Cuando el escándalo de Jeffrey Epstein estalló en los medios a nivel internacional, nombres de figuras públicas, del espectáculo, líderes mundiales y acaudalados empresarios empezaron a ser vinculados con el infame emporio de jóvenes, algunas de ellas menores de edad, que fueron engañadas en unos casos, y en otros, prácticamente obligadas a ejercer la prostitución.
La misión no es nada fácil. Nicholas planeó trasladar a los niños por tren a Londres, colocarlos en hogares de acogida para luego devolverlos a sus familiares cuando terminara la guerra. Además de la burocracia, había que considerar el costo de semejante labor y todo contra reloj.
Mstyslav Chernov es un novelista, fotoperiodista y realizador de cine sumamente talentoso, pero ante todo es un brillante corresponsal de guerra que lo ha visto todo, desde la masacre de Siria hasta la caída de Mosul y, por supuesto, la toma de Mariúpol por la federación rusa, comandada por Vladimir Putin.
Además de burlarse constantemente de los chicos, a quienes considera no muy inteligentes que digamos, reprueba al hijo del millonario que acaba de financiar un nuevo gimnasio para el colegio y, con esta medida, el muchacho perderá su ingreso a Princeton.
George Clooney tomó el best-seller de Daniel James Brown y se acomodó en la silla del director para contar esta historia verídica del equipo de remo de la Universidad de Washington que, venciendo todos los obstáculos, derrotó a los favoritos de la Alemania nazi en los juegos olímpicos de 1936.
Muy superior al tratamiento que de este evento realizó Frank Marshall con la cinta “Alive”, el trabajo de J.A. Bayona es un filme con compromiso que busca conmover a través de personajes que primero conocemos de lejos y de pronto sentimos estar a su lado, estremeciéndonos con ese frío despiadado, la nieve que acecha representando un peligro constante, inevitable.
De Emerald Fennell ya se conocía su maestría después de “Promising Young Woman”, pero la destreza para sorprender con los giros de una historia es algo que dejó plenamente demostrado con esta nueva película construida alrededor Oliver, un personaje que no se olvida.
Sofia Coppola es una directora interesante, lo que se dejó ver con “María Antonieta” y se confirmó, sin lugar a dudas, con “Perdidos en Tokio”. Si es ella quien está detrás de una película, no se le puede negar un voto de confianza.
Qué complejo es llevar la vida y obra del gran Leonard Bernstein a la pantalla grande, y vaya atrevimiento de Bradley Cooper asumir este faraónico proyecto que, finalmente, está más que logrado.
A veces el largometraje requiere un poco de paciencia por la lentitud de su narrativa, pero los buenos momentos fortalecen todo el desarrollo de la trama, aunado a la presencia de Tilda Swinton y el excelso trabajo de cámara de Erik Meserschmidt.