún gobierno, un gobierno se legitima por su obras”.
Evocando a Gabriel García Márquez, Manuel Buendía, Julio Scherer. Don Jesús Blancornelas: vigilado, despojado, perseguido, revelaba que le quitaron y perdió todo, pero nunca la FE con mayúsculas, ni la fe con minúsculas.
Motivando a votar el domingo 2 de junio, los obispos de Celaya, Irapuato, León y Querétaro refieren cuatro principios propuestos por el Papa Francisco a los cristianos católicos para que se responsabilicen -no sólo votando- en la transformación de sus comunidades.
Religiosos y sacerdotes son los padres de muchas naciones oprimidas históricamente: Hidalgo, Morelos, Matamoros, en el México de 1800. En Sudáfrica: el obispo anglicano Desmond Tutu, y Nelson Mandela, nobeles de La Paz. Acá en Estados Unidos, el pastor bautista Martin Luther King, Jr.
Es célebre la anécdota de un poderoso que, viendo a la Madre Teresa de Calcuta limpiar y besar las heridas de un enfermo pobre, el fulano le dijo a la religiosa: “Yo no haría eso ni por un millón de dólares”. “Tampoco yo ni por dos... Yo lo hago por amor a Cristo en la persona del necesitado”, le respondió.
El próximo 2 de junio de este año 2024, votemos o no votemos, los mexicanos seremos gobernados seis años (hasta 2030) por una mujer: Claudia o Xóchitl.
Allá, el Imperio Persa tan extenso -como las persianas-. Y los mentirosos egipcios con la demagogia de existir a más de 100 mil años; cuando Adán y Eva no llegan a los 10 mil. Los griegos, los romanos, los teutones, los mongoles, los nipones, chinos, el sacro imperio Germano-Romano; el imperio británico; no, que el hispano, el ruso, los musulmanes.
Hay que aclarar y explicar que se trata de la “política partidista”. Porque propiamente hay una teología política que recorre el Antiguo y Nuevo Testamento, y El Corán. Lo fundamental es Amar a Dios y al Prójimo como a uno mismo.
Al pueblo se le puede manipular o controlar a través de la economía, alimentos, retórica-diplomacia, o a través de la guerra y el miedo. Son viejas técnicas de persuasión humana.