El sector empresarial de Baja California, sobre todo el de Mexicali, sigue sin entender que no entiende. Así, tan redundante como suena. La cúpula económica de la Capital del Estado no ha comprendido que en 2018 y 2019, cuando 30 millones de mexicanos se volcaron para sufragar en favor del hoy Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y en menor medida por el actual gobernador Jaime Bonilla Valdez, la sociedad votó en contra de los políticos corruptos, pero también contra un empresariado impune y corruptor, el cual se benefició de los primeros, aunque no lo acepten.