Hay que aclarar y explicar que se trata de la “política partidista”. Porque propiamente hay una teología política que recorre el Antiguo y Nuevo Testamento, y El Corán. Lo fundamental es Amar a Dios y al Prójimo como a uno mismo.
Al pueblo se le puede manipular o controlar a través de la economía, alimentos, retórica-diplomacia, o a través de la guerra y el miedo. Son viejas técnicas de persuasión humana.
Hará unos 60 años, cuando el obispo neoyorquino Fulton J. Sheen expresaba que el mundo estaba muy inquieto; hoy estamos al borde del fin del mundo. Pero no nos hagamos ilusiones de falso profetismo, porque la expresión no se refiere a que el Cosmos o la creación serán exterminadas.
El origen judío de la doctora en ciencias por la UNAM, Claudia Sheinbaum Pardo, tiene inquietos a muchos en cuyo subconscientes subyace la manera de destruirla, por ser de la Ciudad de México o por su raza-religión.
La primera imagen de Nuestra Señora de Guadalupe llegó al noroeste de la Nueva España, hoy México, cuando el misionero Eusebio Kino solicito a Juan Correa, pintor virreinal, una copia a mano del original del Tepeyac.
Las cartas fundacionales originales del Padre Salvatierra, publicadas por don Miguel en su obra Loreto, revelan cómo el jesuita milanés descansaba los fines de semana en la Ciudad de México, pasando el fin de semana o su día de descanso visitando a la Virgen de Guadalupe en el Tepeyac, hacia 1680.
Las promesas no cumplidas de los políticos, no son quizás mentiras o demagogia; son expresiones de obras prometidas al pueblo en un momento de euforia apasionada, que mueve a las personas a creer en algo que después les decepcionará o convertirá en indiferencia ciudadana.
Admirablemente, don Francisco Moreno Barrón, Arzobispo de Tijuana obedeció al Papa Francisco para administrar por casi dos años la extensa Iglesia de Mexicali y el servicio pastoral de la enorme arquidiócesis.
Cuando los israelitas eran oprimidos en la cautividad y esclavitud sirviendo a los egipcios y al Faraón, Dios mismo envió plagas para hacerle entender a los opresores que defiende al sencillo y débil. Él los protegió y los liberaría de un Imperio superior en armas y soldados, pero que son nada ante la mano omnipotente del pueblo judío.
En México en la obra de Octavio Paz, el Nobel de Literatura 1990, considera el renacimiento de los monoteísmos en el mundo: Islam, Judaísmo y Cristianismo. Expresa que “es algo que siempre hemos reconocido los poetas, pero que se han negado a reconocer los sociólogos”.