Hoy, pueblos enteros son cómplices de aquellos que cometieron el crimen y el rapto, porque están obligando al pueblo de Israel a no intentar rescatarlos, a pagar un precio caro haciendo héroes a los ofensores y raptores, y aplaudiendo su cruel e inmoral actuación. Yo he sido testigo de los crímenes de los romanos.
A pesar de toda la propaganda mediática que pretende hacer parecer al agresor como la víctima; mientras el pueblo palestino siga siendo aislado, acosado, agredido y asesinado por hacer valer el derecho a defender su territorio y a las libertades democráticas que el Estado israelí le ha arrebatado, le asiste el derecho a la rebelión, a pasar de la resistencia a la ofensiva, aun cuando la correlación de fuerzas no les favorezca.