Gran parte de la riqueza y poder político de Virginia Noriega, se debe a que “vende” el poder de su sindicato para beneficio personal. La dirigente de los trabajadores de la salud no tiene colores ni partido, siempre y cuando logre beneficiarse por encima de cualquier sector, incluyendo el propio, lo que le ha permitido ser diputada en dos ocasiones -una por el PRI y otra por el PAN- y una más regidora del Ayuntamiento de Mexicali.