José Gerardo Rodolfo Fernández Noroña, de 65 años, que fuera diputado y presidente de la Cámara de Senadores, anunció a bombo y platillo que los Emiratos Árabes, quienes tienen una de las más lujosas compañías de aviación del mundo, lo invitan a Palestina. ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Cuándo?
Cerca de un mes, para que conozca los campamentos de refugiados que están en Jordania que son proveídos y cuidados por las Naciones Unidas desde hace 75 años, por lo tanto, ahí han nacido tres generaciones de palestinos dependientes de la buena fe de la ONU.
Probablemente va a ir a Líbano para ser atendido por Hezbolá, y esperamos que no le toque un ataque aéreo israelí que nos elimine para siempre a este inquieto político que es gritón, discutidor y pelangoche. Seguramente, Noroña va a ser indoctrinado por las teorías brutales de Irán, quizás será comprado con dinero de los emiratos, probablemente le den una oportunidad de pasearse por Gaza y regresará como líder de la izquierda tipo Cuba, Nicaragua y Venezuela, intentando crear una dictadura (reinado) como ocurre en estos países. Ya comprado y bien pagado vendrá a México con apoyo de esas izquierdas radicales y de los inacabables recursos de los Emiratos, convirtiéndose en un líder agitador con potencial político.
Todos los mexicanos estamos contentos de esta extraordinaria designación y viaje, y tenemos el deseo de que el vuelo sea en una sola dirección para que se quede por allá y deje de comprar casas con recursos que no tiene (12 millones de pesos) y vuelos particulares pagados por yo no sé quién. No podemos dejar de recordar la escena donde “Alito” golpeó fuertemente a Noroña.
El viaje de Fernández Noroña a “Palestina” parece más una cruzada personal revestida de épica ideológica, que una misión concreta con resultados tangibles. Es legítimo cuestionar: ¿Qué logrará exactamente en nueve días? ¿Se trata de un gesto de solidaridad real o de una escenificación para fortalecer su narrativa política de cara a 2026?
Y lo más inquietante: ¿Hasta qué punto puede un senador mexicano, con aspiraciones presidenciales, representar intereses ideológicos en conflictos ajenos, sin rendición de cuentas y con fondos de terceros países?
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Buen viaje Noroña, que la pases bien y que encuentres tu destino final por aquellas tierras y te deseamos larga vida en la tierra de Mahoma y Alá.
Afectuosamente, un no admirador tuyo.
José Galicot es empresario radicado en Tijuana.
Correo: [email protected]





                                    
        
        

