Autoridades mexicanas han argumentado en su discurso contra el tráfico ilegal de armas de fuego, que por lo menos 200 mil de estos artefactos ingresan anualmente al país en forma clandestina; sin embargo, la eficacia para su detección y aseguramiento a través de las aduanas establecidas zonas fronterizas, puertos marítimos, aeropuertos y ciudades estratégicas, no es el fuerte de México en este combate.