Escoltado y rechazado

A Carlos Torres Torres los gobiernos cercanos le dan un trato muy desigual. Mientras en México goza de la protección del Estado, en los Estados Unidos es recipiente del desprecio institucional. Imputado en una carpeta de investigación en la Fiscalía Especializada en Materia de Delincuencia Organizada, junto a su hermano Luis y el senador Armando Ayala, entre otros, el ahora -de acuerdo a información pública por la gobernadora proporcionada- exesposo de Marina Avila Olmeda sigue gozando de las garantías de haber sido el primer cónyuge de Baja California, pues a dos meses que la mandataria anunciara en una de sus conferencias de prensa la separación del vínculo matrimonial con Carlos Torres, éste aún es escoltado por agentes de la Secretaría de Seguridad Ciudadana del Estado… y en unidades oficiales. Así se le ha visto salir de restaurantes en la zona del distrito gastronómico de Tijuana, muy bien custodiado por guardias del Estado. En contraparte, el Gobierno de los Estados Unidos le denegó, en los primeros días de diciembre de 2025, su solicitud para obtener la visa de turista para entrar a aquel país, luego que el Departamento de Estado se la retiró físicamente cuando intentó cruzar la frontera por la Garita Internacional de San Ysidro en Tijuana. Una fuente del Gobierno de los Estados Unidos dijo que le aceptaron una solicitud de entrevista para exponer su caso, la cual primero había sido concedida en las instalaciones diplomáticas del gobierno norteamericano en la Ciudad de México, pero que posteriormente fue tramitada para realizarse en Tijuana. El resultado es que la visa que le retiraron en abril de este año le fue denegada al solicitarla de nuevo (ahora en diciembre). Más non grato no puede ser Carlos Torres; al menos en la Unión Americana, porque en México todavía lo cuidan. Por ejemplo, en la imagen que acompaña este texto se le aprecia festejando en el partido de uno de sus hijos en la Ciudad de México, adonde viajó días después de que le rechazaran su trámite de visa.