El doctor Julio Selva Pallares arribó a la ciudad de Tijuana en los años 80. Fue el primer hematólogo (especialidad médica que se dedica al tratamiento de pacientes con enfermedades de la sangre) en brindar sus servicios en esta frontera. Ante un padecimiento en aquel entonces poco conocido y costoso, así como la falta de apoyo a las familias de escasos recursos, en 1983 creó la Fundación Pro Niño Leucémico de Baja California.