Vamos evolucionando en la democracia. En Baja California desde 1989 ha gobernado prácticamente el Partido Acción Nacional; en la Ciudad de México, el Partido de la Revolución Democrática y Morena. Aunque en 2021 la oposición PRI-PAN-PRD ganó 10 de 16 alcaldías de la hoy Ciudad de México.
Hace unos días en Baja California se produjo una mediática campaña social, mucho más ruidosa que la desatada por la alcaldesa Monserrat (sin “t” intermedia) cuando declaró que “Tijuana era un Mazapán”.
Diariamente las familias mexicanas dedicamos tiempo para hablar de la inseguridad que campea en nuestra patria. Las autoridades dicen que todo está bien, pues la delincuencia está siendo abatida.
Desde el primer día hasta hoy, ese señor ha sido reiterativo en dilapidar los dineros del pueblo (empezando con el AICDMX), organizando diariamente dizque conferencias de prensa, en las que despilfarra medio millón de pesos en cada una de ellas.
Han pasado los años, y recuerdo con cariño la preciosa hospitalidad brindada por la familia Rosenfelt hacia mí y la amistad que siempre me ha unido con mi amigo Jorge. Algunos de los personajes de esta historia, que tiene resabios de lo acontecido en la funesta Segunda Guerra Mundial, ya han fallecido.
Millones de mexicanos nunca habíamos creído que esta Patria nuestra llegaría a tener un Presidente tan especial como el que habita en Palacio Nacional. Se le admite todo, se aceptan sus descalificaciones; acusa, insulta, menosprecia y siente terror de que “le falten el respeto a su investidura”.
La alcaldesa de Tijuana, de los tribunales donde ocupaba un modesto lugar, la alborotaron para que fuera legisladora local ¡y se le hizo! Fue diputada y hasta presidenta del Congreso. Aunque ya se sabe que esos puestos no son por capacidad o inteligencia, sino por arreglos cupulares.
Decía Efraín: “En cualquier país del mundo, debe ser la convicción vital de las gentes la que motive una política democrática, servicial, capaz de elevar niveles de vida material y estatura moral de las gentes” (Persona, Sociedad y Política. PAN).
Los candidatos, ya no son personas que se prepararon, trabajaron, dieron cierto ejemplo de congruencia. Hasta la gobernadora se sintió oráculo del mundo e impuso en Tijuana a “su” candidato muy campeón, pero muy ignorante. Y no es que la actual alcaldesa merezca seguir en el cargo.