En los archivos de la Catedral de Tijuana, B.C., providencialmente encontramos una carta firmada por el entonces obispo Juan Jesús Posadas Ocampo, enviando condolencias de la comunidad bajacaliforniana a los fieles salvadoreños, con motivo del asesinato del Arzobispo Oscar Arnulfo Romero, fechada en 1980.