En la búsqueda de una industria cinematográfica sana y diversa, el Festival Internacional de Cine de Morelia se reafirmó como epicentro y alma del cine mexicano que, en voces de sus protagonistas, concuerdan en coexitir con streaming como nuevo componente del ecosistema; contrarrestar al algoritmo con cine de autor honesto, libre, y diverso; impulsar red de cinetecas y formación de nuevos públicos; apostar por la coproducción, reaprender y ver nuestro cine; y no medir el arte por su taquilla, sino por su calidad