Increíblemente, cualquiera pensaría que los hechos recientes, la revocación de la visa de su esposo primero y la de ella después, y la carne asada masiva como manifestación pacífica contra su gobierno, que congregó casi nueve mil personas en el corazón de Mexicali, harían cambiar de estrategia pública a la gobernadora Marina Ávila Olmeda, pero no.