Tan reciente como en marzo de este 2025, la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo envió, y el Legislativo aprobó, una iniciativa de Ley para acabar -o por lo menos frenar- el nepotismo en el sistema político mexicano: la prohibición para que familiares del titular del cargo a contender electoralmente, se postularan para el mismo. Por ejemplo, que el senador morenista Félix Salgado Macedonio no pueda estar en la boleta de 2027 para suceder a la gobernadora de Guerrero, su hija, Evelyn Salgado Pineda. O que el también senador, Saúl Monreal Ávila, no pueda competir en la elección a gobernador en el año 2027 para suceder en el cargo a su hermano David Monreal Ávila.
Mañosamente, quienes tienen la mayoría en el Legislativo mexicano, que es el caso de los representantes de Morena, aprobaron la iniciativa de la Presidenta, no sin hacer una notoria modificación: sí, va, pero que entre en vigor hasta la elección de 2030, lo cual le abre la puerta a ser candidatos a los dos ejemplos aquí descritos en el párrafo inicial, a Salgado de suceder a Salgado en Guerrero, y a Monreal de suceder a Monreal en Zacatecas.
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El nepotismo, pues, en la era de Morena, tendrá unos años más si, como se anticipa en esos Estados, el padre buscar suceder a la hija y el hermano al hermano, con lo que en el caso de Zacatecas sería el tercer Monreal en la gubernatura del Estado. Por supuesto, otros políticos habían ideado ya como darle la vuelta a la Ley, por ejemplo, no contendiendo de entrada por el mismo cargo que su familiar, sino por uno distinto para no contravenir la Ley. Así, cuando aún estaba casado con la gobernadora de Baja California, Marina Avila Olmeda, Carlos Torres Torres aspiraba a convertirse en 2027 en el candidato de Morena a la presidencia municipal de Tijuana, y no anotarse para suceder a su entonces esposa. Con eso, presumía, ya le daba la vuelta a la Ley.
Otros cónyuges y esposas han salido a la búsqueda de modificaciones legales que les permitan suceder a sus esposos, contraviniendo la reforma constitucional, con modificaciones locales. En estos momentos, a saber, son tres los Estados de la República Mexicana, que están discerniendo reformas electorales locales para promover la alternancia de género en las candidaturas a cargos de elección popular.
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En Baja California Sur lo han propuesta en el Congreso del Estado, argumentando que así darán una participación equitativa por género, y considerando que ese estado nunca ha sido gobernado por una mujer (hoy día lo encabeza el morenista Víctor Manuel Castro Cossío), asumían que la próxima gubernatura, elegible en el 2027, tendría que ser obligadamente para una mujer. Que todos los partidos políticos registrados, inscribieran exclusivamente a mujeres para tal elección. Aunque el tema avanza en el análisis legislativo, sí se ha inscrito un transitorio para que, de aprobarse, la medida aplique a partir del año 2030, y en adelante, cada tres años que se lleven a cabo los procesos electivos, impere la alternancia de género, es decir; si para el periodo de 2027-2030 en un ayuntamiento fue electo un hombre, para el 2030 las candidatas todas deben ser mujeres, para el 2033, hombres, y así sucesivamente.
En otras dos entidades también se promueven reformas electorales para la alternancia de género, sin embargo, a diferencia de Baja California Sur, están trabajando para que esas modificaciones entren en vigor para la elección del 2027, en la cual se renovarán 17 gobiernos estatales en el País, así como las diputaciones federales, locales, alcaldías y regidurías.
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Se trata de San Luis Potosí y de Nuevo León. El primero lo gobierna José Ricardo Gallardo Carmona, del Partido Verde Ecologista de México, pero que llegó apoyado por Morena, al competirle de manera discreta y sin sobresaltos para asegurarle el triunfo, y cuya esposa, Ruth González Silva, después de haber sido presidenta de un DIF municipal, y presidenta del DIF Estatal de San Luis Potosí, contendió por el Senado de la República en el 2024, y obtuvo el triunfo por mayoría.
Ahora, asumen los analistas potosinos y nacionales, en San Luis Potosí se promueve la modificación a la ley electoral para la alternancia de género, para darle a una mujer; presumen que, a la esposa del gobernador, la senadora González Silva, la oportunidad de asegurar la nominación por lo menos de su partido el Verde, para contender por el gobierno del Estado en 2027, y suceder a su esposo en el cargo.
En estas condiciones, a tal ocurrencia de modificación a la Ley electoral, le han dado por llamarle la “Ley Esposa”, dado que se asume que la principal beneficiada, en este caso, será la senadora y esposa del gobernador de San Luis Potosí, aunque dicen hacerlo con el argumento de que esa entidad nunca ha sido gobernada por una mujer, y que inscribir en la Ley el tema obligatorio de la alternancia de género, le daría iguales oportunidades a mujeres que a hombres cada seis años, y no repetiría un mismo género de manera consecutiva como ha sucedido hasta la fecha en San Luis Potosí…
… y en Nuevo León, otra entidad en la que nunca una mujer ha sido la titular del Poder Ejecutivo. Pero, pues, da la casualidad que se intenta la reforma, según ha propuesta ciudadana, para que en la elección del 2027 todas las candidatas a suceder al emecista Samuel García, sean mujeres, justo cuando una de las damas más notorias de la entidad es precisamente su esposa, Mariana Rodríguez.
Aunque la primera dama de Nuevo León viene de una derrota electoral, dado que en el 2024 intentó ser electa alcaldesa de Monterrey, para suceder a Luis Donaldo Colosio Riojas, otro emecista en el cargo, pero fue derrotada por el priista Adrián de la Garza Santos.
El nepotismo por matrimonio es la nueva opción para seguir en el poder por el poder. Las esposas que quieren o sin instadas por los partidos para suceder a sus esposos en el cargo; o viceversa, como imaginaba el exesposo de la gobernadora de Baja California. La alternancia de género se presta para eso y es lo que se analiza aprobar en congresos locales, al tiempo que se debaten en Morena por el nepotismo en Guerrero o en Zacatecas, con los Salgado y los Monreal. Pero sea como sea, es la continuación de la corrupción política, pensar que únicamente el cónyuge, la hija o el hermano pueden administrar una entidad, estableciendo los cacicazgos políticos, que al parecer nunca se han ido, o, mejor dicho, ahora son de Morena.
