La advertencia cumplida en Baja California
En 2019, cuando Morena definía sus candidaturas en Baja California, se me planteó una disyuntiva: aceptar ser candidato a la Presidencia Municipal de Tijuana y acompañar el proceso encabezado por Jaime Bonilla, respaldado por Andrés Manuel López Obrador, o romper con esa ruta que ya mostraba signos de descomposición. Opté por lo segundo. Lo dije con claridad: “Si Bonilla va como gobernador, yo no le entro”. No me arrepiento. Era evidente que detrás de la aparente unidad se gestaba un proyecto personalista, sin transparencia y con desprecio por las reglas democráticas.
Hoy, seis años después, la historia confirma lo que advertimos: la advertencia cumplida. El Tribunal Estatal de Justicia Administrativa ha inhabilitado por tres años a Jaime Bonilla Valdez, por abuso de funciones en el contrato multimillonario con la empresa Next Energy, un proyecto que nunca se concretó y que comprometía recursos públicos por más de 40 mil millones de pesos. Baja California está al borde del desastre institucional y financiero.
Este desenlace no es casualidad. Es la consecuencia directa de haber entregado el poder a quienes confundieron la transformación con el agandalle, la justicia con la simulación y el futuro con negocios opacos. Bonilla fue el rostro visible, pero detrás de él hubo un coro de cómplices que avalaron encuestas manipuladas, procesos internos sin transparencia y decisiones que hipotecaron el bienestar de la entidad.
Preguntas directas a los actores de 2019:
* Marina del Pilar Ávila Olmeda, actual gobernadora: ¿Dónde estaba su voz crítica cuando se imponía a Bonilla como candidato? ¿Por qué eligió el silencio y hoy gobierna sobre las ruinas de esa aventura?
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* Ismael Burgueño, presidente municipal de Tijuana: ¿Qué papel jugó en legitimar un proyecto que hipotecó el futuro de la ciudad que hoy encabeza?
* Julieta Ramírez, senadora de Morena: ¿Cómo explica haber defendido un liderazgo que hoy está inhabilitado por corrupción? ¿Qué responsabilidad asume ante la juventud que creyó en sus palabras?
* Jesús Ruiz Uribe, exdelegado del Bienestar en BC: ¿Por qué se prestó a ser operador de un esquema que confundió programas sociales con clientelismo político?
* Armando Ayala, senador de Morena: ¿Qué beneficios obtuvo al acompañar a Bonilla y qué cuentas rinde hoy a los bajacalifornianos?
* Carlos Torres, esposo de Marina del Pilar: ¿Qué papel jugó en las decisiones estratégicas que fortalecieron a Bonilla y cómo se deslinda ahora de sus consecuencias?
* Yeidckol Polevnsky, entonces dirigente nacional de Morena: ¿Por qué avaló un proceso interno sin transparencia y con encuestas manipuladas? ¿Qué responsabilidad tiene en haber impuesto a Bonilla?
* Olga Sánchez Cordero, exsecretaria de Gobernación: ¿Por qué validó jurídicamente la extensión del mandato de Bonilla, pese a que era un atropello constitucional?
* Andrés Manuel López Obrador, expresidente de la República: ¿Por qué respaldó a Bonilla, pese a las advertencias de corrupción y abuso? ¿Qué cuentas ofrece hoy a Baja California?
La advertencia cumplida
En 2019 dijimos que seguir a Bonilla era caminar hacia la descomposición. En 2025, la sentencia confirma que aquel camino desembocó en corrupción y desastre. La advertencia cumplida nos obliga a no olvidar, no perdonar y no repetir.
No basta con señalar a Bonilla. Los que lo acompañaron son responsables del desastre. La historia los juzga y la ciudadanía debe exigirles cuentas; porque mientras ellos se aferraban al poder, la entidad se hundía en la violencia, la precariedad y la desconfianza.
La consigna es clara: no olvidar, no perdonar y no repetir. Baja California merece un futuro distinto, uno que se construya con transparencia, respeto a la ley y verdadera vocación de servicio. La advertencia cumplida es también una lección: cuando se elige el silencio frente a la corrupción, se termina siendo cómplice del desastre.
Bonilla y sus acólitos de Morena, creyeron que podían jugar con el destino de Baja California como si fuera su botín personal. Hoy la historia los alcanza: el “eterno” terminó inhabilitado, y los que lo aplaudieron cargan con la misma responsabilidad. La advertencia cumplida no es un recuerdo, es una sentencia: la gente ya no se traga sus cuentos.
Desde las colonias hasta las plazas, la voz ciudadana debe retumbar: no olvidar, no perdonar y no repetir. Porque Baja California no merece profetas del desastre, merece gobernantes que sirvan al pueblo y no a sus bolsillos. La factura está sobre la mesa, y es hora de que quienes la generaron la paguen.
El autor es presidente del Centro de Estudios y Proyectos para la Frontera Norte “Ing. Heberto Castillo Martínez” A.C.
Correo electrónico: [email protected]






