Richard Linklater se lleva un 10 con esta película sobre cómo Jean-Luc Godard hizo “Sin aliento”, un filme parteaguas en la historia del cine.
Este capítulo muy de la posguerra en Europa, aunque ya en ruta a nuevas tendencias modernas al estilo cine verdad en el centro de la nueva ola, es recreado en blanco y negro, con Godard como crítico estelar de Cahiers du Cinema; el único, además, que aún no había hecho un filme, pues su colega, el gran François Truffaut, ya había estrenado “Los 400 golpes”.
Así, toca ser testigos de cómo se hace una obra maestra con Guillaume Marbeck como Godard, Zoey Deutch en el rol de Jean Seberg y Aubry Dullin en el papel del primer actor Jean-Paul Belmondo.
El resultado es interesante, emotivo; un trozo de nostalgia bien logrado en la pantalla grande gracias a un estupendo director y un sólido elenco en el que destaca Marbeck, quien ha llegado tarde al cine, pero vaya que lo ha hecho como debe ser.
Que si es un biopic, mefaficción, es lo de menos, lo que se tiene es un largometraje muy importante que retoma los fundamentos del cine contemporáneo, justo cuando tienden a olvidarse. ****
Punto final. Como que al cine de horror hoy en día le sobra gore y le falta historia.





                                    
        
        

