Bueno sería que las charlas se basaran en cosas alentadoras, asuntos positivos y que nos llenara de optimismo. En este tiempo de tanto sufrimiento, de dolor, difícilmente vamos a encontrar una familia que no lo haya padecido. Lo ideal sería que para afrontar todo esto (la salud y la economía) que nos abruma, hubiera por ahí un resquicio para ver qué hay en el futuro de los mexicanos, señales de optimismo. Quizá de aliento y esperanza y que “no hay mal que dure cien años”.