Se acerca la temporada navideña, y con ella, la omnipresente música, las luces parpadeantes y, sobre todo, la fiebre de las compras. Para muchos, la Navidad es sinónimo de una búsqueda frenética del regalo “perfecto”, largas filas en tiendas y la presión de demostrar afecto a través del valor material. Pero, ¿hemos perdido de vista el auténtico significado de esta festividad?