Hay algunas personas que ocupan los cargos públicos por su capacidad o habilidad; otros por amiguismos y beneficios políticos; pero existen otros de los que no se tiene mayor explicación, salvo que sean colocados con fines poco o nada fincados en la honestidad. En esta sospecha se puede colocar a José Antonio Ramírez Gómez, actual representante de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural del Gobierno de la República en Baja California, quien ha trascendido partidos, ideologías y señalamientos de corrupción dentro del servicio público desde hace muchísimos años sin consecuencia alguna, pero siempre brindándole una nueva oportunidad para seguir viviendo del y para el presupuesto. José Antonio Ramírez Gómez, proviene de una conocida familia política tijuanense y ha gozado las mieles del poder independientemente del partido que ocupe el gobierno. Actualmente dirige la oficina de SADER sin tener experiencia en el campo. Y al parecer no la necesita, debido a que en medio de las crisis y manifestaciones que se han suscitado en Mexicali, donde hasta bloqueos se han generado en carreteras para exigir mayor apoyo al campo, el titular de la SADER en la entidad no se ha parado en las oficinas ni para conversar con los funcionarios. No hizo acuerdos, ni gestiones; no tuvo acciones trascendentes para intentar llegar a un acuerdo con ellos, simplemente no atendió su responsabilidad. Antes de ocupar la SADER -o bueno, al menos cobrar sus 60 mil pesos mensuales de salario- Ramírez Gómez ocupó la gerencia peninsular de SEGALMEX en Baja California, donde se desarrolló el acto de corrupción más grande en la historia del país durante el sexenio federal pasado, y donde todos resultaron prácticamente impunes. Pero no sólo ha vivido del presupuesto federal. El funcionario también fue Oficial Mayor de la Fiscalía General del Estado de Baja California, cuando esa institución la presidió Guillermo Ruiz Hernández; y antes de ello fue secretario de Finanzas de Baja California Sur, durante el gobierno del panista Marcos Covarrubias Villaseñor, a quien la Auditoría Superior de la Federación señaló irregularidades fiscales. También fue titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes en Baja California Sur y Administrador de la Aduana de Tecate, instituciones ambas harto propensas a la irregularidad. Total, que no importa el gobierno que llegue o la especialización que se requiera para el cargo, Ramírez Gómez, siempre encuentra la forma para vivir del presupuesto público, y aunque nunca es investigado, siempre deja sospechas. Pero vaya que es un hombre con suerte.
Enquistado
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