Es un thriller al que le falta adrenalina, y no es tan grave como podría suponerse por dos factores: un estupendo elenco y la cinematografía, apoyada en los hermosos paisajes de Grecia, lugar donde comienza la pesadilla de Beckett (John David Washington), un turista americano que estando de vacaciones con su novia April (Alicia Vikander), sufre un accidente automovilístico.