“El libro es como una memoria ficticia, porque el fondo es real, pero la forma es ficticia”, expresó a ZETA la narradora, quien cuenta la agonía de su hermana Patricia Jacobs Barquet. “Yo tenía los recuerdos y de repente fue como si ella me los dictara, eso es algo que me ha ocurrido yo creo que en cualquiera de mis libros de narrativa, oigo la voz y entonces vive el texto”, complementó